La Comarca Oeste se encuentra enmarcada en lo que se conoce como la Xerocanaria o, lo que es lo mismo, la parte más seca de la Isla. Además, se encuentra lejos de la influencia de los vientos alisios y la humedad que éstos aportan. La vegetación de esta zona, por tanto, se ha adaptado a estas condiciones de sequía. Está formada por importantes masas de cardones, tabaibas, aulagas, verodes, etc., en el piso basal.

Por zonas, el valle se encuentra, prácticamente al completo, roturado para los cultivos, salvo en las zonas de escarpes que lo rodean. En estas paredes encontramos matorrales de cardones (Euphorbia canariensis), tabaibas (Euphotbia optosipholia), balos (Plocama pendula),

Las comunidades de Cardón aparecen en las paredes de los barrancos. (MC)

cornicales (Periploca laevigata). La palmera canaria (Phoenix canariensis) es un elemento tradicional en el paisaje de toda la comarca, y se encuentran importantes reductos en Tasarte, Tocodomán y en el núcleo de La Aldea. En la zona de transición hacia los altos, quedan relictos de lo que en su día pudieron ser bosquetes de almácigos, sabinas, acebuches, etc. Ya en la zona de montaña o altos, encontramos zonas de matorral de ograzos, escobones, etc., y una masa importante de pinar (Pinus canariensis), de las que gran parte han sido repobladas y están protegidas por la Ley de Espacios Naturales de Canarias. Buen ejemplo de estas zonas de pinar es la Reserva Integral de Inagua.

En cuanto a la fauna, es de destacar que en las zonas de costa del macizo de Güi-Güí anida el águila pescadora o “guincho” (Pandion haliaetus), la pardela cenicienta (Calonectris diomedea) y otras aves marinas, ya que los grandes acantilados son lugares idóneos para su hábitat. También, en las áreas de pinar, por ejemplo Tamadaba o Inagua (ambos Espacios Naturales Protegidos), nidifican aves como el Pico picapinos o el Pinzón Azul, especie protegida y en peligro de extinción.

La Comarca Oeste es la menos antropizada de la isla de Gran Canaria, debido a que su medio físico es el menos apto para las actividades humanas. Por otro lado, contiene unos rasgos paisajísticos y ecológicos peculiares que merecen protección. Por ello, el municipio de La Aldea de San Nicolás está protegido casi en su totalidad; sólo queda fuera de la Ley Canaria de Espacios Naturales Protegidos la zona del valle de La Aldea. El resto del territorio está repartido en varias figuras de protección. Éstas son las siguientes:

• Parque Natural de Tamadaba

  La superficie total del Parque es de más de 7.000 has, pero en el municipio de La Aldea de San Nicolás se encuentra sólo un 18%. Se trata de un paisaje de grandes contrastes, donde las zonas de costa están dominadas por acantilados y paredes escarpadas. En el parque se encuentra uno de los pinares mejor conservados de la Isla.

• Parque Rural del Nublo

  Conforma un paisaje de contrastes entre los fuertes escarpes, las zonas de pinar y las zonas de cultivos y viviendas. En él conviven otros espacios protegidos como la Reserva Natural Especial de Güi-Güí o la Reserva Natural Integral de Inagua. Las entidades de población de La Aldea de San Nicolás que se incluyen en este espacio son El Horno, Tasarte, Tasartico y Artejévez, en los que la población no es muy abundante, siendo el más poblado Tasarte.

• Reserva Natural Integral de Inagua

  Las casi 4.000 has que integran este espacio natural están repartidas entre los municipios de Tejeda, Mogán y La Aldea de San Nicolás. Las actividades dentro de él están muy restringidas, limitándose al uso educativo y de investigación. Supone la parte alta de la Comarca Oeste, con una altitud media por encima de los 1.000 m. Es un refugio nacional de caza, en el que la caza está completamente prohibida, salvo que haya que reducir la población de alguna especie por motivos de conservación de otras.

• Reserva Natural Especial de Güi-Güí

  Las 2.920 has de este Espacio Natural Protegido se encuentran en el municipio de La Aldea de San Nicolás. Es un espacio de impresionantes paisajes, muy erosionados por el paso de los años y que tiene unos desniveles de hasta 1.000 m. Se encuentra separado del valle de La Aldea de forma natural por las montañas de Hogarzales, Amargar y El Cedro. Las playas son escasas, ya que es una costa principalmente acantilada, como la de Güi-Güí Chico, a la que se accede caminando por una ladera escarpada.