Las corrientes externas al Archipiélago que se analizaron en la exposición Arquitectura en Tenerife, celebrada en diciembre de 1979, en la sala de exposiciones del Colegio Oficial de Arquitectos en Santa Cruz de Tenerife, se centran sobre todo en los planes monotemáticos que durante los años ochenta y noventa producirán unas nuevas formas de planteamientos arquitectónicos y urbanísticos muy rentables. Que tendrán objetivos específicos y localizados, condicionados por el papel que cada ciudad tiene en un contexto económico que en estos años se vuelve más competitivo. Así se produce un cambio gradual en el comportamiento de las ciudades:
Imagen de Roland Halbe, de la rehabilitación de las Casas Consistoriales de Las Palmas de Gran Canaria, llevada a cabo por el estudio Nred-arquitectos.
Los años ochenta son en la arquitectura de Canarias los años de la consolidación de la Escuela de Arquitectura en Las Palmas, la aparición de la revista Basa del COAC y la creación del premio Manuel de Oraá (1984) que premia cada dos años las mejores obras construidas en las Islas. Lo que permite desde entonces tener una idea de la evolución y estado de la arquitectura en Canarias. En la E.T.S.A de Las Palmas se establecen las bases críticas y líneas de pensamiento fundamentales.
A partir de este momento no se encuentra una manera común de hacer arquitectura, sino modos determinados de entenderla, sensibilidades diferentes tanto en arquitectos dedicados únicamente a proyectar como los que también imparten docencia. Por lo tanto, no hay una única forma de hacer arquitectura, sino tantas como arquitectos. De ahí, que la construcción hoy en día tenga unas características muy personales y el proyecto final sea un reflejo del modo de ver el mundo del constructor. |