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  2. FLORA Y VEGETACIÓN EN CANARIAS    
 
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Zona de bosque termófilo

En la vegetación potencial de las Islas, puede afirmarse que diversas plantas de porte arbóreo, tales como dragos, palmeras, sabinas, etc. eran muy frecuentes en el piso basal (se entremezclaban con los matorrales costeros). Constituían, por lo general, comunidades de transición a la vegetación del piso montano (montes de laurisilva en las vertientes húmedas norteñas o pinares en las exposiciones meridionales secas). Los bosques termófilos no se hallan directamente afectados por el mar de nubes. Reciben unas precipitaciones de entre 350 y 600 mm. al año, y exigen unas condiciones térmicas poco contrastadas, con unos niveles buenos de insolación.

Los palmerales son uno de  los mejores exponentes de bosques termófilos. Palmeral de Las Toscas, La Gomera. (PTLG)

Este piso ha sido denominado también sabinar-palmeral, por ser dos de las principales especies que lo componen, aunque aparecen siempre acompañadas por otras, tanto herbáceas como arbustivas. En Canarias, junto a las especies ya citadas y otras tales como el acebuche, el olivo salvaje, el peralillo o marmolán, se hallan numerosas especies arbustivas de gran interés. Entre ellas están el espinero, granadillo, jazmín, etc., que contribuyen a formar en su conjunto una de las comunidades de mayor riqueza en las Islas.

¿Qué especies constituyen el bosque termófilo?

El bosque termófilo está compuesto por varias especies arborescentes y arbustivas de origen mediterráneo o norteafricano como la sabina (Juniperus phoenicea) que originan formaciones casi monoespecíficas en algunas islas. A ella se le unen la palmera canaria (Phoenix canariensis), que se puede observar en los valles y fondos de barrancos y en algunas laderas escarpadas, constituyendo un elemento fundamental del paisaje. El drago (Dracaena draco), símbolo del paisaje vegetal de las Islas. El sauce (Salix canariensis), un endemismo macaronésico de pequeño tamaño (arbusto o árbol pequeño). También aparecen el almácigo (Pistacia atlantica), el lentisco (Pistacia lentiscos), el peralillo (Maytenus canariensis), el orobal (Withania aristata), la salvia (Salvia canariensis), la gamona (Asphodelus aestivus), las jaras (Cistus monspeliensis), el hediondo (Bosea yerbamora), etc.

Estado de conservación

La vegetación del bosque termófilo ha sufrido una espectacular disminución como consecuencia del intenso aprovechamiento que el hombre ha hecho de ella.  La franja altitudinal que ocupa el bosque termófilo ha sido tradicionalmente zona de establecimiento poblacional. Esta zona ha sido las más utilizada tradicionalmente para la agricultura, por lo que la vegetación potencial ha sido roturada. La palmera es la especie que más aparece, ya que tuvo un aprovechamiento por parte del agricultor. Ello ha dado lugar a que las comunidades termófilas se encuentren muy fragmentadas, con una clara disminución de su primitiva composición florística.

Las comunidades vegetales pertenecientes al bosque termófilo se encuentran muy localizadas. Destacan el famoso sabinar de la isla de El Hierro, los sabinares del noroeste de La Gomera, y algunos de área muy reducida existentes en la zona de Afur en Tenerife, y en la isla de La Palma. Asimismo destacan importantes palmerales como los de Fuerteventura, Lanzarote, La Gomera o los del sur de Gran Canaria.

Los grupos naturales más importantes de dragos se hallan en la isla de Tenerife (Roque de Tierra y Roque de las Ánimas, en Anaga; Barranco del Infierno y Barranco de Las Carboneras) y en La Palma (El Palmar, Franceses y Las Tricias, en Garafía; La Tosca, en Barlovento).

El Valle de Haría, en Lanzarote, es conocido como el ‘valle de las mil palmeras’. (FT)
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