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  14. CANARIAS EN EL SIGLO XIX    
 
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1851: EL C�LERA EN GRAN CANARIA

“Que sea tan eterna en los corazones sensibles, como en la memoria de lo que en esos días pasó en esta ciudad [Las Palmas] y poco después en la isla entera: memoria cruel y desgarradora, que no mata porque de vez en cuando se presenta sólo como un ensueño doloroso, como una angustiosa pesadilla; y entonces respiramos por un momento y recobramos un tanto nuestro agotado sufrimiento, porque llegó el caso en que no había por todas partes más que enfermos, moribundos y cadáveres; en las chozas, en las casas, en los hospitales, en las calles, en los caminos y cementerios: enfermos a los que no había quien pudiera socorrer, y que morían hasta sin el consuelo de probar una gota de agua para mitigar esa sed devoradora signo característico del mar; moribundos que no veían junto a sí en su última hora un semejante que les prestara algún consuelo, que sólo oían los gritos de espanto y los llantos de desolación de sus familias o vecinos que huían ya atacados y caían también moribundos en medio de su carrera (…). No hay en esto exageración alguna. ¡Ojalá la hubiera! ni se crea tampoco que fue efecto de abandono o descuido de las autoridades: no, fue obra de la intensidad, de la rapidez y de la generalidad del mar que diezmó en pocos días la población de la isla. En esta ciudad (Las Palmas de Gran Canaria) cuya población quedó bastante reducida, hubo día en que los muertos pasaron de 180: los barrios de San Nicolás, San Lázaro, según el censo exacto que tenemos a la vista, contenían 2.200 habitantes; pues bien, murieron setecientos y más: casi toda la población que quedó en esta ciudad fue invadida en muy poco tiempo y el número de muertos pasa de un 40 por 100.”

LÓPEZ BOTAS, Antonio. Informe sobre el cólera. 15 de agosto de 1851.

El cólera: causas y consecuencias

El cólera es una enfermedad provocada por una infección intestinal por la bacteria Vibrio cholerae. El enfermo padece diarrea profusa, vómitos y entumecimiento de las piernas. La rápida pérdida de líquidos corporales lleva a la deshidratación y a la postración. Sin tratamiento adecuado, puede ocurrir la muerte en cuestión de algunas horas.

Una persona puede adquirir cólera bebiendo agua o comiendo alimentos contaminados con la bacteria del cólera. Durante una epidemia, la fuente de contaminación son generalmente las heces de una persona infectada. La enfermedad puede diseminarse rápidamente en áreas con tratamientos inadecuados del agua potable y de aguas fecales. La bacteria del cólera también puede vivir en ríos salobres y aguas costeras.

Es poco común la transmisión del cólera directamente de una persona a otra; por lo tanto, el contacto casual con una persona infectada no constituye un riesgo para contraer la enfermedad.