| 	 Los hábitats más significativos y los principales centros de  biodiversidad del Archipiélago están integrados en la Red   Canaria de  Espacios Naturales Protegidos. Fue creada por las  administraciones públicas Canarias (Gobierno de Canarias y Cabildos Insulares)  como resultado de dos leyes fundamentales: 
	Ley de Espacios Naturales. 1987 
	Ley 12/1994, de Espacios Naturales. 1994 
	Esta Red es un sistema de ámbito regional, en el que todas las áreas  protegidas se declaran y se gestionan como un conjunto armónico, con el  propósito de contribuir al bienestar humano y al mantenimiento de la biosfera.  Para ello, se trabaja en la conservación y protección de la naturaleza, así  como en los valores estéticos y culturales de cada área natural protegida. 
	Se compone de 146 espacios que, en su conjunto, constituyen aproximadamente el 40% de la superficie del Archipiélago. Existen ocho categorías de  protección diferentes: parques nacionales, parques naturales, parques rurales,  reservas naturales especiales, reservas naturales integrales, monumentos  naturales, paisajes protegidos y sitios de interés científico. Todos estos  espacios naturales se ordenan a través de planes específicos para cada  categoría de conservación. 
	Los Parques Nacionales y los Parques Naturales son las áreas mejor  conservadas, donde la presencia del ser humano es menor. Su principal objetivo  es favorecer el contacto entre el hombre y la naturaleza, lograr hacer de estos  lugares santuarios naturales de uso público. La diferencia entre ambas  categorías es que el Parque Natural es declarado por la Comunidad Autónoma y  gestionado por el Cabildo de la isla donde esté ubicado, mientras que en el  caso de los Parques Nacionales la declaración corresponde al Estado, pero la  gestión es conjunta por la Administración Estatal y la Comunidad Autónoma a  través de la "Comisión Mixta de Gestión". 
	  Los Parques Rurales son áreas  en las que conviven los elementos naturales y los transformados históricamente  por el ser humano. Aquí, la presencia y acción del hombre es considerada como  un elemento más del entorno, de vital importancia para su mantenimiento y  conservación. 
	Las Reservas Naturales Integrales son las categorías más restrictivas. En ellas se limitan casi todos los usos para  preservar determinados ecosistemas y comunidades vegetales y animales. Sin  embargo, las Reservas Naturales Especiales admiten usos científicos, educativos y excepcionalmente de carácter  tradicional. 
	
	   
	
	Los Monumentos Naturales y  los Paisajes Protegidos son áreas cuyo  objeto de protección es fundamentalmente estético por la importancia de los  valores panorámicos o emblemáticos que contienen. Suelen ser de reducidas  dimensiones, aunque los Paisajes Protegidos suelen ocupar mayor número de  hectáreas que los Monumentos. 
	Los Sitios de Interés Científico son áreas puntuales que se contienen elementos naturales de interés científico,  especies animales y/o vegetales que están amenazadas de extinción o dignas de  ser conservadas por sus propias características y distribución. 
	Para integrar mejor su papel en la realidad socioeconómica del  Archipiélago, se contemplan además de las diferentes categorías de protección  ya mencionadas, dos figuras claves en la ordenación del territorio: las Áreas de Sensibilidad Ecológica y las Áreas de Influencia Socioeconómica. 
	Además de estos espacios declarados, pueden integrar esta Red, otras  áreas que tengan una protección específica otorgada por organismos  internacionales. Es el caso de los LICs (Lugares de Interés Comunitario), los ZECs (Zonas Especiales de Conservación) y las ZEPAs (Zonas de Especial Protección para las Aves), integrados en la Red   Natura 2000. 
	Para la conservación y gestión de los diferentes espacios de la Red se tienen en  cuenta las características particulares de cada uno de ellos, además de las  diferentes categorías de protección. Todo ello se recoge en un plan específico  e individualizado de cada EPN. Este hecho es muy importante, ya que la ley  actúa de manera concreta en cada uno de ellos. Así se consigue un tipo de conservación  activa que va más allá de una mera declaración. 
	  Se continúa mejorando la planificación y gestión del territorio canario  gracias a la unión de fuerzas que se ha conseguido entre el Gobierno de  Canarias, Cabildos y Patronatos Insulares, Consejo Asesor de Medio Ambiente y  Ordenación del Territorio, y Consejo de Espacios Naturales Protegidos. 		   |