El paisaje vegetal de la comarca se encuentra claramente alterado por la mano del hombre, y sus encantos naturales se limitan casi exclusivamente al sector del macizo de Anaga.
En esta �rea las distintas condiciones del relieve, clima, exposici�n, suelos y antropizaci�n, han generado un paisaje vegetal muy variado en el que es posible diferenciar varias formaciones.
En la franja litoral, afectada por la mares�a, aparecen formaciones de tarajal. La escasez de arenales imposibilita la aparici�n de formaciones de tipo psamm�filo, estando colonizadas las escasas dunas que hay por un matorral rastrero y abierto, constituido por especies comunes a otras formaciones del tipo basal. En algunos roques y acantilados perviven importantes poblaciones de dragos, que conviven son sabinas y acebuches, destacando las que se encuentras en el Roque de Las �nimas.
En las �reas bajas del macizo, el paisaje aparece ocupado por formaciones arbustivas, constituidas por especies adaptadas a las condiciones sub�ridas y a la pobreza de los suelos. En este sector destacan los cardones y las tabaibas.
Las formaciones de fayal-brezal de Anaga deben su existencia a factores de orden natural y antr�pico. Por un lado, la existencia de crestas batidas por el viento crea un medio natural �ptimo para esta formaci�n. Y por otro, el retroceso de la laurisilva ha propiciado la expansi�n del fayal-brezal.
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Faval-Brezal de Anaga. (SG) |
Una de las formaciones m�s interesantes de todo el macizo es la laurisilva. La superficie actual del bosque, que se extiende principalmente por el llamado Monte de Las Mercedes, es bastante m�s reducida que la que le corresponder�a en fechas anteriores a la consquista, debido a la incidencia humana. En este sentido fuera de lo que son los l�mites del Macizo, cabe destacar la presencia del Bosque del Adelantado, un reducto de laurisilva, en las inmediaciones de casco de La Esperanza.
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En las cumbres de los municipios de El Rosario y Tegueste, nos encontramos con formaciones de pinar, las cuales muchas de ellas responden a procesos de repoblaci�n. En la cabecera del valle de Tegueste, y el subyacente de El Portezuelo, aparecen comunidades de eucaliptos. Estas formaciones son de origen humano, y se ubican en grandes fincas que se dedicaron a maderas de construcci�n. |
Reductos de Laurisilva del Bosque del Adelantado, La Esperanza. (DM) |
El Parque Rural de Anaga es el espacio protegido m�s extenso de la comarca. Ocupa 14.418,7 ha, y se ubica en el Macizo que lleva su nombre. Su paisaje se caracteriza por una orograf�a muy monta�osa surcada por profundos barrancos. Incluye ecosistemas muy diferentes, ya que se extiende desde la zona costera hasta los 1.020 m de altitud, que se alcanzan en la Cruz de Taborno. Algunos lugares se encuentran en muy buen estado de conservaci�n, como lo demuestra la existencia en su interior de las Reservas Naturales Integrales de El Pijaral, Ijuana y los Roques de Anaga. Adem�s de Santa Cruz, el parque incluye tambi�n territorios de los municipios de La Laguna y Tegueste.
La comarca cuenta con otra serie de espacios protegidos de gran importancia como la Reserva Natural Integral del Pijaral. Localizada al norte del macizo de Anaga, alberga una de las mejores muestras de la laurisilva de la Isla. Con una extensi�n de 300,7 ha, se caracteriza por presentar fuertes pendientes recubiertas en su mayor parte por una densa vegetaci�n. Estas pendientes son las que han dificultado el desarrollo de las actividades tradicionales humanas, encontr�ndose en un estado de conservaci�n muy bueno.
La Reserva Natural Integral de Ijuana. Se encuentra en el extremo suroriental de la pen�nsula de Anaga, abarca los barrancos del Palmital y parte de Anosma e Ijuana, conformando en total una extensi�n de 918,9 ha. Se caracteriza por tener abruptos barrancos separados por crestas con forma de cuchillos, en donde sobresalen algunos pitones aislados. En la desembocadura de los barrancos se forman playas de arena negra.
La Reserva Natural Integral de los Roques de Anaga. Constituye una reserva formada por dos roques aislados frente a la costa noreste de la pen�nsula de Anaga, con una extensi�n de 10 ha. El Roque de Tierra es el de mayor tama�o y cuenta con paredes muy abruptas. En su extremo sur se levanta una playa, donde se encuentran conchas de moluscos que vivieron all� cuando las aguas de la isla eran m�s c�lidas. El Roque de Fuera es m�s peque�o, de forma alargada donde se distinguen dos v�rtices puntiagudos de una altura de unos 66 m. Es menos abrupto que el otro y se puede recorrer parcialmente.
Dentro de la comarca tambi�n se encuadra el Paisaje Protegido de Las Lagunetas, el cual se encuentra en su mayor�a encuadrado en el Monte de La Esperanza. Debido a su gran extensi�n, unas 3.800,1 ha, incluye parte de otros seis municipios del norte de la Isla. Consiste en un espacio monta�oso de suaves laderas que se encuentran atravesadas por profundos barrancos, y que forma parte de la cadena monta�osa de Pedro Gil, compleja estructura que atraviesa la isla en direcci�n NO-SE.
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