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Relieve

El relieve de Tenerife se caracteriza, fundamentalmente, por tres tipos de estructuras volcánicas bien diferenciadas: los macizos antiguos (Anaga, Teno y Adeje), las dorsales (Pedro Gil, Abeque y dorsal Sur o de Adeje) y el edificio central de Teide-Pico Viejo.

Si trazamos una línea imaginaria que vaya desde el macizo de Anaga, situado en el extremo este insular, hacia Las Cañadas del Teide, en el centro de la Isla, y de aquí enlazamos con el macizo de Teno, situado en el extremo noroeste, se marca la trayectoria del ‘espinazo de Tenerife. A un lado la vertiente norte, con el Valle de La Orotava como principal exponente; y al otro, la vertiente sur, con el Valle de Güímar. Desde esta gran divisoria que parte a la Isla en dos, nacen casi todos los grandes barrancos de la Isla.



Macizos Valles
Dorsales Barrancos
Edificio central Costas



Macizos

El macizo de Anaga queda perfectamente limitado, al oeste, por los montes de La Esperanza, pertenecientes a la dorsal de Pedro Gil y ,al norte, sur y este, por el mar. A pesar de no presentar grandes alturas, posee un perfil topográfico irregular y escarpado, donde destaca el Pico del Inglés como mayor altitud, con 1.024 m. Debido a la antigüedad de sus materiales (5,7 millones de años), a la elevada alteración de los mismos y a la densa red de diques que atraviesan el macizo, se han dejado en resalte numerosos roques, tanto de origen fonolítico como traquítico. Algunos ejemplos son el Roque de Taborno, Roque de Anambro, Roque de Las Ánimas, Roque de los Pinos, o los Roques de Anaga.

Roque de los Pinos, en el macizo de Anaga. (AMAPCIT)

Existe una densa red de barrancos muy encajados, como profundas yestrechas incisiones que surcan todo el espacio. Se han originado por la acción de agentes erosivos externos, fundamentalmente, por agua mediante escorrentía superficial. Destacan algunos barrancos como el de Tomadero, Afur, Taborno, San Andrés o Tahodio, entre otros.

En la costa de Anaga predominan los acantilados, por lo que existe un número escaso de playas. Las que hay suelen coincidir con la desembocadura de barrancos, algunas de rocas y otras muy bellas de arena negra. Algunos ejemplos son las playas de Taganana, Almáciga, Benijo, Roque Bermejo, Las Gaviotas o Antequera. También está la popular playa de Las Teresitas que, originalmente, era de cantos y arena negra, cubriéndose más tarde de arena amarilla procedente del Sahara.

El macizo de Teno se encuentra en el extremo noroeste insular, limitado totalmente por el mar, excepto en su sector este, donde se encuentra con coladas lávicas procedentes del complejo Teide-Pico Viejo y de la dorsal de Abeque. Al igual que en Anaga, se trata de una zona de estructuras desmanteladas y profundos barrancos que se han originado por erosión, sólo que con materiales aún más antiguos, de unos 7,4 millones de años. Destacan algunas altitudes como Montaña de Gala (1.342 m) o Pico Baracán (1.000 m); y barrancos como el de Carrizal, El Natero o el popular Barranco de Masca.

El paisaje más característico e impresionante de este Macizo se encuentra en su costa sur. Se trata de los Acantilados de Los Gigantes, que llegan a alcanzar en algunos puntos los 500 m de altura. La costa norte y oeste no es tan escarpada; está suavizada por derrames de lava posteriores a la formación de los cantiles, procedentes de los volcanes de Teno Alto, El Palmar o de la Montaña de Taco. De esta manera, se creó la rampa lávica o Isla Baja del noroeste, que une los escarpes fosilizados con el mar.

Acantilado de Los Gigantes. (DM)

Debido a lo accidentado del terreno existen pocas playas, muy cortas, situadas en las desembocaduras de barrancos o asociadas a la plataforma costera. Destacan las de Buenavista, Los Gigantes, Carrizal, La Caleta de Interián, Masca o la playa de Punta de Teno.

El macizo de Adeje se sitúa en el sur de la Isla, teniendo como principal exponente al Roque del Conde o de Ichasagua (nombre de un antiguo jefe guanche), con 1.001 m de altitud. El Macizo no es tan relevante por su reducida estructura inicial, hecho que se ha visto agravado a lo largo de su historia geológica por el intenso desmantelamiento que han sufrido sus materiales, perdiendo así su aspecto y potencia original.

Técnicamente, los macizos antiguos tienen sus límites claramente marcados, diferenciándose del resto del territorio insular como un conjunto (como ocurre en Anaga y Teno). En Adeje encaja mejor la denominación de Relieve Antiguo, que es cuando la fragmentación de la estructura es importante y la relevancia sobre el terreno circundante insuficiente. Es la zona más antigua de la Isla, donde se han datado rocas de más de 11 millones de años, y se une a la pared sur de las Cañadas del Teide, con un conjunto de volcanes alineados y rampas lávicas.

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Dorsales

La Cordillera dorsal o dorsal de Pedro Gil es la más importante de todo el Archipiélago canario en extensión y en desarrollo vertical. Abarca desde los inicios del monte de La Esperanza, a unos 750 m de altitud aproximadamente, hasta la zona central de la Isla, cerca del circo de Las Cañadas, siendo su punto más elevado el de Izaña, con 2.350 m de altitud. Esta estructura está originada por un vulcanismo fisural de tipo basáltico a partir de uno de los ejes o directrices estructurales de la Isla, con dirección noreste-suroeste. Se formó al irse acumulando y solidificando la lava capa a capa, hasta que llegó a alcanzar el impresionante porte actual. En total son 25 km de longitud y 1.600 m de altura.

Cordillera Dorsal o Dorsal de Pedro Gil. (DM)

La dorsal de Abeque la constituye una cadena de volcanes que unen el macizo de Teno con el edificio central insular Teide-Pico Viejo. Sigue la dirección noroeste-sureste, la del otro de los tres ejes o directrices estructurales que han dado origen al vulcanismo en Tenerife. Se dieron erupciones fisurales que generaron la alineación de volcanes en torno a Montaña Bilma (1.372 m), a la que también pertenece el volcán histórico de Chinyero (1.560 m), cuya última erupción se registró en 1909. También hay otros volcanes asociados a esta dorsal, como la Montaña Cascajo, Montaña Aguda o el Volcán de la Abejera.

La dorsal Sur o dorsal de Adeje sigue la dirección norte-sur, la del último de los ejes estructurales. Destacan los restos de su Macizo como formación primigenia, y también las alineaciones de pequeños conos volcánicos y de roques dispersos por toda esta zona del sur tinerfeño. Además del Roque del Conde, destacan otros como el de Igara (393 m), el Roque de Jama (778 m), el Roque Imoque (1.100 m) y conos volcánicos alineados como Montaña Gorda, Montaña Cumplida, Montaña de Chó o Montaña Chineja.

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Edificio central

Las principales estructuras de Tenerife se culminan en el edificio central, con el complejo Teide-Pico Viejo y el circo de Las Cañadas. Se trata de una enorme semicaldera de 130 km2, que ha sido creada por un complejo conjunto de procesos geológicos (explicados en el punto Origen y formación de Tenerife). Esto ha sido así debido a la acentuación de la actividad volcánica que se ha dado en este lugar, provocada por el cruce de las tres directrices o ejes estructurales que dieron lugar al vulcanismo insular justo debajo del Edificio Central.

El circo está ocupado, en parte, por el estratovolcán Teide-Pico Viejo y rellenado por los materiales que ha emitido en sus diferentes erupciones. Destacan en su interior los Roques de García, donde se alternan algunos de origen volcánico y otros de origen sedimentario, entre los que está el más conocido, el Roque Cinchado o ‘árbol de piedra’. Otra formación llamativa son Los Azulejos, compuesto por fonolitas de colores verdosos que se han creado por actividad hidrotermal.

También hay algunos conos como Montaña Blanca y Montaña Majúa, que son domos volcánicos que emitieron materiales sálicos con gran explosividad. La Montaña Mostaza es otro volcán conocido, cuyo topónimo se debe a la hierba pajonera (Descurainia bourgeauana), que coloniza sus laderas a barlovento, al ser la única especie vegetal que soporta el fuerte viento que se suele dar en la zona. También es conocida como ‘hierba mostaza’, ya que pertenece a la familia de éstas.

El sur de La Caldera está limitado por paredes prácticamente verticales, que son vestigios del antiguo relieve que ocupó el lugar. Destaca Montaña Guajara, que con 2.717 m es la de mayor altitud. Al pie de estas paredes se han formado las Cañadas del Teide, llanos endorreicos de materiales sedimentarios muy finos, siendo el más conocido el Llano de Ucanca.

El Teide se eleva en el interior de la Caldera hasta los 3.718 m sobre el nivel del mar, logrando ser el pico más elevado de Canarias, la Macaronesia y del territorio español. Suele permanecer parte del año nevado y desde su cima se pueden divisar las siete Islas en días despejados. Se ha originado inicialmente por materiales basálticos, que han ido cubriéndose posteriormente por manifestaciones sálicas. Predominan los basaltos, traquitas y fonolitas (materiales sálicos) y los traquibasaltos (de naturaleza intermedia).

Al oeste se encuentra el volcán Pico Viejo, con su espectacular cráter, muestra de las cicatrices que le produjeron las potentes explosiones que se dieron durante su periodo de actividad. En un lateral de éste, se encuentra el Volcán de Chahorra o Narices del Teide, donde se produjo la última erupción que se ha dado en el entorno del Teide, en 1798. Se pueden apreciar perfectamente las coladas de tipo basáltico que emitió, que se superponen a las que ya estaban.



Valles

Los valles son otra de las formas de relieve más destacadas. Los más importantes son el Valle de La Orotava y el Valle de Güímar, aunque realmente no lo sean. Técnicamente son semicalderas de deslizamiento, que se han generado por el movimiento en masa de gran cantidad de materiales que se desplazaron al mar, creando una impresionante hondonada en el terreno.

Se han llegado a plantear diferentes teorías a lo largo de la historia para explicar su formación, pero por estudios recientes, la teoría de los deslizamientos gravitacionales, creada por Don Telesforo Bravo, es la más aceptada.

En la vertiente norte se encuentra el Valle de La Orotava, delimitado por las laderas de Santa Úrsula, al este, y la de Tigaiga al oeste. Sus altitudes más destacadas son Joco (1.953 m) y La Fortaleza (2.160 m), respectivamente.

En otros tiempos fue famoso por su verdor y naturalidad. Incluso, llegó a dejar perplejos a naturalistas ilustres de la talla de Alexander von Humbodlt, quien dijo de este valle que era “el lugar más hermoso del planeta”. Hoy en día sigue siendo espectacular, aunque muy reducida su naturalidad por el incremento poblacional.

En la vertiente sur de la Isla está el Valle de Güímar, situado entre las laderas de Güímar, al oeste, y la de Chafa al este. Sus mayores altitudes son Ayosa (2.078 m) y Pico Cho Marcial (2.023 m), aunque también destaca el Volcán de Arafo o de Arenas Negras, con las coladas de la erupción histórica de 1705.

Igualmente, este valle se ha visto afectado por el aumento demográfico y por las extracciones de áridos, pero no deja de ser un paisaje espectacular que también ha tenido sus admiradores a lo largo de la historia, como Charles Edwardes, viajero inglés del siglo XIX que registró su encuentro: “[…] y así sucedió, que el Valle de Güímar se abrió ante mí, completamente desprevenido al rodear una inmensa montaña. Aquél era un delicioso panorama. Humboldt afirmó que el Valle de La Orotava es el más bello del mundo. En mi opinión, Güímar es más bello que La Orotava, aunque no cuente con el Pico entre los elementos de su paisaje. Hay que añadir que Humboldt nunca estuvo en Güímar […]”. (Excursiones y Estudios en las Islas Canarias. Traducción y notas Pedro Abona Ponce. Cabildo Insular de Gran Canaria. Las Palmas de Gran Canaria, 1998, pág. 164).

Existen otros valles que se distribuyen por diversos puntos de la geografía insular, aunque de diferente naturaleza. Suelen ser valles intercolinares que han quedado como zonas vacías tras la acumulación de mayor cantidad de materiales en lomas laterales, o simplemente cauces amplios de barrancos que han ido evolucionando hasta adquirir un aspecto similar a un valle.

Una excepción la constituye el Valle de Icod, en el norte de la Isla. Se cree que también fue formado, en primera instancia, por un deslizamiento gravitacional por materiales del antiguo estratovolcán que se había generado en la cumbre de la Isla. La masa desplazada fue desalojada hasta el mar, creando la depresión o Valle de La Guancha-Icod (nombre que le dio Don Telesforo Bravo). Posteriormente, se fue modelando el aspecto actual del Valle de Icod, quedando reducido su espacio por rellenos lávicos procedentes de las erupciones del Teide-Pico Viejo y de algunos volcanes cercanos. Es una rampa lávica que abarca desde las faldas del Teide hasta el mar, limitado al este por la ladera de Tigaiga, y al oeste, por el macizo de Teno. Se cree que su denominación deriva de un antiguo barranco que existía en la zona, que desalojaba aguas procedentes de Las Cañadas antes de que se formara el Teide-Pico Viejo.

Encontramos en el noreste el Valle de Tegueste, situado entre el sector occidental de Anaga y las montañas de La Laguna. Está formado por el contacto entre materiales antiguos y recientes, al igual que otros como el Valle Tabares y Valle Jiménez. Más cerca de la costa se encuentra Valle Guerra, que junto con Tegueste constituye una zona eminentemente agrícola y productiva, por influencia directa de la humedad de los alisios.

En esta zona destaca la Mesa de Tejina (622 m), que es una antigua colada que discurrió sobre un valle situado a menor altitud. Ha resistido a los procesos erosivos, quedando en resalte por el desmantelamiento de todos los materiales circundantes. Cerca de este lugar hay otra, la Mesa Mota (734 m), situada en el entorno de la Vega de La Laguna y la meseta de Los Rodeos. Constituyen el tránsito entre el Macizo de Anaga y la Dorsal de Pedro Gil. Aquí comienza una rampa lávica hacia el sur, que llega hasta la costa de la capital insular, intercalándose con algunos conos volcánicos.

En el oeste insular encontramos el popular Valle de Santiago. Ha sido formado por el relleno de un antiguo valle existente en la zona, rodeándolo impresionantes paredones pertenecientes al macizo de Teno. Son coladas lávicas de la Serie III y IV, que fueron emitidas por los volcanes de la dorsal de Abeque. Abarca desde los 925 m de altitud, aproximadamente donde se sitúa la capital municipal de Santiago del Teide, hasta Puerto de Santiago, en la costa.

En el sur está el Valle de San Lorenzo. En realidad no se trata de un valle, sino de una rampa lávica que está rodeada por multitud de roques. Al disponerse de forma semicircular abierta hacia el mar, le confieren a la zona el aspecto de un verdadero valle, de ahí el arraigo de su topónimo. Es muy importante en el conjunto insular desde el punto de vista agrícola, y ha pasado a ser uno de los lugares más poblados en las últimas décadas.

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Barrancos

Tenerife, debido a su gran altitud, tiene laderas muy abruptas surcadas por gran cantidad de barrancos. Constituyen uno de los elementos más característicos de su paisaje, formados por la erosión que provoca la escorrentía superficial.

Barranco de Badajoz, en Güímar. (DM)

Además de los que ya hemos citado dentro de los macizos antiguos, destacanalgunos en el norte: el Ba­rranco de Acentejo, famoso por la bata­lla en la que los guanches derrotaron a los conquistadores, o el Barranco de Los Sauces, en la misma comarca. También es conocido el Barranco de La Arena, situado entre La Orotava y el Puerto de la Cruz, aunque la zona que alberga los de mayor pendiente y profundidad está entre Los Realejos y San Juan de La Rambla. El principal es el Barranco Ruiz, conocido Espacio Natural Protegido de enormes paredones que ha sido formado por la erosión. También destacan el Barranco de las Ánimas y el de Castillo.

En el sureste sobresale el capitalino Barranco de Santos, que parte la ciudad de Santa Cruz en dos. A medida que nos desplazamos hacia el sur de la Isla, también sobresalen otros como el Barranco Grande, Barranco Hondo, Badajoz, Herques, San Joaquín, Tamadaba, Madre del Agua, El Río, Los Molinos o el Barranco de Orchilla, que separa los municipios de Granadilla y San Miguel de Abona.

En el suroeste de la Isla cabe citar el Barranco del Rey, Barranco del Infierno, del Agua, Erques, de Guía o el Barranco de Santiago.

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Costas

Las costas son, en general, muy accidentadas y abruptas, aunque lo son más en la zona norte que en el sur. A veces se encuentran formando acantilados de gran envergadura, destacando sobre todo en los macizos antiguos, donde superan los 500 m de altura. También la costa norte posee playas importantes de arena negra, aunque en la vertiente sur y suroeste de la Isla es donde más predominan. Es una costa menos accidentada, con aguas más tranquilas y temperaturas un poco más altas. Se desarrollan así playas de arena (en los lugares más abrigados) o de callaos.

A pesar de tener muchas zonas escarpadas, el sur y suroeste de la Isla posee un gran número de playas y calas interesantes. Suelen ser de arena más clara que las del norte, destacando las de los núcleos turísticos más visitados. Algunas pueden ser la Playa de La Tejita y del Médano (Granadilla), Las Vistas (Los Cristianos, Arona), Playa de Troya (Las Américas, Adeje), Playa de la Enramada y del Duque (Fañabé) o la Playa de la Arena (Santiago del Teide), siendo esta última de una característica arena negra. También hay muchas atractivas calas de arena, como en la zona de La Caleta de Adeje.

Playa del Médano. (DM)

En toda la costa norte y noreste, las playas son, en general, más agrestes, de arena negra y cantos. En Anaga podemos citar las Playas de Benijo, Almáciga y Taganana como las más atractivas y visitadas, sobre todo, por surfistas. Continuando hacia el oeste, nos encontramos con la Playa del Arenal, entre Bajamar y la Punta del Hidalgo, y la de la Arena en Mesa del Mar. Ya en La Orotava, tenemos la Playa del Rincón o Los Patos, y al lado, en el término del Puerto de la Cruz, la Playa del Bollullo. En este mismo municipio turístico también está la Playa de Martiánez y la remodelada Playa Jardín.

Siguiendo hacia el macizo de Teno, está la popular Playa del Socorro, en Los Realejos, donde también se suele practicar surf. Desde aquí hasta Teno, lo que predominan no son playas, sino algunas calas y charcos interesantes, como el Charco de La Laja, (San Juan de La Rambla), el Charco del Viento, (La Guancha) o los Caletones de Garachico, además de la otra playa de arena negra del norte: Playa de San Marcos, en Icod de Los Vinos.

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