Desde tiempo de los guanches, los canarios han confiado siempre en los remedios que le ofrecen las plantas para calmar dolencias y curar determinadas enfermedades. En el municipio de San Juan de la Rambla, gracias a sus características climáticas, crece un gran elenco de plantas a las que los sanjuaneros han sabido sacar partido para utilizarlas en la cura de algunas enfermedades. La medicina popular forma parte del legado cultural del municipio. Ésta se ha trasmitido de generación en generación, y hoy son muchos los vecinos del municipio que siguen haciendo uso de ella gracias las prácticas que les enseñaron sus padres y abuelos.

La mayoría de estos remedios populares se toman en forma de infusión, especialmente tras las comidas. Es muy común el agua de hortelana(hierbabuena) para calmar los nervios o los dolores de estómago. También para combatir los dolores estomacales, además de los vómitos, se utiliza la hierba luisa (también conocida como barba luisa o reina luisa). Para abrir las vías respiratorias y curar los catarros es habitual la infusión de tomillo o de eucalipto. La barba millo o greñas de millopara la irritación y como diurético. El agua de nogal es frecuente para mejorar la circulación sanguínea o tratar problemas de estomago como el estreñimiento. Todas ellas forman parte de un extenso listado de plantas curativas a las que los sanjuaneros han sabido sacar rendimiento.

11.7. El agua de hortelana o hierbabuena es un remedio natural utilizado hasta nuestros días para calmar los nervios y dolores de estómago.

San Juan de la Rambla, el pueblo del aro

Para problemas de estomago, afecciones de la piel o para aliviar resacas, el aro (Maranta arundenácea) ha sido tradicionalmente el remedio casero más eficaz. Se trata de un tubérculo de aspecto blanquecino que ha dado fama en el pasado al municipio. Algunas familias de La Vera, y de la zona baja del municipio, especialmente de La Rambla, mantienen la tradición, no sin un gran esfuerzo, de seguir cultivándolo.

El cultivo del aro está en peligro de extinción, ya que su tratamiento y obtención, cuyo tubérculo es reducido a un polvo blanco, conlleva un enorme trabajo. Reflejo del laborioso proceso, y de las cualidades curativas que se le asignan, es el precio que alcanza un kilo de aro, unos 30 euros.

Este tubérculo una vez recogido ha de ser bien lavado y limpiado para posteriormente proceder a rallarlo mediante una máquina manual. En esta primera fase del proceso se obtiene una especie de pasta que se ha de dejar reposar hasta el día siguiente. Después se procede al filtrado, colando varias veces la pasta obtenida a través de telas y manteles. Al final se obtiene una sustancia blanca, el aro, que se deja secar al sol durante varios días. Se suele tomar disuelto en agua o espolvoreado sobre otros alimentos.

Otros remedios curativos populares

Para la cura de dolores y enfermedades, no sólo ha sido el uso de las plantas el remedio tradicional. También existen en el municipio otras creencias y prácticas curativas que se han llevado históricamente a cabo.

Una de las más socorridas es el santiguado. Se trata una especie de conjuro o invocación en el que se emplean palabras y símbolos santos. El ‘susto’, el ‘mal de ojo’, las corrientes de aire o ‘mal aire’, lo curan ciertas personas realizando un rezado. Estas personas han heredado esta cualidad de sus madres o abuelas, y cuando la realizan se les puede ver bostezar y caer lágrimas por su cara. Se trata de una práctica muy común en algunos pueblos del norte tinerfeño, y para muchos está relacionada directamente con la santería cubana.