El medio físico tiene una estrecha relación con la Dorsal volcánica de Pedro Gil, donde la actividad volcánica y la labor erosiva del agua, a lo largo de millones de años, ha dado lugar a su actual relieve y topografía. Sobre ella se han desarrollado importantes masas forestales, asentamientos humanos y campos de cultivos, configurando el paisaje que vamos a descubrir.
Las cumbres
La cúspide de la localidad forma parte del sector suroriental de la Dorsal volcánica de Pedro Gil, que une el Macizo de Anaga con el centro de la Isla, en el Parque Nacional del Teide. Ésta se presenta salpicada de varios conos volcánicos, cubiertos por densas formaciones boscosas, donde aún se conservan algunos ejemplares históricos de pino canario de gran porte, fayal-brezal, reductos de laurisilva y, en algunos tramos, de tierras de cultivo.
3.1. Cordillera Dorsal de Pedro Gil
Las medianías
Hacia el sector nororiental, desde el barrio de Las Rosas hasta el límite con el municipio de San Cristóbal de La Laguna, el relieve se caracteriza por la presencia de varios conos volcánicos que constituyen lo esencial del paisaje. Son Montaña Birmagen, Montaña de las Carboneras, Montaña del Cerro, Montaña de Hija y Montaña Fagundo. La alteración y erosión de sus materiales ha contribuido a la formación de suelos aptos para la agricultura de secano, convirtiéndose de esta manera en uno de los lugares más ricos de Tenerife, desde el punto de vista agrícola. Los barrancos son poco profundos aunque se han convertido en verdaderas reservas de vegetación autóctona. Destaca el Barranco de Los Gavilanes, el Barranco de Samarines, el Barranco de la Huerta y el Barranco de Alférez.
Las coladas basálticas, que con el tiempo construyeron la dorsal, y las coladas que posteriormente brotaron desde los conos volcánicos más recientes, hoy apenas visibles, dieron lugar a la ladera o rampa sureste del municipio. Ésta se extiende desde la cumbre hasta el mar, alcanzando en algunos sectores pendientes del 30%, principalmente, a medida que nos acercamos al límite con el municipio de Candelaria. Sobre dicha ladera la fuerza erosiva del agua ha excavado barrancos de perfil en “V” que desembocan en el mar, nombrar el Barranco del Rosario, Barranco de los Juncos, Barranco de las Moraditas, Barranco de las Goteras, etc. Entre los barrancos, aparecen interfluvios llanos, salpicados por campos de cultivos abandonados y por un poblamiento disperso, como en el barrio de Las Barreras y Machado. También es posible observar algún cono volcánico aislado, sirva de ejemplo la Montaña Jagua y Montaña Toriño.
3.2. Vista aérea de El Rosario donde se pueden observar diferentes elementos característicos del relieve municipal. (AER). (Pasar el ratón por encima de los diferentes puntos)
La costa
Sus más de cuatro kilómetros de costa se caracterizan por ser acantilados, alcanzando en algunos tramos los 100m de altitud. Las aguas de escorrentía, el mar y las características físicas de la costa han posibilitado la formación de pequeñas playas, de cantos y arena negra, en la desembocadura de barrancos, su mejor ejemplo es la Playa de la Nea. Al abrigo de los salientes rocosos, predominan las caletas y callaos, citar El Varadero, Cueva Grande, del Moro, Tabaiba, El Puertito y Boca Cangrejo, además de algunas piscinas.
El ímpetu del hombre y la necesidad de contar con un lugar adaptado al modelo turístico insular, así como la extensión residencial de la capital (Santa Cruz de Tenerife), han dado lugar a la construcción de las urbanizaciones de Tabaiba y Radazul. En estos dos últimos casos y, a pesar de la imposibilidad del relieve, los edificios y hoteles se encaraman a través del acantilado formando parte de él. De esta forma, se ha convertido en uno de los espacios más dinámicos a nivel económico de toda la Isla, con la presencia de varios hoteles, apartamentos y muelle deportivo.
3.3. Vista aérea de la zona costera de El Rosario, con los municipios de San Cristóbal de La Laguna y Santa Cruz de Tenerife al fondo. (AER). (Pasar el ratón por encima de los diferentes puntos)
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