Existe en la actualidad, una amplia cantera que decide adentrarse en el terreno de la escultura- instalación.
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‘Panel’. Una obra de Sergio Brito, con una gran carga simbólica, una oda a los niños muertos transformados en dolor a causa de la guerra. |
Sergio Brito (Venezuela, 1962).Tras conseguir una primera beca del Cabildo de Tenerife, expone a mediados de los ochenta en La Laguna. Tras una estancia en Alemania, inicia su obra escultórica basada en ensamblajes de piezas y materiales industriales a los que incorpora objetos cotidianos. Trabaja con el hierro, cerámica, tela y en ocasiones con la porcelana. En sus obras recientes da importancia a la luz, además de la conexión con el espectador en una línea que puede recordar a la de Leopoldo Emperador. La pieza «Sin título» (hierro, luz fluorescente y porcelana) es la que se adscribe al concepto de instalación. En 2001 Sergio Brito realiza una obra llamada «Panel», coloca en la pared una serie de muñecos de plástico, aparecen desnudos, sin dedos y sin ojos a un paso de transformarse en materia. Con una gran carga simbólica, compone una oda a los niños muertos transformados en dolor a causa de la guerra y de “una bandera triunfante y gloriosa”.
Francis Naranjo (Gran Canaria, 1961).Opta por desarrollar una obra conceptual cargada de matices y con diversidad de lecturas. Trabaja a partir de instalaciones combinando soportes y materiales tan diversos como el plástico, gomaespuma, luz artificial o cristal. Francis Naranjo recurre al elemento geométrico y a la monocromía para transmitir intimidad. El resultado es una obra contemporánea que interactúa con el espectador y con un evidente espíritu investigador. En «Vigilias» (1997), incorpora diversos trabajos en color blanco con el fin de crea un aspecto monocromo y frío. Quiere potenciar la sensibilidad que se produce en la época, la mirada se vuelve pesimista, melancólica, el color blanco en alusión al color de los hospitales, o manicomios. Ha participado en numerosos muestras colectivas e individuales, como «White Time» (2002) o «Pieles» (2003).
Adrián Alemán (Tenerife, 1963): Comienza sus estudios de pintura en la Facultad de Bellas Artes de La Laguna, posteriormente se dedica a la creación de instalaciones, trabajando con una rica variedad de materiales. Conecta con las corrientes neoconceptuales, creando una estrecha vinculación entre la instalación y el objeto. Entre sus obras más destacadas, citar la que realiza en 1989 «Crisálida», presenta veintiséis maletines de cuero negro, skay y arena que cobijan cintas del No-Do de la época franquista. En «Pensamiento eléctrico I» y «Pensamiento eléctrico II» (1990) utiliza el hierro y piezas magnéticas «Umbral», (1990). Al igual que muchos de sus compañeros, muestra una gran sensibilidad hacia el vacío, a la búsqueda de la identidad, «Idem» (1998). Como cita Ramón Salas, dicho vacío es la consecuencia de la desolación del espacio público.
Obras destacadas de Adrián Alemán
Imágenes cedidas por Adrián Alemán.
Domingo Díaz (Gran Canaria, 1959): Se introduce en el entorno artístico a finales de los años ochenta. Utiliza la escultura con el deseo de aproximarse a otras disciplinas como la arquitectura. Sus piezas tienden a la depuración de formas y da importancia al material. Juega con la capacidad apreciativa del espectador mediante el uso de la perspectiva y el truco de la plástica. Usa como algo mágico y sorprendente la escultura, su lenguaje formal está cercano al minimalismo.
Muestra la difícil relación entre la naturaleza y el avance tecnológico, interesándose en los últimos años, por la estética pop. Domingo Díaz ha participado en numerosas colectivas, entre ellas «Millares de excusas», celebrada en Madrid en 1995 o Pieles» en 2003. Entre sus obras más destacadas, hay que citar las tres series interrelacionadas entre sí, «Esquinas», «Paredes» y «Proyecciones» en la muestra «Otros Límites» en 1992. Se preocupa por relacionar el entorno a partir de juegos espaciales, la geometría e ilusión óptica creando una acertada conexión con la arquitectura. Muestra de ello es su serie «Penetrables» en la que realiza una serie de esculturas como «Onda marina» (2004) o «Aorta Dakar» (2004), utilizando aluminio, fibra de vidrio y resina, creando una escultura ondulante a semejanza del ritmo de la ondas marinas y del fluido de la sangre, en un intento de traspasar la arquitectura y crear un nexo con la escultura.
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‘Onda Marina’ de Domingo Díaz. |
José Herrera (Tenerife, 1956): Comienza sus estudios en la Facultad de Bellas Artes de La Laguna, su trabajo discurre paralelo a pintores de la época, con quienes expone en varias ocasiones. Progresivamente, abandona la pintura para dedicarse a las instalaciones. Su trabajo destaca por las formas sencillas con referencias al neo-conceptualismo.
En sus instalaciones encuentra en la pared, un gran punto de apoyo en torno a la cual dispone los objetos, dejando un pasillo estrecho entre la obra y el muro. Sus composiciones son muy personales, invitando al espectador a recorrerlas a su alrededor. En sus obras finales, el objeto se independiza del apoyo inicial y adquiere más protagonismo. Entre sus obras más destacadas, citar: «Sobre la montaña» (1988), instalación en la que utiliza la madera, hierro y el espejo, «Espacio para meditar» (1988), «Espacio del sueño» (1988), etc.
Néstor Torrens (Tenerife, 1954): En los años ochenta se dedica a la fotografía y a interesarse por el arte. A partir de los noventa, comienza a realizar instalaciones, con la utilización de los materiales más diversos y la presencia de proyecciones de videos. En 1992 presenta «La mirada incómoda», donde utiliza pencas, rolos de platanera, puntas de flecha de hierro y proyecciones de presentadores de televisión con los ojos cerrados. En 1998 presenta para la exposición Trasatlántico, «Policultivo asociado» donde muestra una instalación en consonancia con la luz artificial. Entre sus últimas instalaciones, destacar la que presenta para la exposición «La isla taller», que utiliza plataneras in vitro colgadas sobre postales de las Islas de los años cincuenta y setenta, ironizando la situación de la agricultura, el turismo y la política nacionalista de las Islas. También es de destacar la video-instalación que muestra en «Seducciones» (2003), invitando al espectador a sentarse en butacas y contemplar en una pantalla de televisión los informativos.
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‘Policultivo asociado’ de Néstor Torrens. |
Guenda Herrera (Gran Canaria, 1976). Esta joven artista es seleccionada para participa en varias exposiciones y pronto adquiere un gran reconocimiento por la crítica. Rechaza cualquier vínculo estético y realiza una obra cargada de poética. Utiliza materiales naturales tales como el papel, yeso, hierbas, etc. Ha participado en numerosas colectivas y entre sus obras más destacadas hay que citar «Sin título» (2003) que emula a una roca envuelta, como si la protegiera de la erosión ocasionada por la naturaleza.
El apoyo de las instituciones y la calidad artística y renovadora de los artistas dan como resultado una etapa de experimentación que continúa en la entrada del nuevo milenio. A partir de este momento el arte canario se adentra en posibilidades insospechadas y que preparan un futuro artístico quizás esperanzador. |