La actividad agrícola

Antes de la conquista y colonización de la isla de Tenerife, los guanches del Menceyato de Güímar se dedicaron a la actividad pastoril y algo menos a la agricultura y la recolección. Con el paso de los siglos, los conquistadores y colonos, dieron prioridad a la labor agrícola, ocupando el territorio desde el nivel del mar hasta los 1.000 metros. Se construyeron bancales y terrazas en barrancos y laderas, donde se instalaron cultivos como la papa, el cereal (millo y trigo), la vid, las hortalizas y los frutales, destinados al mercado local y al autoabastecimiento. Las tierras llanas y próximas a la costa se adecuaron para los cultivos de exportación de la vid, la caña de azúcar y la cochinilla. Todos ellos favorecidos por la presencia de manantiales de agua y el tráfico de cabotaje.

12.1. Las medianías y zonas altas aún son testigos de huertas repletas de tuneras, de algunos hornos para el secado de los higos y de eras para la trilla de cereal. En la actualidad el cereal ocupa el 1,4 % de la superficie cultivada del municipio (SG)

Durante los años treinta del siglo XX, la superficie agrícola aumentó considerablemente, gracias a la construcción de galerías en las zonas altas de la localidad y a la mejora de las comunicaciones por tierra. En ese siglo se implantaron cultivos como el tomate y el plátano.

No obstante la actividad agrícola pierde peso e importancia debido al cambio de modelo económico sufrido a partir de la década de los sesenta del siglo XX. Este cambio viene ligado al desarrollo del sector servicios, el comercio y la industria a lo que hay que añadir la influencia que ejerce la expansión de la capital insular (Santa Cruz de Tenerife), como consecuencia de la mejora de las comunicaciones (autopista del sur) y el desarrollo urbanístico. Esto afectó de manera notable a su litoral, propiciando el desarrollo urbano del entorno Candelaria-Las Caletillas y el abandono del medio rural y de su mano de obra.

Según los datos (ISTAC 2010), el sector servicios, seguido de la industria y la construcción presentan los mayores índices de ocupación, mientras que los activos en el sector primario alcanzan los 108 trabajadores, lo que suponen el 1,69 % del total de empleos registrados.

Panorama actual

A principios del siglo XXI, en sus medianías (entre los 300 y los 1.000 metros), los barrios de Igueste, Caserío de Araya, Las Cuevecitas, Chivisaya, así como en los alrededores de Barranco Hondo y el Barranco del Madroño, se localizan terrazas y bancales destinados al cultivo de secano a tiempo parcial de la viña, de hortalizas, papas, cítricos, frutales templados, flores y plantas ornamentales. También son comunes los huertos de carácter familiar, las parcelas abandonadas y la superficie cultivada dedicada a la agricultura ecológica.

En su escasa franja costera, entre los 50 y los 150 metros, incluso alcanzando los 300 metros de altitud en algunas zonas, predominan los cultivos de regadío. Están presentes los frutos subtropicales, las plantas ornamentales, el plátano y el tomate bajo plástico, los cítricos, la vid y otras hortalizas. Toda su producción se destina al mercado local (Mercadillos) y a las grandes superficies locales y del área metropolitana.

En las últimas décadas, la vid ha extendido su superficie cultivada, debido al apoyo económico y a la labor de la Sociedad Agraria de Transformación de cosecheros del valle, de AGACAN (Asociación de Agricultores y Ganaderos de Candelaria) y de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Igueste, las cuales han promovido el cultivo del vino y la creación de bodegas.

La cabaña ganadera

Las tierras de Candelaria fueron testigo, mucho antes de la conquista, de la actividad ganadera, practicada por la población aborigen. Su ganado lo componían ovejas, cerdos y grandes rebaños de cabra. De ellos se obtenían productos como queso, leche, carne, pieles para vestidos, huesos, etc. Con la llegada de los conquistadores y colonos la ganadería pasará a formar parte de la economía local, aumentando su número de cabezas debido a la introducción de nuevas especies.

En la primera década del siglo XXI el sector ganadero se caracteriza por un total de 60 explotaciones de carácter estabulado y de tipo complementario y familiar, especialmente el caprino, destinadas a la producción de queso y carne. Se suman algunas explotaciones de tipo industrial y profesional. Según la Consejería de Agricultura Ganadería y Pesca, del Gobierno de Canarias, predomina el ganado caprino, seguido del porcino, bovino, ovino, cunícolay finalmente la cabaña avícola, que alcanza las 221.000 unidades aproximadamente.

A la actividad ganadera se suman una importante actividad apícola, gracias a las excelentes condiciones que presenta su flora autóctona asociada a la mejora de los espacios naturales. Esta actividad produce una rica miel a adquirir en mercados y tiendas de la localidad.

La actividad pesquera

La pesca, siempre de carácter artesanal, tuvo mucha importancia para la población local hasta bien entrado el siglo XX. Un número reducido de vecinos se dedicaron a la esta actividad, debido a la riqueza en mariscos y pescado de sus costas, e incluso a la fabricación de barcos para la labor, la cual compaginaban con las actividades agrícolas y ganaderas. Su producción se destinaba al autoabastecimiento local y en algunos casos al comercio con otros municipios.

12.5. El puerto pesquero de Candelaria es el punto de reunión de los pescadores de la localidad y de una modesta flota pesquera. (SG)

En la actualidad el número de trabajadores de la localidad es escaso y realizan sus labores en el pequeño muelle pesquero de Candelaria (Puertito de Candelaria) utilizando para ello artes de pesca artesanales. También está presente una cofradía de pescadores (Cofradía de Pescadores Nuestra Señora de Candelaria). Aún así este sector sufre los avatares de la pesca a nivel insular, agudizado en los últimos años, lo que dificulta su desarrollo y evolución. Se incorpora a la actividad pesquera la acuicultura y las empresas asociadas a la misma, con el objetivo de proteger las especies endémicas y abastecer la demanda local.