Situada en la parte oeste de la Isla, esta comarca está ubicada en lo que conocemos como Paleocanaria o ‘Isla vieja’ y está formada por la alternancia de valles o barrancos y montañas que los coronan. Las traquitas y fonolitas que se depositaron sobre los basaltos de la serie I se encuentran coronando las cresterías de los macizos de Tamadaba-Altavista y Sándara, en los que es posible distinguirlos en una banda de color verdoso. También podemos observarlos en la montaña de Tirma y cerca de la degollada de La Aldea, por la carretera del sur.
Como unidades geomorfológicas principales, podemos nombrar el valle de La Aldea, los barrancos de Tasarte y Tasartico, el macizo de Güi-Güí y los altos (macizo de Altavista, crestería de Sándara, montaña de Inagua (1426 m), barranco de Pino Gordo y la meseta de los Llanos del Viso). El valle de La Aldea es un gran barranco en artesa, creado por la erosión del escudo del primer ciclo de formación de la isla de Gran Canaria. En este espacio, al no verse rellenado por las erupciones del segundo ciclo eruptivo, la erosión siguió su curso, y fruto de ello es la intrincada red de barrancos que lo forma. Presenta, por tanto, formas suavizadas y redondeadas, ya que la erosión ha actuado durante mucho tiempo. Este valle se encuentra abierto al mar por el oeste y es el desagüe natural del barranco de Tejeda, del que es prolongación.
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Barranco de Tasarte, donde se aprecia la fina línea que la culmina, denominada cresterías de La Aldea. (MC) |
Al sudeste de La Aldea, encontramos los barrancos de Tasarte y Tasartico. Son el resultado de la acción erosiva de las aguas fluviales, que ha dado lugar a unas vertientes abarrancadas carentes de suelo que culminan en unas divisorias estrechas como la que va desde la montaña de El Lechugal hasta la de Mogarenes y que separa ambos barrancos.
Al oeste del barranco de Tasartico y al suroeste del de La Aldea aparece el macizo de Güi-Güí. Todo el macizo es una Reserva Natural Especial, no sólo por su flora y fauna, sino por sus valores geológicos y gran interés paisajístico.
Por último, los altos, que son las montañas o divisorias que coronan o delimitan el resto de las unidades. Esta unidad está formada por las montañas del macizo de Altavista y la crestería de Sándara, incluyendo la montaña de Inagua (que, con 1426 m, es la altura máxima de la comarca), el barranco del Pino Gordo y la meseta de los Llanos del Viso (997 m).
En cuanto a la costa, está formada por grandes acantilados que llegan a tener alturas de 600 m, como es el caso de la montaña de Amargar, en el macizo de Güi-Güí. Estos acantilados reflejan un gran retroceso de la línea de costa, ocasionado por la erosión marina. Los barrancos han quedado prácticamente colgados y se han convertido en caideros.
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Debido a lo abrupto de su costa, las playas son casi inexistentes, apareciendo algunas en las desembocaduras de los barrancos, como esta de La Aldea. (MC) |
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