Introducción a la arquitectura tradicional

Podemos decir que en Canarias existe una arquitectura tradicional con sello propio pero con aportaciones exteriores (andaluzas, portuguesas, gallegas, etc.). Esta arquitectura la podemos estudiar desde tres vertientes fundamentales: la militar, la religiosa, y por último, la civil, que subdividimos en urbana y rural. Sin duda, la arquitectura rural es la menos influenciada desde el exterior, ya que estuvo más aislada. La urbana, por el contrario, se nos muestra más ligada a las aportaciones del exterior.

“La vivienda considerada como tradicional, se rige por un conjunto de reglas no escritas, que marcan o definen una tendencia general heredada del pasado” (SG)

¿Qué significa que una arquitectura sea tradicional?

Siguiendo al profesor Martín Rodríguez, decir que un edificio, una vivienda, es típico de algo o es tradicional, quiere decir que su modo de construcción se encuadra en una tradición, es decir, en un conjunto de reglas, casi siempre no escritas, que marcan o definen una tendencia general heredada del pasado. Es hacer las casas ‘como se hacían antes’, ‘como siempre se han hecho’.

Amos Rapoport dice que esta tendencia general o modelo “es el resultado de la colaboración de muchas personas durante muchas generaciones, así como de la colaboración entre los que construyen y los que utilizan los edificios, que es lo que significa el término «tradicional». Como todos conocen el modelo, no hay necesidad de diseñadores. Se pretende que la casa sea como todas las casas bien construidas del área. La construcción es sencilla, clara y fácil de entender y, como todo el mundo conoce las reglas, se llama al artífice sólo porque sus conocimientos son más «detallados». El tamaño, esquema, relación con el sitio y otras variables pueden decidirse en una charla y, si es necesario, asentarse en un documento escrito. Las cualidades estéticas no se crean especialmente para cada caso, son tradicionales y se transmiten de generación en generación” .

Factores que influyen en la arquitectura tradicional de Canarias

Trazamos los principales factores que influyen en la arquitectura tradicional de Canarias siguiendo a diferentes especialistas .

Se parte de cero. Los guanches apenas poseían tradición arquitectónica. Únicamente en Gran Canaria se han encontrado algunas viviendas de piedra, realizadas con muros muy gruesos a base de sillares labrados, y cuevas artificiales. Estos métodos se desecharon porque eran muy rudimentarios, sobre todo si se comparaban con la tradición constructiva imperante en el momento de la Conquista: el gótico europeo, que elevaba las bóvedas de las catedrales hasta 100 m de altura. Además, como se explica en el urbanismo de la época, la necesidad de construir y estructurar el nuevo territorio era urgente, por lo que primó el sentido práctico antes que el estético.
Diferentes orígenes socioculturales. Pasado el siglo XV, gentes de diversa procedencia, además de la población nativa, comienzan a trazar sus calles y a construir sus casas. Son andaluces, castellanos, gallegos y otras zonas del norte peninsular, pero también extranjeros (portugueses, genoveses, flamencos, ingleses…), que van poniendo un sello personal y cultural en sus edificaciones, generando poco a poco una nueva mezcla sincrética.
Precariedad económica. En estos primeros siglos, la nueva sociedad creada no era particularmente rica. La posición social y económica de muchas comunidades de canarios no les permitía afrontar la construcción de viviendas espaciosas o templos lujosos, que solamente estuvieron al alcance de las clases adineradas o de las órdenes más ricas. Esto hace que se observe, por ejemplo, un fuerte contraste entre la sencillez de la casa rural campesina y la ostentación y riqueza de muchas casas urbanas.


Casa rural (MC)	Casa urbana (ER)

Materiales disponibles. Por un lado están los materiales presentes en el nuevo territorio, donde la piedra o la cal son bastante más escasas que en otras zonas peninsulares, pero donde sí abunda, en cambio, la madera, sobre todo la de pino canario (tea). Por otro lado, y en conexión con el factor económico, está la posibilidad de usar estos materiales ya que, por ejemplo, el trabajo de labrar la piedra basáltica canaria era muy costoso.
Entorno físico. La geografía del territorio insular ha marcado en diferentes aspectos a la arquitectura que se asienta sobre ella. En primera instancia, su aislamiento geográfico la sitúa en la periferia de Occidente, pero al mismo tiempo en un cruce de vías de comunicación intercontinental. También está el factor climático, muy tenido en cuenta para la orientación de las edificaciones y viviendas, con el fin de aprovechar o mitigar los diferentes vientos en función del microclima de cada zona. Y además, está la clara diferencia entre el clima más seco y la orografía más llana de las islas orientales en relación a las occidentales, húmedas y accidentadas.
Ausencia de arquitectos. En la Canaria de los primeros siglos, nos hallamos, ante una arquitectura anónima o una arquitectura sin arquitectos. Los artífices de las diferentes construcciones son artesanos de formación tradicional y hasta el s XVIII no aparecen, realmente, los primeros arquitectos.

Principales características

De los factores anteriores se derivan las principales características de la arquitectura tradicional canaria:

Sencillez y austeridad. Desde el trazado de la planta hasta los aspectos decorativos, la arquitectura tradicional canaria es poco ostentosa y bastante simple.
Base estilística del mudéjar, con acercamientos puntuales a otros estilos europeos que van llegando (gótico, renacimiento, barroco, neoclásico, etc).
Trazas irregulares. Las construcciones de iglesias, casas y conventos se van ampliando conforme a las necesidades, lo que provoca desajustes en la traza original y ciertos problemas de comunicabilidad entre las estancias viejas y las nuevas.
Adaptación al entorno. Al contrario que la mayoría de las construcciones actuales, la arquitectura tradicional conoce el territorio y lo aprovecha a su favor. Son edificaciones bien orientadas según el clima, además de perfectamente integradas en el paisaje.
Amplio uso del mampuesto y la madera.
Ausencia de grandes obras. Apenas existen ejemplos de elevada calidad estética que generen en otros artífices nuevos modelos a seguir o a superar.

Estas características se mantienen prácticamente inalterables durante los siglos XVI, XVII y XVIII. El planteamiento espacial, la estructura y la planimetría es la misma pese a que van apareciendo algunas modificaciones formales en los ámbitos más superficiales, sobre todo en las fachadas. En la mayoría de los casos se trata de edificaciones que se van construyendo a lo largo de los siglos, añadiéndose e integrándose las partes nuevas sobre las anteriores. Aún con todo, el s XVII es la época de mayor apogeo en la arquitectura tradicional .

Al contrario que la mayoría de las construcciones actuales, la arquitectura tradicional conoce el territorio y lo aprovecha a su favor. (TB)