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El General Don Antonio Guti�rrez comunica al Secretario de Guerra la victoria sobre los ingleses, primer parte conducido por el propio almirante ingl�s
Julio 25, Santa Cruz de Tenerife.
Exmo. Se�or.
El d�a 22 del corriente amaneci� enfrente de esta Plaza una escuadra inglesa, con sus lanchas, formadas en dos divisiones: la primera, ya muy cerca de tierra y pronta a desembarcar sus tropas por nuestra izquierda, mand� hacer la se�al de alarma, y a ella viraron y bogaron en vuelta de fuera las lanchas enemigas.
A la siete volvieron a seguir su primera direcci�n, desembarcando fuera del alcance de nuestro ca��n, por la playa del Valle del Bufadero, y se apoderaron de una colina llamada del Valle Seco, en cuya inmediaci�n fondearon las tres fragatas; inmediatamente hice tomar todas las alturas dominantes, y asegurar los desfiladeros, de forma que viendo frustradas por esta parte sus ideas, despu�s de haber mantenido su posici�n todo el d�a, se reembarcaron durante aquella noche, y al amanecer del d�a siguiente, haci�ndose a la vela el todo de la escuadra.
El 24, amaneci� esta a la vista con otro nav�o de aumento; se mantuvo boltegeando, y por la tarde fonde� sobre nuestra izquierda, dando indicios de querer atacar el castillo de Paso Alto.
Estos preparativos, lejos de enga�arme, me persuadieron que su verdadera intenci�n era atacar y asaltar el frente; por lo que di las disposiciones que me parecieron convenientes para en tal caso rechazarlos sin por esto desatender la izquierda.
Efectivamente, al anochecer del d�a de ayer acercaron a Paso Alto una fragata y la bombardera, empezando a bombardear dicho castillo, a las dos y media de la madrugada asaltaron el frente por distintos puntos y en todos con arrojo y vigor, consiguiendo, a pesar de nuestra bien dirigida metralla, internar sus tropas en el pueblo, y estuvieron estas peleando con las nuestras hasta que a las cuatro de esta ma�ana solicitaron que yo les entregase la Plaza, en cuyo caso a nadie perjudicar�an y que de lo contrario la incendiar�an; respond� que a�n ten�a p�lvora, balas y gente; continuaron bati�ndose; sucesivamente se present� un oficial a nombre del comandante manifest�ndome que no era su intenci�n perjudicar a nadie en su persona, sus intereses, y que as� no nos molestar�a si les entregaba los caudales de S.M., pero que de lo contrario no pod�a responder de las consecuencias; di la misma respuesta, y a corto rato vino a parlamentar el segundo comandante de la tropa, haciendo igual propuesta; a la cual contest� en los propios t�rminos que a las anteriores, y por fin convenimos en lo que consta de la adjunta copia del papel escrito por el mismo oficial y ratificado por el comandante principal.
Los ingleses tuvieron una considerable p�rdida, pues malogrado el objeto de tan costosa expedici�n, mandada por oficiales del mayor cr�dito, su Almirante, Nelson, perdi� un brazo, su segundo, Andrews, fue herido igualmente que otros varios oficiales. Muri� el Capit�n Bowen y muchos soldados, siendo tambi�n considerable entre �stos el n�mero de heridos, y nuestra p�rdida de corta consideraci�n.
Hago esta relaci�n muy de prisa, por haberme ofrecido el mismo Almirante que har�a llegar con seguridad por Lagos, o C�diz, cualesquiera pliegos que yo quisiera remitir, y reservo para otra ocasi�n hacerla m�s circunstanciada, sin deber por eso omitir ahora el suplicar a V.E. que al tiempo de enterar al Rey de la Gloria que han conseguido sus Reales Armas, se sirva hacerle tambi�n presente que solo deseo ocasiones en que acreditar mi celo por su mejor servicio y mi amor a su Real Persona.
Dios guarde a V.E. muchos a�os. Santa Cruz de Tenerife, 25 de julio de 1797, Antonio Guti�rrez.
Exmo. Se�or don Juan Manuel �lvarez.
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