En los primeros cinco años de la década, el ambiente artístico canario estuvo protagonizado además de por artistas ya consagrados, por los artistas también pertenecientes a la ‘Generación de los 70’. En esta década se asiste a la “eclosión creativa”de los mejores pintores de la Generación de los Setenta. Ya avanzada la década irrumpe una nueva generación de artistas.
Artistas consagrados como César Manrique, Pepe Dámaso, Juan Hidalgo, Cristino de Vera, Pedro González, Lola Massieu, Maribel Nazco, Manuel Martín Bethencourt, entre otros muchos.
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Pedro González, natural de La Laguna, Tenerife, es considerado uno de los pintores más influyentes de las últimas décadas en Canarias. (Galería de arte estudio Artizar). |
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Pedro González (Tenerife, 1927), en la década de los ochenta su obra, adscrita a la abstracción derivará hacia un lenguaje neofigurativo, donde la austeridad cromática y las composiciones rigurosas permanecen.
Juan Hidalgo (Gran Canaria, 1927), en estos momentos representa una de las alternativas intermedia más importantes del arte conceptual. Se le puede considerar pionero en España de diferentes procedimientos como la acción, la performance, los libros objeto o el Body art.
Pepe Dámaso (Gran Canaria, 1933), en estos años realizará incursiones en el pasado aborigen de las Islas, un ejemplo son Héroes Atlánticos de 1984, Aborigen o El nacimiento del Mito, 1987. Su obra es deudora de la Néstor Martín Fernández de La Torre. Hay que destacar su labor como escenógrafo y cineasta.
Los artistas pertenecientes a la Generación de los 70 asisten a su momento de madurez, Gonzalo González (Tenerife 1950) desarrolla su investigación con el paisaje, como se observará posteriormente.
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‘Ayaiza’, de Juan José Gil. Acrílico sobre lienzo y microesferas de cristal. 1980. Colección particular. (SOCAEM) |
Juan José Gil (Gran Canaria, 1947) en los años 80 su obra se vuelve más ecléctica introduciendo la figuración, al igual que Gonzalo González investigará en el paisaje Isleño.
Ernesto Valcárcel (Tenerife, 1951) combina su faceta de docente en la Facultad de Bellas Artes con el desarrollo de su obra que a principios de esta década se caracterizará por un matiz más irónico y escéptico, resuelto bajo una factura neoexpresionista.
La nueva generación de artistas surgida en la década de los 80 en el panorama artístico insular, trabajará con lenguajes muy variados. Entre ellos encontramos figuras como Carlos Matallana (Gran Canaria, 1956), José Herrera, Adrián Alemán, Luis Palmero, José Luis Pérez Navarro (Tenerife, 1961), Miriam Durango, José Antonio Zárate (Tenerife, 1954), Junto a los artistas ‘intermedia’ Pedro Garhel y Rosa Galindo, y el grupo videocreativo a finales de esta década 3 TT (Fernando García, José Rosales y Víctor García), entre otros.
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‘Ha nacido una estrella’, Obra de José Herrera. (El museo imaginado. CAAM, archivo SOCAEM) |
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José Herrera (Tenerife, 1956) comienza su formación artística en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna. En los 80 realizará una obra marcada por su carácter sígnico. Trabaja en la línea de José Luis Medina Mesa y Luis Palmero. Progresivamente irá acercándose a la escultura.
Luis Palmero (Tenerife, 1957) “es un pintor que, además del saber propio de su oficio, posee la sensibilidad de un poeta. No quiero decir que la obra de Luis Palmero sea “poética” sino que la geometría y la claridad de la poesía recuerdan a los modos de Luis Palmero”.
José Luis Pérez Navarro (Tenerife, 1961) licenciado en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna. Su obra se caracteriza por “territorios interiores, de iluminados y amarillos silencios, de inquietante serenidad. Sus cuadros son espacios sin nombre, rincones en los que se detiene el tiempo y, en la quietud, atrapan un instante interior presente y eterno. Pintura de ensoñación y metáforas para una época llena de incógnitas y acaso ciertas tinieblas”.Como nos dice Ernesto Valcárcel en la página Web del artista.
Se puede hablar a grandes rasgos de varias tendencias, sensibilidades y lenguajes, como son la abstracción geométrica, lúdica, el arte conceptual, naturalismo neorromántico, etc. En éstas se moverán los artistas pudiendo saltar de una a otra. Pero hay que tener en cuenta que a partir de los 80 es difícil continuar con una historiografía tradicional del arte, basada en movimientos o en géneros. Los antiguos ‘ismos’ se traducen ahora en sensibilidades y personalidades que simultáneamente usarán diferentes procedimientos artísticos, pintura, fotografía, escultura, etc., combinándolos a su vez con recursos tales como, las instalaciones, performances, etc. Pero algo tendrán en común algunos de estos creadores, esto es, la preocupación por el paisaje.
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José Luís Medina Mesa, ‘Cor-Pic’. Acrílico sobre lienzo y madera. 183 x 150 cm. 1979-80. (El museo imaginado. CAAM, archivo SOCAEM) |
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Luís Palmero. Sin Título. Acrílico sobre lienzo en tabla. 90 x 70 cm. 1996- 2000 (Galería de arte estudio Artizar, foto: Efraín Pintos) |
Como defensores del purismo vanguardista encontramos a José Luís Medina Mesa (Tenerife, 1949) con obras como Cor- Pic. En esta misma línea giraron, a principios de la década, dos artistas pertenecientes a los 80, como José Herrera con obras como Ha nacido una estrella, y Luis Palmero.
Dentro de la Abstracción geométrica destacan Juan José Gil (Gran Canaria, 1947) y Manuel Padorno (Tenerife, 1933, poeta y pintor) ambos con obras de comienzo de los 80, el primero con diferentes series realizadas con microesferas de cristal y el segundo con la serie Nómada Urbano.
Uno de los acontecimientos más importantes acaecido en 1981, dentro de lo que se pude llamar Abstracción lúdica, tuvo lugar en la Fiesta del Corpus en Las Palmas, de mano de Juan Hernández (Gran Canaria, 1956- 1988) y García Álvarez (Gran Canaria, 1954). El acto consistió en extender una inmensa tela pintada a modo de alfombra en la plaza de Santa Ana.
No conviene encasillar a estos pintores dentro de una sola poética, ya que es muy frecuente ver que éstos cambian de lenguaje con el paso del tiempo y por ejemplo, autores como Juan Hernández que hasta principio de los 80 se había movido dentro de la Abstracción (con incursiones en el conceptualismo), pasa radicalmente a la figuración durante su estancia madrileña.
Juan Hernández intenta establecer una gran síntesis de la pintura abstracta americana, con una preocupación por el paisaje. Esta preocupación no será un caso aislado, ya que muchos pintores de la ‘Generación de los 70’, como Gonzalo González o Juan José Gil también sentirán esta atracción por la naturaleza.
Hay que señalar que a mediados de la década de los 80 se da un giro hacia una poética naturalista, que tendrá como representantes en su vertiente neorromántica a Juan Hernández, Gonzalo González y Juan José Gil, “quienes se fijaron la tarea de reinventar el paisaje canario como territorio interior, operación que refutaba la pretendida objetividad en la que se habían sustentado las visiones edulcoradas y bucólicas del paisajismo tradicional canario, ante las cuales estos artistas proponían la subjetividad de una mirada repristinadora, como única forma de preservar fenoménicamente el contenido de verdad de la naturaleza insular, liberadas así de los tópicos que la pintura de los acuarelistas le había adjudicado”.
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Bosque, de José Antonio García Álvarez. Óleo sobre lienzo. 195 x 260. 1985 (CAAM)
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García Álvarez y Ramón Díaz Padilla (Tenerife, 1949) se inspiraron en el naturalismo, pero no en la línea romántica de los anteriores sino con una estética más sensualista.
Dentro de esta misma línea, pero hablando más propiamente de artistas de los 80 hay que nombrar a Carlos Matallana (Lanzarote, 1956) con obras como Paisaje con luna y a José Luis Pérez Navarro (Tenerife, 1961) con sus representaciones de la flora endémica.
Se puede afirmar que Luis palmero y José Herrera son artistas de la década de los 80. El primero, con una clara visión lírica en sus representaciones de la naturaleza y el segundo, con una obra más ascética y críptica.
En el ámbito de las instalaciones hay que destacar a Leopoldo Emperador (Gran Canaria, 1954) con la utilización del neón y diversos materiales en montajes como Oekoumene, entre otros muchos.
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‘Oekoumene’, Instalación de Leopoldo Emperador. Adobe, arena, hierro, carbón, neón, técnica mixta sobre lienzo y pintura sobre pared. 1987. (SC) |
Abrumados por el Boom de los 80, un grupo de artistas formado por José Herrera, Luis palmero, Carlos Matallana y Adrián Alemán abrieron en la laguna un espacio alternativo, Taller La Cámara, donde se presentarían desde 1988 a 1992 sus experiencias creativas.
Dentro de la crítica artística destacan los hermanos Zaya, Carlos E. Pinto, Fernando Castro, Carlos Díaz-Bertrana, José Luis Gallardo, Lázaro Santana, etc. Y un grupo de jóvenes críticos (Orlando Franco, Gopi Sarandanghani, Carmelo Vega, o Ángeles Alemán) que se dieron cita en torno a la revista Hartísimo (1984), dedicada exclusivamente al arte contemporáneo y dirigida por Carlos E. Pinto (poeta y crítico).
Otras revistas importantes son Blanco, dirigida por Antonio Zaya (1979-80) y Syntaxis (1983), bajo la dirección de Andrés Sánchez Robayna.
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