La Orotava es, sin lugar a dudas, una de las localidades del archipiélago< que mayores representaciones de arquitectura tradicional contiene. Igualmente, también atesora buena parte de los edificios más valorados de Tenerife, no en vano, su casco histórico está declarado Bien de Interés Cultural, al igual que algunas edificaciones como el Acueducto de Los Molinos, el Camino EL Ciprés, la Casa de Ponte (Lercaro), la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, los Inmuebles (mansiones construidas en 1725) de la Calle Calvario, 52 y 54 y el Jardín de Aclimatación, Hijuela del Botánico, del siglo XVIII.
Finalmente, más del 60% de los orotavenses con el grupo de adultos (20-59 años), esto es; la práctica totalidad de las personas empleadas en algún trabajo.
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12.16. La Iglesia de la Concepción (AOR). |
Con lo dicho, buena parte de las señas de identidad de la arquitectura tradicional canaria, tanto con respecto a las casonas señoriales como en casas humildes y populares, se aprecian en La Orotava. Así por ejemplo, destacan por encima del resto los típicos balcones y los patios interiores, en donde el protagonista es la madera de tea. Las fachadas de estas construcciones suelen ser sencillas, con pocos adornos, que se dejan en exclusiva para las grandes balconadas de madera, cuajados de celosías, de amplio vuelo sobre la calle, muchos de los cuales se pueden identificar en la Villa de La Orotava, como por ejemplo en la Casa de Los Balcones. Por su parte, las ventanas cierran en guillotina y, por lo general, disponen, en el interior, de asientos adosados a la pared.
Los patios interiores, auténticos jardines, en los que, de vez en cuando, todavía hace su aparición la destiladera (un curioso y bello artilugio para filtrar el agua y mantenerla fresca), están rodeados por una galería, sostenida por unas columnas de pino tea, que da a las habitaciones y aposentos de la casa a la que se accede por medio de unas escaleras también de madera, en armonía con todo el conjunto. Por otro lado, los colores de las fachadas de las casas tradicionales y populares, de gruesas paredes, suelen ser variopintos y sorprendentes, aunque, últimamente, exista una tendencia hacia el blanco uniforme un tanto impersonal.
Finalmente, aunque también es interesante la presencia de viviendas rurales en los entornos más agrarios del municipio, destacaremos dos de las casas más emblemáticas existentes La Orotava en materia de arquitectura tradicional, ambas presentes en el casco urbano de la capital: La Casa de los Balcones y la Casa ?Ponte-Fonte? o casa Lercaro.
La Casa de los Balcones
Es un edificio de tres plantas con una bella fachada en donde se comprueba un gran balcón en la tercera planta, cinco balcones de rejería en la segunda, con base de madera y vanos decorados con formas geométricas y vegetales y una primera planta sin gran decoración. Cabe destacar que en el balcón central del segundo piso se exhiben los blasones de Fonseca. Por su parte, la puerta principal también constituye un notable ejemplo de arquitectura canaria. En cuanto al patio, destaca por la cantidad de labores en madera, además de las columnas de Tea que se apoyan sobre pedestales de piedra. Por otro lado, la ornamentación de las galerías del edificio es similar a la del balcón superior de la fachada, en la medida que posee balaustres y cojinetes con decoración floral. La escalera de caracol, muy típica en las casas pudientes, también se aprecia en el interior del conjunto, así como algunos techos artesanados. Por último, entre sus elementos estéticos, del mismo modo resalta la cubierta del salón principal, plana pero con una recargada decoración. Con lo dicho y tal y como se sabe, el inmueble contiene un ejemplar establecimiento de artesanía isleña, además de un museo tradicional.
La casa de los balcones
12.17. Algunas imágenes de la célebre Casa de los Balcones (DM)
La Casa Lercaro, es una de los inmuebles de la Orotava catalogados como Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento en 2004. Se trata de una antigua casona del S. XVI. Su nombre real es la ?Casa Ponte-Fonte?, aunque se le conoce más por sus posteriores propietarios, los Lercaro. Muestra de la heráldica es el escudo familiar de los Ponte, construido en mármol, que se encuentra sobre un ventanal de la tercera planta, símbolo de identidad y reconocimiento social designado a familias y vínculos de parentesco. Fue construida con posterioridad a 1654, cuando se casan los antiguos dueños Jerónimo Ponte-Fonte y Catalina Grimaldi. En la fachada principal del edificio se pueden admirar las cenefas esgrafiadas y la extraordinaria labor de carpintería en las ventanas y balcones. El balcón central es de hierro con base de madera adornada con motivos vegetales, decoración que se repite en el balcón de su tercera planta. Otros dos balcones sobresalen en la fachada lateral, aunque presentan menor decoración. En el interior de esta gran casona, situada en la calle del Colegio, se descubre un bello patio con columnas corintias.
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