| Estudiar cómo eran los  guanches, en general, y en particular los nativos de cada isla con sus  respectivos nombres (bimbaches, gomeros, benauritas, mahos, canarios, etc.), es  el objeto de esta materia.  ¿Por qué? Porque el ser humano no es sólo un ser del presente, aunque, por supuesto, está el valor del «aquí y del  ahora». El ser humano es un ser de recuerdos y proyectos. Inevitablemente, porque  es un ser que reflexiona  e imagina,  un ser que va más allá de lo que pisa.   Mira hacia atrás y mira hacia adelante, porque su existencia también es su conciencia. Esta característica, esencialmente humana, nos empuja a hacernos preguntas sobre un pueblo que fue conquistado, pero que, para muchos, sigue siendo referencia de sus raíces y, para otros, la referencia científica, pues suscita miles de preguntas a los científicos, y, para otros, referencia ética, habiendo sido un  pueblo, como tantos otros, que vivió  el  coraje de seguir siendo pueblo y luchó durante casi un siglo para mantener su cultura y no ser ni vencido ni sometido a la esclavitud. Hasta el punto de que es  revalorizado por sus actos, en varios casos, de preferir la muerte en rito suicida con tal de salvar su dignidad y libertad. Cuando los primeros navegantes europeos  exploraron las Islas Canarias durante la Edad Media se sorprendieron viendo que  muchos de aquellos indígenas eran blancos, altos, bien proporcionados y en  muchos casos de ojos azules. Esto, sobre todo, lo manifiesta Boccaccio a través  de uno de los expedicionarios que en tres naves, por mandato de Alfonso IV de  Portugal, en 1341, inspeccionaron las islas y, además de arramplar con pieles,  quesos, sebo, higos pasados y cereales, se llevaron consigo a cuatro jóvenes. 	  Sobre estos jóvenes, representantes en  aquel momento de todos los naturales canarios, surgen muchas preguntas y  debates que son las que se plantean a través de toda esta materia que versa  sobre LOS GUANCHES: 
      ¿Cuándo llegaron a las islas?¿De dónde procedían?¿Cuál era su lenguaje? ¿Pervive ese lenguaje? ¿Con  que otros idiomas tiene parentesco?¿Cómo eran físicamente? ¿ Cómo era su salud?¿Si no  conocían la navegación quiénes los  trajeron?¿Cuál fue el motivo de su llegada? ¿Cómo un pueblo  puede repartirse por islas y sabiendo que no tiene posibilidad de regreso, pues  no conoce la navegación? ¿Se puede llamar a eso actitud protectora?¿Era un  castigo? ¿Era un experimento?¿Se entendían entre sí, entre una isla y  otra?¿Cuál era su nivel cultural?¿Dónde vivían? ¿Tenían casas?¿Cuáles era sus costumbres? ¿Tenían armas? ¿Qué tipo de deportes y juegos tenían?¿Cómo se organizaban? ¿Había reinos?  ¿Jefes, sacerdotes, curanderos…? ¿De qué  vivían? ¿De qué se alimentaban? En las islas no habían metales… ¿Cuáles  eran sus creencias? ¿Eran momificados? Después de ser conquistadas las Islas  Canarias, ¿sobrevivieron los guanches?  La  «sangre» guanche pervive en los actuales habitantes de Canarias? Éstas y otras muchas más preguntas son  las que despierta el tema de los guanches, que ha sido objeto de estudio de  científicos de todo el mundo. Unas veces, antropólogos físicos, otras veces,  lingüistas, etnógrafos, historiadores, astrónomos… Un pueblo sencillo y, sin  embargo, con muchos adelantos sorprendentes como son sus técnicas de cálculo,  medicinales o astronómicas. Incluso, es un pueblo que despierta la fantasía y el conocimiento  mágico, sobre todo, por sus propias costumbres como la momificación y el  ajuar que rodea al cadáver. Algunas veces hasta la momificación de su propio  perro. |