Desde los tiempos de C. Linneo, en 1753, el cual es considerado como padre de la botánica moderna, se dan a conocer muchas plantas de las Islas Canarias. Este gran botánico sueco fue el encargado de clasificar algunas de las especies endémicas insulares más representativas del Archipiélago. Entre ellas destacan la sabina (Juniperus phoenicea), el brezo (Erica arborea), el cardón (Euphorbia canariensis) o el drago (Dracaena draco).
Muchos fueron los científicos que durante los siglos XVII y XVIII se acercaron a Canarias atraídos por la naturaleza del Archipiélago. Entre ellos destaca el naturalista alemán Humboldt, y el botánico francés A. Bonpland. Ambos describieron la violeta del Teide (Viola cheiranthifolia). La breve estancia de Humboldt en Tenerife y, su ascenso al Teide, observando los diferentes estratos de vegetación determinados por la altitud, le permitió concebir la idea de la fitogeografía.
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El naturalista francés Sabino Berthelot y P.Webb, fueron los directores de la Historia Natural de las Islas Canarias, obra cumbre sobre la naturaleza del Archipiélago. |
Sin embargo, la obra cumbre, aún no superada, Historia Natural de las Islas Canarias, ve la luz entre 1830 y 1850, bajo la dirección de los naturalistas P.Webb y S. Berthelot que viven en el Archipiélago. Participaron en ella varios científicos, tanto zoólogos como botánicos.
Años más tarde, en 1887, se publica Diccionario Natural de las Islas Canarias, obra del insigne José Viera y Clavijo, con interesantes anotaciones. Además, el naturalista canario, fue la primera persona en el Archipiélago que sugirió la posibilidad de crear un jardín botánico específico dedicado a la flora canaria.
Por esta misma fecha, publican sus investigaciones los botánicos Christ, Smith y Bornmüller y, posteriormente, ya en la primera mitad del siglo XX, Burchard y Praeger. Destacan también los trabajos de J. Pitard y L. Proust (Les Iles Canaries. Flora de l’ archipel) y los del naturalista canario A. Cabrera Díaz.
EL TRABAJO DE CHRISTEN SMITHS
En 2002, la Fundación Orotava de Historia de la Ciencia, logró recuperar el manuscrito sobre Canarias del noruego Christen Smiths, el cual se daba por desaparecido. Este trabajo era catalogado por los expertos como una de las claves de la botánica canaria del siglo XIX.
Este científico noruego viajó al Archipiélago en 1815. Analizó unas 600 especies isleñas. Demostró la singularidad del pino canario y catalogó otras 50 especies desconocidas hasta entonces. Junto al geólogo Von Buch, se convirtió en uno de los primeros científicos que estudió con detenimiento algunas de las Islas.
Falleció un año más tarde de su viaje al Archipiélago, en 1816, y dos años después de su muerte, se le dio su nombre a una planta descubierta en el Teide, de la familia de los bejeques y similar a los verodes, que se denominaría desde entonces ‘Aeonium smithii’. En recuerdo a su trabajo, también se le erigió un busto en el Jardín Botánico Viera y Clavijo de Las Palmas de Gran Canaria. |
Años más tarde, se publican diversos trabajos de los botánicos españoles L. Ceballos y F. Ortuño, cuya obra Vegetación y flora forestal de las Canarias Occidentales es de especial interés, así como también las de S. Rivas Godoy y F. Esteve Chueca.
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Erices R. Sventenius, fundador del Jardín Canario Viera y Clavijo (JO) |
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En la segunda mitad del siglo XX, entre 1943 y 1973, el ilustre botánico sueco E. Sventenius, forma el principal herbario de Flora Canaria existente en las Islas, actualmente en el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias. En sus primeros años en el Archipiélago trabajó en el Jardín de Aclimatación de La Orotava. Realizó numerosas publicaciones, entre las que destaca Notas sobre la flora de Las Cañadas del Teide, un trabajo completo y prácticamente definitivo sobre la vegetación de Las Cañadas. Sin embargo, el mayor logró de Sventenius, fue la fundación, en 1952, del Jardín Botánico Viera y Clavijo en Las Palmas de Gran Canaria.
La botánica canaria a partir de 1970.
Tras el fallecimiento en accidente de tráfico del fundador del Jardín Botánico Viera y Clavijo, en 1974, David J. Bramwell, del Departamento de Botánica de la Universidad de Reading (Gran Bretaña) asume la dirección del Jardín. Bramwell, que en la actualidad sigue siendo el director del hoy conocido como Jardín Canario, amplía las líneas de investigación (biología reproductiva, algología, desarrollo de cultivos ‘in vitro’, banco de semillas, banco de datos para la aplicación en la educación ambiental, etc.).
En la década de los setenta, llega a las Islas el alemán G. Kunkel, el cual realiza diversos trabajos sobre botánica canaria. Kunkel fue el promotor, redactor y editor de la primera revista especializada en temas de botánica canaria (Cuadernos de Botánica Canaria). Además, fue el organizador del “I Congreso pro Flora Macaronésica” celebrado en Las Palmas de Gran Canaria en 1973.
Se trata de años prolíferos en la investigación botánica de las islas, y en los que también va a resaltar la figura del profesor Wolfredo Wildpert de la Torre. Fue el fundador en 1970 de la revista científica Vieraea, la cual se ha convertido en un referente en la historia natural de la Macaronesia, y a la que en la actualidad se le une Botánica Macaronésica, revista del Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo. Wolfredo Wildpret fue pieza fundamental en la puesta en marcha de la Facultad de Biología de la Universidad de La Laguna, así como el fundador y presidente de la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN), y el diseñador del Parque del Drago, en Icod de los Vinos, entre otras labores.
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Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo (TB) |
Jardín de Aclimatación de La Orotava
Conocido actualmente como Jardín Botánico del Puerto de la Cruz, fue fundado por orden del Rey Carlos III en Agosto de 1788. Su labor inicial fue la de reunir plantas exóticas en las colonias españolas del Nuevo Mundo, para que después de un periodo de aclimatación en el Archipiélago, se trasladasen a los jardines reales de Madrid y Aranjuez. En la actualidad está inmerso en un proceso de ampliación. Posee un amplio herbario con más de 30.000 exicatas, un banco de germoplasma, un vivero y otras instalaciones que lo convierten en un importante centro de investigación científica.
Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo
Fundado en 1952, en su recinto se puede admirar una representación de toda la flora del Archipiélago. Cuenta con diferentes secciones dedicadas a la investigación. La sección de plantas vivas, la cual cuenta con un banco de semillas que recolecta material y facilita el intercambio con otras instituciones de investigación de todo el mundo. La sección del programa de conservación, que incluye la reproducción en viveros de aquéllas especies que están amenazadas de extinción o que son simplemente endémicas de interés. O la sección de servicios científicos, que comprende los laboratorios de palinología, citogenética, criptogamia, cultivos meristemáticos, y el herbario.
Instituto Canario de Investigaciones Agrarias.
Se trata de un organismo dependiente del Gobierno de Canarias. El ICIA tiene como objetivo fundamental la elaboración y ejecución de proyectos de investigación para incrementar la competitividad de las producciones agrarias de Canarias, especialmente en el campo de los cultivos tropicales y subtropicales, protección vegetal y producción animal. Lleva a cabo una ardua tarea de investigación en el campo de la botánica aplicada, con estudios relacionados con la flora macaronésica, la taxonomía de las plantas canarias, etc.
Museo de la Naturaleza y el Hombre
En Tenerife, y dependiente del Organismo Autónomo de Museos y Centros del Cabildo, el Museo de la Naturaleza trabaja sobre varias líneas de investigación en flora vascular macaronésica, flora liquénica macaronésica y dendrología (estudio de la madera de especies canarias).
Fundación Orotava de Historia de la Ciencia
Nace en 1999, como continuación del Seminario Orotava, con el apoyo de la Consejería de educación del Gobierno de Canarias, el Cabildo de Tenerife, el Ayuntamiento de La Orotava y la Universidad de La Laguna. Abarca numerosos campos de investigación dentro de la ciencia. Gracias a sus diferentes proyectos, hoy conocemos mejor el papel que tuvieron los grandes exploradores y naturalistas que visitaron las Islas desde el siglo XVIII. También, dentro del campo de las investigaciones de la flora y vegetación del Archipiélago, la Fundación Orotava de Historia de la Ciencia ha llevado a cabo la digitalización de los pliegos de plantas canarias del herbario de P.Webb, perteneciente al Museo de Historia Natural de la Universidad de Florencia.
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Jardín de Aclimatación de La Orotava, más conocido actualmente como Jardín Botánico (DM) |
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