Buscar
Búsqueda avanzada
  4. ESCULTURA CANARIA    
 
    Índice de contenidos
    Temas relacionados
    Enmarque del tema
    Complementos
    Material multimedia
      Imágenes
      Videos
      Animaciones
 
    Léxico
    Artículos de ampliación
    Aportaciones externas
    Notas eruditas
    Orientaciones y debate
    Bibliografía
  >> La escultura de los últimos años en Canarias >> La escultura canaria en los 80 Versión para imprimir Escuchar artículo Metadata Patrocinadores Aumentar letra Disminuir letra  


Panorama artístico

Al no ser un trabajo unitario, se muestra una selección de autores que han definido la línea escultórica de la época.

Juan López Salvador (La Laguna, 1951). De formación autodidacta, realiza en un primer período obras de gran detallismo, utilizando la madera de tea con acabados perfectos. Respetuoso con los grandes maestros  saber aunar la herencia de éstos con la innovación y las nuevas propuestas que da al ámbito escultórico.

Le seduce trabajar de manera artesanal, dicho material. Desde sus comienzos, se convierte en su herramienta de trabajo, por su versatilidad y diferentes cualidades, ve un amplio abanico de posibilidades. Un material costoso, pero que encuentra en escombros y demoliciones, piezas aprovechables para dar forma a su idea.

Como comenta Carlos Díaz-Bertrana, sus esculturas evocan la orografía del paisaje canario, sus volcanes, sus cráteres y acantilados La esencia de su obra destaca por dar importancia a la materia y al paisaje isleño, su referente es la naturaleza, el paisaje forma parte de su obra en la línea de los artistas de la Transvanguardia. Le emociona y le obsesiona el silencio del paisaje, como explica en su escrito al obtener la plaza como miembro numerario de la Real Academia de Bellas Artes de Tenerife.

Imágenes cedidas por Juan López Salvador.

En una línea de actuación puramente abstracta, en un primer momento trabaja la madera para luego dar paso al metal, plomo, hierro o acero. Observa la naturaleza y se inspira en ella para investigar diferentes texturas. En sus obras intenta aunar los estados del alma con el paisaje, y sus diferentes sensaciones; vértigo, agitación, calma, equilibrio, que puede experimentar el hombre ante el mar, en un paraje volcánico, o en un acantilado. Muestra de esos aspectos se aprecian en obras como  “Acantilado I”, “Acantilado II” (1984), donde intenta sugerir al espectador la sensación de vértigo que se experimenta ante las simas o acantilados de las islas. O “Cráter” (1991)  que da una lectura del paisaje canario, de la textura quebradiza de la piedra volcánica. Comenta Fernando Castro que en la obra de Juan López Salvador, se encuentra la reducción fenomenológica del paisaje insular, su esencia.

Con el tiempo su obra se vuelve más abstracta, dotándola de una capacidad conceptual además de continuar el diálogo con el paisaje. En sus obras de los noventa  y la entrada al nuevo milenio, trabaja con el hierro, abriendo nuevas posibilidades en cuanto a formas y nuevos planteamientos. El material le aporta nuevas ventajas a la hora de expresarse, como si pretendiese dibujar  líneas en el espacio.

‘Bahía’ (2001), perteneciente a la serie «El Mar», presentada por Juan López Salvador en la exposición «El aire». Imagen de Juan López Salvador.

Realiza diferentes series  con títulos en consonancia con su fuente de inspiración, la naturaleza y el paisaje insular. En la exposición «El aire» (2001) presenta «Trampas de viento», «Acantilados», «El Mar», y «Paisajes». «Trampas de viento» la más numerosa, muestra una línea evolutiva hacia la abstracción. Espirales que recuerdan a Chirino que terminan en formas cuadradas o rectangulares. Juega con el dinamismo y la quietud, la rigidez geométrica con el torbellino de la espiral en su afán de movimiento. Muestra la rigidez del metal con el torbellino del viento, explora diferentes tensiones entre el dinamismo y la quietud.

Juan López Salvador va más allá de las formas, su obra destaca por su creatividad. Además de buscar volúmenes, y texturas, concilia la abstracción con la naturaleza, busca la esencia de los paisajes, sus formas rocosas, el dinamismo del viento, y la sensación que pueden provocar en el ser, tales experiencias. En palabras del artista, lo que pretende conseguir al admirar su obra, es  [algo similar a lo que siente el caminante cuando en una vuelta del sendero se encuentra con una visión inesperada que detiene sus pensamientos].

A lo largo de toda su trayectoria ha participado en diversas exposiciones colectivas «Límites de Expresión Plástica en Canarias» (1985),  «Identidad y Cosmopolitismo»  (1999), «Feria de Arco» (2003) además de exponer individualmente,  «Mirador» (1987), «Latidos» (1996), o «Reflejos de mar» (2003). Su obra se puede contemplar en el CAAM, en el TEA, así como en otros lugares públicos. Entre sus últimos reconocimientos, destacar su plaza como miembro numerario  de la Real Academia de Bellas Artes.

Medín Martín (Breña Alta, 1955): Se dedica a la escultura tras admirar las obras de la I Exposición de Escultura en la Calle, celebrada en 1973 en Tenerife. En su obra sobresalen tres características: un gran dominio técnico, el tratamiento de múltiples materiales, aunque siente predilección por la madera y el estudio de la figura humana en su tratamiento orgánico similar a Henry Moore, «La fuerza de la mano» (1987) y que con el tiempo va estilizando y fragmentando. Trabaja con diversidad de materiales (caoba, bronce, latón, hierro, plomo) en su obra incorpora un desarrollo constructivista que contrasta con las figuras humanas. «Habitáculo-Caballo» (1989).

Comprometido con su tiempo, Medín Martín, presenta una interesante colección de piezas concebidas como «Ofrendas» (2004), como muestras de gratitud a diferentes elementos naturales. Conjuga las diferentes tradiciones, culturas y razas en esta especie de amuletos. Tallados en madera, el engaste y la superposición de materiales como el plomo, el cristal o el bronce, da un nuevo enfoque en su quehacer artístico.

No olvida sus raíces isleñas, realiza monumentos ubicados en espacios públicos, dedicados a las aguadoras, a las mujeres lecheras, al agricultor o al emigrante. «Homenaje a la aguadora» (2000) para el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, o el «Homenaje a las mujeres lecheras» (2007) que realiza  en Breña Alta, La Palma.

Obras destacadas de Medín Martín

Imágenes cedidas por Medín Martín.

Roberto Martinón (Madrid, 1958): El más cercano a la generación de los setenta, el material por excelencia en su obra, es la piedra. Su obra se divide en dos etapas: la primera, da importancia a las superficies pulidas, la masa y formas curvas teniendo como referentes a  Henry Moore o como señala Ángeles Alemán […sus propuestas bien podrían enlazar con Bárbara Hepworth…]. En la segunda etapa, las formas se estilizan y son cada vez más geométricas, considerando más las aperturas, la movilidad de las piezas así como el espacio que las rodea.

Su trabajo con basaltos le permite trabajar los aspectos rugosos del material y contraponerlas con las pulidas, «El paseante»  (1987) ubicada en el Hotel Escorial, Playa del Inglés (Gran Canaria). En sus últimos trabajos utiliza las estructuras metálicas y las interrelaciona con la piedra. Las masas curvas y bien pulidas con la interrelación de la forma con el espacio, aparecen en obras de gran formato como se puede observar en «Agua»  (2006), en el barrio de La Salud (Tenerife) o «Potala»  (2007) en el parque Islas Canarias (Lanzarote).

Obras destacadas de Roberto Martinón

Imágenes cedidas por Roberto Martinón.

Evelina Martín (Arrecife, 1962).Trabaja con materiales moldeables y siente predilección por el bronce  y la teja. Obras con influencias expresionistas, nos muestra pequeñas figuras con rostros asiluetados con una clara finalidad: mezclar materiales y romper las formas.

Juan Carlos Batista (Tegueste, 1960). Escultor autodidacta y con formación artesanal, su obra destaca por ser variada desplegando una temática algo inusual: el mundo fantástico, los mitos, héroes de cómic y fauna. Estudia las posibilidades que le puede dar la madera, creando composiciones geométricas similares a las de Pepe Abad.

Entre sus obras más destacadas figuran sus «Pipas»  (1986) en cuyas cazoletas talla un mundo fantástico de animales, héroes del cómic y la mitología. Juan Carlos Batista hereda la faceta lúdica  e inventiva de los dadaístas. No olvida a los grandes del panorama artístico en Canarias y homenajea a Néstor con una escultura que realiza en el año 1988. En la década de los noventa y comienzos del milenio dedica gran parte de su trabajo a la fotografía interesándose en el tema del paisaje y la guerra. Cierto gusto por la fotografía de ficción, reflejando una mirada amarga sobre la naturaleza humana.

Manolo González (Las Palmas de Gran Canaria, 1965) Escultor natural de las Palmas de Gran Canaria, realiza sus primeras exposiciones con piezas figurativas, de cerámica y talla de madera, en el Real Club Náutico de la capital grancanaria.

Su primera obra pública data de 1989. Se trata de «Adargoma», una escultura figurativa de tamaño real y realizada en resina de poliéster, homenaje a un noble canario de época prehispánica.

A principios de los 90 se va a producir su consagración con múltiples encargos. Manolo González realiza numerosas son las obras públicas en esta década. «Guiniguada», ubicada en la fachada de la Fundación Maphre-Guanarteme, las dos obras denominadas »Los Muchachos de la Biblioteca», encargo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, o el homenaje a «Jaques Cousteau” entre otras. A ello hay que sumarle numerosas exposiciones: «Hedoné», «Salomé-Sebastián... o el objeto del deseo»,  «Abisal» o  «Doom a Sigh».

Con la entrada en el siglo XXI, el trabajo de este escultor grancanario se multiplica. Numerosas instituciones como el Gobierno de Canarias, los Ayuntamientos de Las Palmas de Gran Canaria o el de Telde, la Universidad, o el Cabildo de Gran Canaria, le encargan numerosas obras, siendo uno de los escultores más prolíficos en el panorama canario en los últimos años.

Rosa León (La Aldea de San Nicolás, 1962). Parte de unas pautas iniciales que evolucionan para dar paso a una obra en diferentes líneas de actuación. En su obra prevalece la escultura monumental y trabaja la piedra realizando obras figurativas, geométricas y cubistas. Indaga o profundiza en las posibilidades escultóricas del cuerpo humano y estudia las combinaciones espaciales que se producen en los bloques de piedra.

Antonio del Castillo (Tenerife, 1956).Como muchos de sus compañeros de la época, su formación es autodidacta. Ocupa un lugar destacado en la escultura canaria, pues su obra no muestra referencias insulares. Realiza piezas metálicas de tipo monumental con formas geométricas y dentro de una temática que la vincula al mundo de la construcción. Es un estudioso de la historia de la arquitectura y los elementos que la componen. Se vincula al proceso  conceptual, donde la idea es el principal material de la escultura. Sus referencias están en la última escultura inglesa y española. Entre sus obras más destacadas: «El Bosque» (1988), «Umbral I, Obra en hierro» (1988).

  6/8