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El folclore musical canario, como cualquier otro hecho cultural del Archipiélago, tiene su origen en un conjunto de factores. Al igual que un árbol, enclava sus raíces en el mundo guanche. Su tronco es consecuencia de las distintas influencias foráneas, especialmente española, que desde la colonización han ido contribuyendo a la riqueza y variedad folclórica. Sin embargo, las ramas son producto del temperamento y psicología del pueblo canario. Éste ha logrado dar un toque original, cadencioso, alegre, humorístico, melancólico..., como el de su propia personalidad. El resultado final de ese folclore ha terminado siendo diferente del que le ha dado origen. Es como el árbol, tiene identidad y autonomía funcional, distinto de la semilla que le dio origen.
Históricamente, lo más destacado de este folclore ha sido el baile llamado "El Canario", de origen guanche. Fue llevado por los conquistadores a Europa y se puso de moda en las cortes europeas. Era un baile de filas enfrentadas y de carácter festivo. Parece ser que bailes como el "tajaraste", el "sirinoque", el "tango herreño" y el "corrido" proceden de él. Sin embargo, los expertos consideran que, entre ellos, es el "sirinoque", el que, con más seguridad, tiene sustrato guanche.
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| Los Sabandeños han cosechados éxitos dentro y fuera de Canarias, recreando con estilo propio la tradición popular. (El Día) |
En el folclore actual, son las folías, las isas y las malagueñas, los bailes y canciones más distintivos. El timple, pequeña guitarra, es el instrumento musical más representativo. Los trajes son de mucha variedad y colorido, dadas las diferencias entre islas y zonas. Como música culta, son los Cantos Canarios, compuestos por Teobaldo Power, los más característicos, donde resalta el "arrorró", canto de cuna, realzándose, una vez más la relación madre e hijo. Hasta el punto, que la palabra arrorró, según Álvarez Delgado, procede de la palabra guanche "Agrur-u"= "niño mío".
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