A pesar de que a grandes rasgos el municipio de La Laguna contiene las mismas características climáticas y las mismas condiciones del relieve en todo el espacio que lo compone, existen algunas diferencias que posibilitan la abundancia de un cultivo u otro.
A este respecto, entra mucho en juego la combinación de dos aspectos básicos para entender la permanencia del mundo rural en La Laguna, siendo por un lado la diversidad biológica y ecológica con la que cuenta el territorio y, por otro, el saber empírico de los campesinos (lo que se podría traducir en diversidad cultural), que han trabajado la tierra durante numerosas décadas hasta la actualidad, en base a un modelo de aprovechamiento vernáculo, que se basa en la obtención vertical y múltiple de todos los recursos, en donde se busca la optimización del territorio y las mejores cosechas de distintos productos en las diferentes épocas del año.
Para entendernos, a pesar de que dentro de las tablas estadísticas sólo aparezcan los grandes cultivos, es preciso tener en cuenta que, por ejemplo, dentro del grupo de las ‘papas’ existen una gran variedad de tipos (bonita negra, bonita colorada) que son el resultado de distintos sabores, colores y tamaños. Lo mismo ocurre con el trigo, el cual puede llegar a contener hasta 14 variedades distintas, tal y como ocurría en la agrocomarca de los Rodeos, en donde según las características físicas y de sabor recibía diferentes denominaciones (Arisnegro, Sevillano, Negro, Moreno, Colorado, Moruno, Morisco, Pelón, Plaganudo etcétera).
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A la diversidad ecológica y biológica del territorio, hay que añadirle el saber del campesino lagunero, lo que se ha traducido en que el municipio haya sido siempre uno de los de mayor riqueza agrícola del Archipiélago. (Cuevas del Lino) |
Todo ello pone de manifiesto la riqueza agrícola con la que cuenta el municipio, la cual no es más que una simplificación de la biodiversidad natural, en la medida que se sustituye un número elevado de especies animales y vegetales, por un número un poco más reducido de cultivos y ganados. Sin embargo, esta simplificación de la que hacemos mención debido a causas antrópicas, no resulta tan alarmante, ya que la diversidad agrícola (mezcla de diversidad biológica y diversidad cultural) es sumamente importante. Y este dato no se debe pasar por alto a la hora de entender la complejidad y la riqueza del mundo rural lagunero. Un mundo rural que a pesar de la evolución de los entornos urbanos, sigue manteniendo su identidad.
Principales cultivos
Contando con los datos del Censo Agrario de 1999 y de otras fuentes más actuales, indicaremos los principales cultivos y cabezas de ganado que se tienen lugar en todo el término, haciendo hincapié en las localizaciones donde se dan cada una de ellas.
En 1999 las plantaciones agrícolas del municipio ocupaban el 10% del total de hectáreas cultivadas en la isla de Tenerife, siendo ese un dato nada despreciable, que pone de manifiesto el valor de este entorno como referente agrícola que ha mantenido su estatus a lo largo de diferentes etapas históricas. Del mismo modo, es preciso destacar el porcentaje que ocupa con respecto al total de la isla los diferentes cultivos. Entre todas ellas destaca la de flores y plantas (52,8% del total), en donde la localidad de Valle Guerra tiene mucho que decir. El campo de otros cultivos, en donde se encuentran los cereales, es el segundo más importante, en donde destaca toda el área de Los Rodeos (El Ortigal, Los Rodeos y Los Baldíos), encontrándose en segundo lugar el plátano, el cual tiene una relativa importancia en los entornos más costeros. A todo esto hay que destacar el papel de los viñedos, los cuales han aumentado en hectáreas como consecuencia del éxito que está teniendo en el mercado local de la Isla.
Fuente: ISTAC. Censo Agrario 1999.
Entrando directamente en los datos del Censo Agrario de 1999 (Fuente: ISTAC) se comprueba como de las 1.676 hectáreas cultivadas, la mayoría (456 hectáreas) eran de las grandes extensiones de plataneras que se encuentran en las localidades de Tejina, Bajamar, Valle de Guerra o La Punta del Hidalgo, las cuales siguen manteniendo su estatus a día de hoy.
Por su parte, el campo que más hectáreas registra es el de ’otros cultivos’, entre los que se encuentran los cereales (trigo, cebada, centeno, avena, tricale y maíz), las leguminosas (judías, habas y altramuces entre otras), los cultivos forrajeros (cereales de invierno, alfalfa, veza para forraje, col forrajera, cardo, gramíneas, maíz forrajero) o los frutales, los cuales, en todo su conjunto, ocupaban nada más y nada menos que 484 hectáreas cultivadas. En la actualidad este último dato ha variado, ya que con datos de 2007 este campo suman más de 500 hectáreas, de las cuales 180 pertenecen a los cereales (177 en secano y 3 en regadío), 14 hectáreas a las leguminosas y 309 hectáreas a los cultivos forrajeros, entre los cuales destacan los cereales de invierno.
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La comarca de Valle Guerra y Tejina aglutina gran parte de la producción agrícola del municipio, especialmente de plátanos, flores y plantas. (DM) |
Por lo demás, regresando a los datos del Censo Agrario, La Laguna contaba en 1999 con 236 hectáreas de flores y plantas ornamentales (entre las que se encuentran, por ejemplo las plantas aromáticas y medicinales, los claveles, las rosas, los esquejes de flor o las strelitzias). En el año 2007 esta cifra ha aumentado, contando nada menos que con 241 hectáreas, entre las cuales destacan las plantas ornamentales, con 140 hectáreas, muchas de las cuales se encuentran en las localidades de Valle de Guerra y Tejina.
Le siguen los viñedos, los cuales, si bien en 1999 ocupaban una extensión de 197 hectáreas, en el 2007 llegaban a las 432, gracias al notable empuje que tuvo el vino en el mercado local desde principios del año 2000. Hoy en día se pueden localizar estas magníficas extensiones en las localidades de Valle de Guerra, Tejina o la propia vega lagunera.
Además, es preciso destacar el papel de las papas y otros tubérculos (batatas, boniatos, ñames), los cuales en el censo agrario de 1999 ocupan un total de 161 hectáreas, localizadas en buena medida en el agrosistema de los Rodeos (localidades de Los Rodeos, El Ortigal o Los Baldíos) hasta los entornos de Anaga, como El Batán, Las Carboneras o Chinamada, así como en la Vega Lagunera, en localidades como Las Mercedes o Jardina. Según datos de 2007, las hectáreas dedicadas a los tubérculos (tanto de regadío como de secano) habían descendido a las 113 hectáreas, como consecuencia tanto del éxodo rural como de la primacía de los viñedos en el mercado.
Finalmente, sin contar las tierras en barbecho, las cuales han aumentado, es preciso señalar que los tomates y otras hortalizas (puerros, lechugas, zanahorias, coles, bubangos, pimientos, acelgas, coliflores, entre otros) tenían un total de 121 hectáreas en el Censo de 1999, cifra que se vio aumentada en el año 2007, con un total de 135 hectáreas. Estos cultivos se pueden encontrar en la Vega Lagunera o en los Rodeos, si bien, también destaca en ámbitos más costeros como Bajamar, La Punta del Hidalgo o Tejina.
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El mercado de La Laguna es el principal exponente de todos los cultivos del municipio, y supone una importante fuente de ingreso para muchas familias. (DM) |
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