Los primeros pobladores de la Isla tenían en la ganadería su actividad principal. El Macizo de Teno se había convertido en lugar de pastoreo para su ganado, compuesto en su mayoría por cabras y ovejas. Algo menos importante, pero presente en la actividad aborigen era la agricultura, la pesca, el marisqueo, la recolección y la caza.

Tras la ocupación castellana y durante los siglos posteriores, los nuevos colonos llegados desde Europa implantarán y se dedicarán a la agricultura de exportación de la caña de azúcar, de la cochinilla y de la vid. Estos cultivos se situaron especialmente en la isla baja, por debajo de los 200 metros de altitud. Las medianías de la localidad, entre los 500 y 1.000 metros, se destinaron a los cultivos para el consumo interno y el intercambio local. Los cereales constituyeron el cultivo por excelencia de esta última franja del territorio.

Panorama actual

El paisaje agrícola actual está caracterizado por dos tipos de agricultura. Por un lado, la agricultura para el comercio y la exportación, más tecnificada y rentable, y localizada en las tierras bajas. Su superficie se extendió gracias a la introducción del regadío, la aportación económica de los emigrantes y las subvenciones estatales de los años setenta. Hoy se mantiene gracias a las aportaciones económicas de la PAC a través de Organización Común del Mercado del Plátano y del POSEICAN. A principios del siglo XX, abundaban la papa, el tomate, el millo y más tarde los plátanos. En la actualidad siguen predominando el plátano y el tomate, algunos bajo invernadero, al que hay que añadir nuevos cultivos, como las plantas ornamentales. El millo y la papa han perdido protagonismo.

12.1. El cultivo del plátano cubre toda la isla baja de Teno, que incluye a los municipios de Los Silos, Garachico y Buenavista del Norte. (DM)

Por otro lado está la agricultura de medianías y zonas altas, principalmente en el Valle de el Palmar, alcanzando en algunas zonas los 1.000 metros de altitud, como en el caserío de Teno Alto. En ambos parajes predomina el cultivo de la vid, la papa y los frutales, situados en su mayoría cerca de núcleos de población, ya que a medida que nos alejamos de estos, el número de bancales abandonados y cubiertos por la vegetación autóctona es más numeroso. En los caseríos de Los Carrizales y Masca, el tesón de sus habitantes supera los obstáculos del terreno con la construcción de pequeños bancales para el cultivo de regadío, destinados al autoconsumo y venta local.

Los cultivos de la medianía

El Valle de El Palmar, Teno Alto y algo menos en los caseríos de Masca y Los Carrizales se caracterizan por pequeñas huertas cubiertas de papas y viñas. Este último cultivo amparado bajo la denominación de origen (Ycode-Daute-Isora). La vid suele ocupar, en algunos lugares, los márgenes de las huertas, asociándose con la papa, mientras que en otras se extiende por toda la parcela. Además, ambos representan los cultivos por antonomasia en cuanto a producción y trabajo. El trigo, cuya presencia se remonta a varios siglos atrás, forma parte del paisaje.

En menor medida están presentes los huertos familiares, cubiertos de hortalizas, frutales tropicales, leguminosos, cebollas (existen dos variedades que gozan de cierto prestigio; la cebolla de Masca y la cebolla de Los Carrizales), azafrán, flores y plantas ornamentales y otros cereales, como la cebada y el millo. En el borde de las parcelas es posible observar plantas forrajeras para el ganado, como el 'tagasaste o escobón' (Chamaecytisus proliferus). Son comunes las vinagreras, la col y algunos frutales templados.

Los cultivos de medianías

El grueso de su producción, excepto el vino, se destina al consumo de la población y al mercado local y comarcal, así como a autoabastecer la creciente demanda de los restaurantes locales.

Existe además una creciente dedicación a la agricultura ecológica a la que se suma una importante actividad apícola. Esta última presente desde los primeros momentos de la colonización, sobre todo en Teno Alto, el Risco de Teno, en Los Carrizales, aunque también se puede localizar en zonas de costa, dependiendo de la época del año.

Según el ISTAC, el sector primario alcanza los 334 trabajadores. Todos ellos dedicados a la actividad agrícola y en menor cantidad a la ganadería. Representan casi la mitad de los empleos del sector servicios y están muy lejos del medio millar de trabajadores que lo representaba en el año 1981. Estos datos expresan la menor contribución del sector primario en la economía del municipio, aún así, cultivos como el plátano y la vid tienen otras funciones y representan un gran valor social, conservando el paisaje y manteniendo el medio rural.

El ganado

La ganadería era importante en el Macizo de Teno, sobretodo en ámbitos como Teno Alto, lugar de paso de significativos rebaños que se servían de los abundantes pastos estacionales. Durante siglos, la ganadería constituyó un elemento trascendental en la vida tradicional de los habitantes del medio rural. Servía como animal de carga, aportaba alimento a la población y el abono necesario para los cultivos.

12.4. Fuente: ISTAC 1999 y Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación del Gobierno de Canarias, por aquel entonces.

La mayor parte de la actividad ganadera, a principios del siglo XXI, se localiza en la medianía y zona alta, desarrollada en algunos casos como complemento a la actividad agrícola. Se limita a un total de 23 explotaciones de tipo complementario y familiar, 'empleadas a tiempo parcial' y de marcado carácter artesanal.

Predomina el ganado caprino, en Teno Alto, y el ganado vacuno, en el Valle de El Palmar. Algunas razas son autóctonas y su excelente rendimiento se plasma en los productos elaborados a partir de su leche, destacando su queso artesanal. El sistema de explotación es mixto. En verano el ganado permanece estabulado y alimentado a base de grano, mientras que en invierno, se halla suelto para aprovechar los ricos pastos.

La superficie es cada vez más escasa debido a la fuerte protección del paisaje. Finalmente señalar que el municipio cuenta cada año con la celebración de una cata de quesos en el caserío de Teno Alto.

12.5. Según las fuentes de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas para el año 2009 el ganado caprino es el segundo más numerosos por detrás de porcino. En la imagen, rebaños de cabras camino de Teno Alto. (DL)

Por otro lado, una ganadería más intensiva y tecnificada se localiza en la franja litoral, sin descartar algunas de carácter familiar y complementario. No llegan a la decena. Son explotaciones de mayor tamaño, caracterizadas por un ganado avícola, ovino, porcino y cunicola. También hay ganado equino y asnal. La totalidad de su producción se destina al mercado local y comarcal.

La pesca

Durante la etapa prehispánica existió la pesca y el marisqueo, siempre cerca de la costa. Un ejemplo de estas labores, las podemos encontrar en los yacimientos arqueológicos de Las Estacas y de Teno Bajo, en la costa norte de la localidad, donde se han descubierto varias cuevas habitación y concheros.

Una vez finalizada la conquista y en los siglos posteriores, la pesca era artesanal y pasó a desarrollarse próxima al litoral. Esto es debido a las condiciones impuestas por una costa agreste, orientada al norte y con escasas zonas abrigadas para la ubicación de infraestructuras pesqueras, como un puerto. Estas características restaron valor a la labor pesquera.

Aún así existían puntos de la costa, como Los Barqueros y la Punta de Teno donde se desembarcaba el pescado. Las capturas se destinaban a complementar la dieta de la población local, ya de por si limitada, al comercio y al trueque por alimentos agrarios. En Buenavista existió una pequeña fábrica para el destripe y descame del pescado y posterior venta.

12.6. Junto al faro de Teno aún es posible observar pequeñas embarcaciones destinadas a la pesca artesanal cerca de la costa. (AB)

Con el paso del tiempo, el sector agrícola absorbió todo el protagonismo, por lo que la actividad pesquera no representaría la importancia que va a adquirir en otros municipios de la Isla. Así, las cifras de empleados que la caracterizaban a principios de los años ochenta han desaparecido a raíz del auge de otros sectores económicos. A principios del siglo XXI, la pesca sigue siendo efímera y sólo, en la zona de la Punta de Teno, está presente un embarcadero y una pequeña flota artesanal, cuya producción se destina al mercado local o la venta a los restaurantes y bares del municipio, y al autoconsumo de la población.