La fauna del archipiélago canario tiene grandes afinidades con la existente en el norte de África y el sur de Europa, y se caracteriza por su elevado número de endemismos y su pobreza en número de especies, cuestiones que la diferencian de las faunas continentales.
El elevado número de endemismos es una consecuencia del aislamiento geográfico que supone la insularidad. A esto hay que añadir las peculiares características climáticas y geomorfológicas del Archipiélago, que se traduce en una gran variabilidad de ecosistemas. Consecuencia de ello es la existencia de una diversidad de hábitats muy importante, con especies faunísticas diferentes, que hacen de las Islas un lugar más rico y atractivo. Viven aquí especies tan diferentes como las que habitan en zonas semidesérticas, arenosas o de ambientes salinos, hasta las de bosques de laurisilva, pinar o alta montaña.
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Los reptiles constituyen el grupo más interesante de la fauna canaria desde el punto de vista evolutivo. (SG) |
¿Qué especies componen la fauna del Archipiélago?
El Archipiélago, en la actualidad, posee unas 17.200 especies de animales, de las cuales 12.700 son terrestres y 4.500 marinas. De todas estas, se reconocen más de 3.600 especies endémicas, siendo la mayoría terrestres. Dentro de estos, los invertebrados son los más numerosos con 7.200 especies diferentes. Los vertebrados tienen 125 especies, divididas en 2 de anfibios introducidos, 15 de reptiles, 88 de aves que nidifican en las Islas y 20 de mamíferos, la mayoría introducidos.
Entre los invertebrados destacan las babosas, los caracoles o ‘chuchangas’, chinches, saltamontes como el canario de alas azules de Tenerife (Oedipoda canariensis), escarabajos como la pimelia o ‘bomboncillo’ de Gran Canaria (Pimelia granulicollis), diversos tipos de moscas, abejas y abejorros, mariposas como el manto de Canarias (Cyclyrius webbianus) o la vanesa índica canaria (Vanessa vulcania), arañas como la amarilla del pinar (Olius canariensis) y la tigre (Argiope trifasciata), etc.
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Paloma rabiche (Columba junionae) cuyo hábitat son los bosques de laurisilva. (AMAPCIT) |
En cuanto a la fauna vertebrada, nos encontramos en el grupo más numeroso, el de las aves, especies como el pinzón azul (Fringilla teydea) distribuyéndose por los pinares de las islas de Tenerife y Gran Canaria, o las palomas turqué (Columba bolii) y rabiche (Columba junionae), habitantes de los bosques de laurisilva.
Entre los reptiles destacan varios endemismos insulares, como los lagartos de El Hierro (Gallotia simonyi), La Gomera (Gallotia gomerana), Tenerife (Gallotia atlantica) y Gran Canaria (Gallotia stehlini). En ésta última Isla destaca la lisa rayada (Chalcides sexlineatus) y el perenquén de Boettger (Tarentola boettgeri), también presente en El Hierro.
El grupo que conforman los mamíferos, es más es caso, destacando la musaraña canaria (Crocidura canariensis), musaraña de Osorio (Crocidura osorio) de Gran Canaria y el murciélago orejudo canario (Plecotus teneriffae) de Tenerife. Por su parte, los anfibios, debido a su dificultad para colonizar islas oceánicas, son poco abundantes en el Archipiélago, destacando sólo algunas especies de ranas introducidas por el hombre.
Los mamíferos marinos que suelen estar presentes en las costas canarias son muy abundantes, aunque ninguno es endémico y la mayoría permanece poco tiempo en nuestras aguas al estar de paso en sus largos viajes migratorios.
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Es común que en determinadas épocas del año las aguas canarias sean atravesadas por miles de cetáceos. Calderones tropicales frente a la costa de Tenerife. (AMAPCIT) |
¿Cómo llegaron las especies a las Islas?
Debido a la gran variabilidad de paisajes y formas, en Canarias se han instalado multitud de especies faunísticas a lo largo de su historia geológica. Todo se inició tras las erupciones volcánicas que formaron las Islas, cuando comenzaron a darse los primeros síntomas de formación de ecosistemas. La colonización vegetal y la formación de suelo facilitaron la progresiva aparición de especies animales que fueron llegando al Archipiélago por fenómenos de dispersión errática al azar. Se trata de mecanismos mediante los cuales se dispersa el material genético, pueden ser activos (los propios animales nadando, volando, etc.) o pasivos (suspendidos en el aire, flotando sobre ramas, etc.).
La riqueza faunística de cada isla está directamente relacionada con la edad geológica de cada una de ellas, de ahí que las islas jóvenes, sean más pobres faunísticamente que las antiguas. A ello hay que añadir las condiciones geográficas (altitud y superficie de la isla, distancia que le separa del continente, dirección de los vientos dominantes y las corrientes marinas, proximidad entre islas, etc.), que influirá en las probabilidades de llegada y establecimiento de las especies. Las Islas, tienen diversos ecosistemas diferenciados, que están caracterizados principalmente por la altitud, el clima y la vegetación.
Existen especies de amplio espectro ecológico que son capaces de vivir en diferentes ambientes, aunque por lo general cada especie está mejor adaptada para hacerlo en uno en concreto. De esta forma, es frecuente que cada piso de vegetación lleve asociado su propia fauna.
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Las condiciones geográficas de cada isla determinan su riqueza faunística, y uno de los factores esenciales es la altitud y el clima, los cuales favorecen la diversidad de ecosistemas. (DM) |
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