El Valle de La Orotava se presenta como una gran depresión de unos 150 km² que desciende desde la Cordillera Dorsal, a unos 2.000 m de altura, hasta el nivel del mar. Se encuentra flanqueado por dos auténticos murallones, los escarpes de Tigaiga y Santa Úrsula, lo que da la impresión de ser un espacio hundido, aunque no es éste su origen, sino el deslizamiento de grandes cantidades de materiales desde Las Cañadas.

Macizo de Tigaiga desde el mirador de El Lance. (DM)

El escarpe de Santa Úrsula parte de la Montaña de Joco (1.953 m), en la Cordillera Dorsal, y desciende hasta la Punta del Ancón, en donde forma un acantilado activo de unos 200 metros. El desnivel con respecto al Valle de La Orotava es muy marcado en todo su recorrido, por lo que introduce un escalón entre Acentejo y Taoro que permite la individualización de las dos comarcas.

Por su parte, el escarpe de Tigaiga desciende desde las cotas de El Cabezón (2.179 m) y La Fortaleza (2.160 m), que forman parte de la pared de Las Cañadas, y termina en un potente acantilado de unos 400 metros de altura, que va desde la Playa del Socorro hasta el núcleo poblacional de San Juan de La Rambla. Formado por la acumulación de paquetes de coladas, se ha visto retocado por la erosión de numerosos barrancos. En el mismo escarpe, hacia el oeste, aparece Icod el Alto, desde cuyo altiplano parten una serie de barrancos.

La Comarca, cuyo mayor accidente geográfico es el Valle de La Orotava, también posee  una serie de conos volcánicos que aparecen sobre la suave pendiente que desemboca en el mar. Destacan las montañas de La Horca (243 m) y la de Los Frailes (343 m). Estas montañas siguen una línea fisural NE-SW y las lavas que emitieron, principalmente basaltos, se extendieron por un sector de lo que hoy en día es el Puerto de La Cruz, ganando en algunos puntos hasta 500 metros al Océano.

Vista del valle de La Orotava. (DM)

La costa en esta comarca se presenta abierta al mar, exceptuando sus márgenes, donde se han desarrollado  una serie de playas de arena negra a pie de los potentes acantilados, y que en algunos casos son de complicado acceso, como la Playa del Bollullo o la de Los Patos. En su margen central, la costa presenta una cierta planicie que ha permitido la existencia de playas como la de Martiánez y Punta Brava, en el Puerto de la Cruz.

Playa de Los Patos, La Orotava. (CIT)