Clima
A medida que nos trasladamos desde la costa hacia la cumbre, Arafo se viste de variados paisajes, fruto de las condiciones climáticas que impone la altitud. Las características de su relieve suponen una barrera a los vientos cargado de humedad, que durante algunos periodos del año, mantiene al Valle de Güímar cubierto por un manto de nubes.
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4.1. Las peculiaridades del relieve permiten la presencia de un pequeños 'mar de nubes' en el Valle de Güímar, poco común en la vertiente a sotavento de las Islas. (AAF) |
Desde la costa a la cumbre
Las zonas próximas al mar reciben lluvias que no suelen superar los 200 mm. anuales. Las temperaturas son suaves durante todo el año y la humedad relativa no pasa del 60%, en la Playa de Lima. Estas características han propiciado la implantación de cultivos como cítricos, aguacates, plátanos y plantas ornamentales.
En la medianía, entre los 300 y los 600 metros de altitud, las temperaturas medias en invierno oscilan entra los 10ºC y 17ºC, mientras que en verano rondan los 24ºC-30ºC. Las precipitaciones varían según los años, oscilando entre los 300 mm y los 400 mm. anuales. No obstante la presencia de un mar de nubes local, no impide al municipio gozar de muchas horas de sol al año. Aún así, la humedad relativa alcanza los valores más altos del municipio, superiores a los registrados en la costa (entre el 70% y el 80%). Son tierras de vid y papas.
Las zonas altas se caracterizan por unas temperaturas medias más bajas (9ºC-12ºC) y por las grandes oscilaciones de la misma, entre el día y la noche. La humedad es muy baja, en torno al 30% y al 40%, y la pluviometría es muy parecida a la registrada en zonas medias. Es posible, durante el invierno, ver las cumbres cubiertas de un manto de nieve.
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4.2. Durante algunos periodos del invierno la nieve cubre las cumbres de Arafo. (DL) |
A pesar de los rasgos generales, el municipio también presenta una variedad de microclimas particulares, gracias a la presencia de profundos barrancos. Esto permite una abundante riqueza en flora y fauna endémica. Además supone la aparición de especies vegetales propias del monteverde, más comunes en la vertiente norte de la Isla.
No se puede obviar ni descartar los periodos de temporal asociados principalmente a las borrascas del suroeste que provocan precipitaciones de gran intensidad horaria y pueden causar fuertes daños en las infraestructuras mal planificadas. Otro fenómeno destacado son las invasiones de aire cálido y seco procedentes del continente africano, caracterizada por partículas de arena muy fina del desierto y altas temperaturas, lo que provoca graves problemas de salud y daños en la agricultura. Son los momentos de máxima alerta para los montes del municipio, antes posibles incendios.
El agua
La importancia del agua era mayúscula en una zona árida y seca como Arafo. Ya los guanches, sabedores de la existencia permanente de agua, fundaron aquí asentamientos y rutas para su ganado. Barrancos como el de Añavingo, de Las Morras y de Arafo, vieron florecer poblados guanches en sus cercanías.
Años más tarde, personajes relevantes en la conquista de la Isla, conscientes de la existencia de agua, harían de Arafo un lugar destacado a nivel insular. Sus esfuerzos se centraron en aprovechar los ricos caudales de aguas y aumentar así las producciones agrícolas e hídricas de la comarca. Tanta abundancia de agua se debe a las características permeables de sus suelos, que facilitan la filtración del agua y el almacenamiento de ésta en el interior de la tierra.
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4.2. La Arcada y Antiguo Molino de gofio fue declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Sitio Etnológico, en el año 2006. (AAF) |
En la segunda mitad del siglo XIX, un vecino del municipio decide construir una obra de enorme repercusión social para el valle. Un paseo por el municipio permite contemplar ésta valiosa obra de ingeniería; el Antiguo Molino y Lavaderos públicos. Este se compone de un acueducto que transportaba y aprovechaba las aguas para mover un molino y moler así el trigo. El agua que salía del molino se utilizaba para los lavaderos públicos y regar las huertas circundantes.
La alta demanda por parte de la población local y de otras localidades de la Isla, el desarrollo económico y los cultivos de exportación, propios de todo el siglo XX, se tradujo en la construcción de importantes obras hidráulicas destinadas aumentar este recurso. De este modo se construyeron numerosas galerías y se ejecutaron otros muchos proyectos.
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4.3. El extinto oficio de cabuquero, muy común en las cumbres de Arafo, consistía en la excavación de galerías en busca del agua. Aún hoy en el paisaje del municipio se pueden observar testimonios de lo que fue esta actividad. (AAF) |
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Según los datos, en las primeras décadas del siglo pasado, el Valle de Güímar constituía junto al Valle de La Orotava los principales productores de agua de la Isla. Ello incrementó, de manera notable, la superficie local dedicada principalmente al cultivo de la papa y el tomate.
El municipio llegó a tener 42 galerías, de las que hoy sólo producen agua 16. Estas se concentraron en cotas bastante elevadas, escarpadas, de fuertes pendientes y de difícil acceso. Son la galería de los Pilones de la Granja, de la Laja, del Caudal, de Los Huecos, del Drago, de San Pedro, de Amance, etc. Hoy, muchas de ellas se encuentran secas. En tiempos no muy lejanos abastecieron durante muchos años la capital insular y su refinería, a través del Canal de Araya. También alivió la demanda del Valle y de otras zonas agrícolas del norte de la Isla. Una obra de notable inter�s es la actual presa situada en el Barranco de la Granja con capacidad para 140.000 m� de agua. |