Al igual que en el resto de islas montañosas del Archipiélago, las condiciones climáticas de la Isla presentan bastantes contrastes en función de la vertiente, barlovento o sotavento, en que nos encontremos. La práctica totalidad de la comarca está abierta hacia el norte, exceptuando sectores del municipio de Agaete, que orientados hacia el noroeste no ofrecen frontalidad a los alisios, dando lugar a unas condiciones más áridas.

La zona costera está casi siempre despejada y apenas recibe 200 mm de precipitaciones anuales. Éstas aumentan progresivamente con la altitud y, en términos generales, se trata de un clima más húmedo y lluvioso en las medianías y cumbres.

Las temperaturas son relativamente suaves a lo largo del año, la influencia oceánica y su acción termorreguladora impide bruscos cambios de temperatura, tanto en verano como en invierno.

El agua forma parte de la historia de la comarca, y ha marcado su devenir económico. Al terminar la Conquista (último cuarto del siglo XV) y con el objeto de organizar y administrar la distribución de agua destinada a la irrigación de los diferentes cultivos, surgieron diferentes heredamientos de agua. Hoy en día, aún se mantiene la misma filosofía, que provoca que en lugares como Arucas o Firgas el agua esté concentrada en pocas manos.

Acueducto de Trujillo en el municipio de Moya. (TB)

El agotamiento de los recursos hídricos unido al incremento de la superficie cultivada, sobre todo de los cultivos de exportación, llevó a plantear como alternativa la construcción de embalses y presas que permitieran captar y almacenar un volumen importante de agua de lluvia.

La cultura del agua es, por lo tanto, parte fundamental del legado patrimonial de la Comarca Norte. Son numerosos los elementos de ingeniería hidráulica que se pueden encontrar. Galerías y pozos de donde se extrae el agua del subsuelo; grandes embalses y presas que almacenan el agua de lluvia; acequias y atarjeas que reparten el agua de riego entre los agricultores a través de sus bocas o tornas. Agua que circula por las acequias y que salva los desniveles del agreste relieve gracias a la construcción de los acueductos, como el de Los Canales, en Lomo Blanco, o el Acueducto de Trujillo, etc.

Cabe destacar, en el municipio de Firgas, la existencia de los manantiales de agua mineral más populares de Canarias. Estos manantiales fueron intensamente aprovechados por los lugareños y visitantes en el antiguo balneario de aguas termales de Azuaje, del que sólo quedan las ruinas. De la intensa explotación de agua como recurso, sólo queda la planta embotelladora de agua gasificada, famosa agua de mesa utilizada en todo el Archipiélago.

Planta embotelladora de agua. (MC)