Aspectos previos
En términos económicos, el municipio de Arona está ligado a la actividad turística. Es la principal fuente de recursos y el sector que más empleo genera (60% de la población lo hace en este sector).
Atendiendo al gráfico, la hegemonía del sector turístico va a reducir la importancia del sector primario. Una actividad agroganadera en retroceso, que pierde, con el paso del tiempo, el carácter tradicional que la caracterizaba. A pesar de ello, la agricultura, la ganadería o la pesca, algo más especializadas, se resisten a desaparecer, manteniéndose en algunos casos a tiempo parcial.
12.1. Representación gráfica a partir de las fuentes del ISTAC para el año 2011.
El paisaje rural comienza en las zonas bajas del municipio, donde el sector primario está representado por una agricultura intensiva, destinada a la exportación. Entre los caminos, las huertas abandonadas, las presas y los escasos canales de tosca, que aún transportan el agua, reina bajo un mar de plásticos el cultivo del plátano, pero también el tomate, las hortalizas y los frutos tropicales.
Las medianías del municipio se caracterizan por el cultivo de secano (vid, frutales, papas, etc.) y de regadío (cítricos) así como de una escasa actividad ganadera.
La agricultura
Durante la etapa prehispánica, el territorio conoció un intenso aprovechamiento de sus recursos naturales, protagonizado por la población aborigen que vivía en la zona. Entre sus tareas se encontraba la agricultura, especialmente destinada al cultivo de cebada y algo menos el trigo, y
a la recolección de frutos silvestres.
Las vertientes a sotavento de las Islas, siempre fueron escasas en agua y tierras. Esto se traducía en un paisaje cubierto de terrazas y bancales para los cultivos de secano. En Arona predominó el cultivo del cereal (trigo y cebada), los frutales (higueras y almendros) y las papas. También estuvieron presentes aquellos cultivos que formaron parte de la historia de Canarias. En Arona se plantó y exportó caña de azúcar, en el siglo XVI, y también orchilla, vino y cochinilla, esta última durante el siglo XIX. Fue destacado el cultivo de la barrilla, que no sólo se destinó a la exportación, sino que además sustituyó al cereal en los años de mala cosecha, como principal alimento para de la población.
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12.2. La vid es uno de los cultivos estrellas de las medianías del municipio. Como en el caso de la imagen, la viña suele en muchas parcelas alternarse con otros cultivos. (IL) |
Durante el siglo XX, la presencia de un mayor caudal de agua, gracias a la construcción de canales (canal de sur años cuarenta del siglo XX), galerías y presas, y la mejora de los transportes, transformaría de manera notable el paisaje. Este vería aumentar las tierras de labor, permitiendo el desarrollo de cultivos para el regadío como el plátano y el tomate. Estos se localizaron en las tierras bajas del municipio, en detrimento del cereal y de otros cultivos. Además, el crecimiento de la agricultura de exportación se debió a las fuertes inversiones de empresas foráneas que roturaron y trasladaron tierras (tierras de prestación) desde otros puntos de la Isla más ricos en suelos, convirtiendo auténticos eriales en fincas para el regadío.
A partir de entonces, el sector primario de Arona se volcó, durante décadas y de forma notable, a los cultivos para la exportación del plátano y sobretodo el tomate.
Panorama actual
A pesar de la disminución de la superficie ocupada por los cultivos de regadío (plátanos y tomates), su producción aún se mantiene. Esto es posible gracias a las nuevas técnicas de cultivo, que mejoran su rendimiento (invernaderos, etc.), y al apoyo económico de la Unión Europea. También se han introducido nuevos cultivos, como por ejemplo las plantas ornamentales, cuya producción ha aumentado en la última década, a raíz de la fuerte demanda interna, peninsular y europea.
12.3. Representación gráfica a partir de las fuentes del Cabildo de Tenerife y de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias.
Al igual que en el resto de la Isla, la actividad primaria de las medianías vive un retroceso paulatino y una tendencia a la baja de la superficie cultivada. Esto es consecuencia de su escaso peso en la economía local, de la fuerte competencia de los productos importados, la falta de recursos humanos e incluso hídricos frente a otros sectores económicos (turismo, construcción). Con este panorama, el sector primario emplea a un reducido número de trabajadores y una gran parte de su patrimonio cultural (huertas y muros, caminos, canales de tosca, pozos, etc.) del municipio, tienden a desaparecer.
A pesar de esta situación, cerca de los núcleos de población de las medianías de Arona, sus gentes han sabido mantener vivas algunas huertas, parcelas y bancales. Patrimonio cultural, que en algunos de los casos representan siglos de historia. Los cultivos de regadío y secano se mezclan, y sus producciones se destinan al mercado local y al autoabastecimiento. Predomina el cultivo de la papa, las hortalizas, los huertos familiares, los árboles frutales de regadío (naranjos, aguacates, mangos) y sobretodo la vid.
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12.4. Las especiales características climáticas de Arona favorecen el cultivo de frutas tropicales como el mango. (FTR) |
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Este último cultivo ocupa algunas parcelas de las medianías desde hace siglos. A menudo las cepas dejan paso a la papa cultivada en enarenado o arenado, ocupando las zonas marginales, como los bordes y muros de las huertas. Aún así, la vid es el único cultivo que ha experimentado una lenta recuperación, aumentando su superficie y ocupando incluso las zonas más bajas del municipio, algo característico de este cultivo, adaptado a cualquier franja altitudinal. Su producto final, la uva, ha dado lugar a vinos de alta calidad.
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La cabaña ganadera
Durante el pasado aborigen la actividad ganadera era abundante, preferentemente dedicada a la cría y el pastoreo del ganado. En esta etapa y en el transcurso de los siglos predominó el ganado caprino, al que más tarde se uniría el camello. Se obtenían productos como la leche y el queso, en el caso del primero, y como animal de carga y labranza, en el caso del segundo.
A principios del siglo XXI, Arona reúne aproximadamente unas 25 explotaciones de carácter estabulado, de tipo complementario, y repartidas por todo el término municipal. A ella se une un escaso número de explotaciones de tipo industrial, familiar y profesional. Según la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas, tienen una mayor popularidad la ganadería ovina y porcina. También están presentes el ganado caprino, bovino, avícola, equino y asnal, además, un grupo destacado de personas se dedica a la cría de palomas.
El ganado ovino es común verlo en la franja costera del municipio, mientras que el porcino se sitúa en las zonas de medianías, al igual que las explotaciones de ganado caprino. A la actividad ganadera se suman pequeñas producciones apícolas, en parajes como el Morro de las Colmenas, en la zona de Los Bebederos.
12.5. Fuente: Cabildo de Tenerife y Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias (2008).
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La pesca
La pesca tradicional, hoy en declive, fue un modo más de supervivencia para la población local, complementaria a la agricultura de las medianías y a la actividad ganadera. La población con escasos recursos se dedicó a la pesca de bajura, de litoral o también pesca chica. Se recolectaban moluscos de diversas especies en los charcos del litoral y para ello se emplearon multitud de técnicas, también se pescaba a caña. A la actividad pesquera del litoral se sumó la producción de sal para sazonar los alimentos, hacer queso, etc., ante la escasez de frigoríficos. Ésta se obtenía en las salinas y en los charcos naturales del litoral. (Sabaté, 1993).
Durante el siglo XIX y XX, se produce un importante crecimiento urbanístico en la zona, consecuencia del turismo y de la expansión de la agricultura de exportación. Esto propició el aumento de la actividad pesquera y la creación de las primeras comunidades de pescadores. Éstas se asentaron en los pequeños muelles y embarcaderos de Las Galletas y el Puerto de Los Cristianos, a los que se une la existencia, hoy en día, de una cofradía de pescadores.
Se incorpora además el auge de la acuicultura y de las empresas asociadas a la misma, con el objetivo de proteger las especies endémicas y abastecer la fuerte demanda de la zona, derivada de la actividad turística.
12.6. Nelson Díaz Frías, Historia de la playa de Los Cristianos, Ayuntamiento de Arona y Centro de la Cultura Popular Canaria, 1996.
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