San Juan de la Rambla posee un rico y variado patrimonio arquitectónico fruto del quehacer de los sanjuaneros para adaptarse el medio en el que viven. Bellos ejemplos de arquitectura religiosa se entremezclan con la vivienda tradicional, tanto urbana como rural.
El casco de la Villa, declarado Bien de Interés Cultural, posee un conjunto de casas señoriales cuyos nombres están ligados a las grandes familias sanjuaneras. Se trata de magníficos ejemplos de arquitectura civil urbana. La casa de los Oramas Saá, la casa de los Oramas Quevedo, la casa de los Hernández Oramas, la casa de Los Castros, la casa de los Díaz Llanos, la casa de Los Bautista, la casa de los Alonso del Castillo, la casa de los Pérez Montañés, la casa de los Delgados Oramas, la casa de Piedra, la casa de los Hernández, la casa de los Granadillo, o el edificio de la antigua Alhóndiga, forman, junto a la Iglesia de San Juan Bautista y un entramado de recoletas plaza y calles, uno de los casco históricos más bellos de la Isla.
Casco Histórico de San Juan de la Rambla
12.13. Los grandes ejemplos de arquitectura civil urbana han propiciado que el Casco Histórico de San Juan de la Rambla sea declarado Bien de Interés Cultural. (DL)
A lo largo de toda la geografía municipal se pueden observar también, algunas en mejor estado de conservación que otras, viviendas tradicionales rurales de carácter más humilde. Éstas se rigen por un conjunto de reglas no escritas que marcan o definen una tendencia general heredada del pasado y una adaptación al medio en el que se encuentra. A ello hay que sumarle la funcionalidad que se buscaba en la construcción de estas viviendas, donde primaba siempre la actividad agrícola, ya que era el sustento de las familias.
Magníficos ejemplos de vivienda tradicional de campo se puede encontrar en las medianías. En núcleos como Los Quevedos, Las Rosas, el Camino del Lomo o La Vera, se conservan algunas de las escasas viviendas de arquitectura popular del municipio. En Los Quevedos se mantienen impasibles ante el paso del tiempo algunas de las casas más antiguas de la zona, muchas de ellas realizadas en piedra seca, en las que sobresalen balcones y ventanas de madera. Viviendas de carácter más humilde, pertenecientes a los campesinos que trabajaban en las grandes fincas, también se conservan en los barrios costeros de Las Aguas y La Rambla.
Arquitectura popular de diferentes núcleos
12.14. En los diferentes barrios del municipio se pueden admirar diferentes muestras de arquitectura popular. (DL)
Junto a las casas del casco de la Villa de San Juan de la Rambla y las viviendas tradicionales de campo, en el municipio destacan grandes haciendas que antaño dieron trabajo a muchos vecinos. En las medianías nos encontramos con la Casa Grande de Las Rosas o Casa Amarilla, hoy en estado casi de abandono. Se trata de una vivienda de dos plantas, cuya finca poseía un aljibe de piedra de cantería, establos para animales y hasta una era.
En la zona costera destacan grandes haciendas que se forjaron gracias a la actividad vitivinícola y especialmente a las plataneras. Estas haciendas se situaban al borde del Camino Real para así aprovechar una de las pocas vías de comunicación del municipio. La Casa y Finca del Conde, La Finca de Las Monjas, La Finca del Drago o La Finca del Cardón, son bellos ejemplos de grandes haciendas que antaño tuvieron un gran esplendor.
EJEMPLO DE LAS GRANDES HACIENDAS RURALES
La Finca del Cardón
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12.15. Portada de entrada de la Finca del Cardón. (DL) |
Ubicada en el barrio de la Rambla, en el inicio del Camino Real, se trata de una de las fincas de mayor extensión de todo el municipio. La propiedad, que a duras penas resiste el paso del tiempo, conserva intacta la antigua casona de una sola planta. En el interior de la hacienda destaca la presencia de un antiguo lagar de tea, testimonio de la importancia que antaño tuvo el malvasía en el municipio. La extensión de la finca en el pasado alcanzaba el molino de agua del Pico de la Grieta, en el margen derecho del Barranco de Ruiz.
La Finca de Las Monjas
Su nombre deriva de la antigua pertenencia de esta propiedad a un convento de monjas de La Orotava. Se trata de una de las haciendas con más solera del municipio, y que dio trabajo a muchos rambleros. Posee una casa terrera de arquitectura tradicional canaria. Una parte se encuentra cubierta de tejas con cornisa corrida de cantería, y otra tiene una azotea con cantería sobre sus muros. Entre los elementos característicos de la propiedad que forman parte del patrimonio rural destaca un antiguo lagar de hormigón, hoy en desuso.
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