El clima de Santa Úrsula, presenta una gran similitud con el de toda la banda norte de la isla, el cual es consecuencia de la dinámica atmosférica general propia de Canarias y de los rasgos que introducen factores locales como el relieve, la altitud, la orientación y la exposición a los vientos dominantes.

El clima en la costa se halla bajo la influencia marina mientras que en las partes más elevada existe un claro condicionamiento por la presencia de nieblas que traen la capa de estratocúmulos, 'mar de nubes', generada por condensación de la humedad oceánica transportada por los alisios. Por encima de los 1.500 metros, en cambio, la capa superior de los alisios, cálida y seca, determina la aparición de una inversión térmica, actuando a modo de barrera que impide el desarrollo vertical del mar de nubes, hecho que otorga una humedad constante entre los 800-1.500 metros de altura sobre el nivel del mar.

Por otro lado, en ocasiones (especialmente entre octubre y marzo), como consecuencia de la llegada a las islas de perturbaciones oceánicas, la presencia de aire frío y húmedo en altura provoca la desaparición momentánea de la capa superior del alisio, eliminando la inversión térmica y propiciando los movimientos de convección generando nubes de desarrollo vertical que desencadenan importantes precipitaciones. Cuando tiene lugar esta situación, si la temperatura de las masas nubosas desciende lo suficiente, se pueden producir precipitaciones en forma de nieve, que normalmente no suelen remitirse a cotas inferiores a los 1.500 metros, si bien, a veces, llegan hasta los 900 metros sobre el nivel del mar.

4.1. El área de cumbres  suele tener las temperaturas más bajas de todo el municipio. (JJ)

Con todo ello, el clima de Santa Úrsula presenta las características propias de la fachada de barlovento, con una serie de pisos, que van desde las temperaturas suaves y las escasas precipitaciones de la zona baja, hasta los mayores aportes de humedad del área afectada por el mar de nubes, generado por los vientos alisios, frescos y húmedos. Ello da lugar a que dentro de la totalidad del municipio se pueden llegar a distinguir tres zonas con características climáticas distintas:

• Una zona alta, caracterizada por una importante diferencia de temperaturas entre el día y la noche, sobre todo en la estación estival, debido al mayor enfriamiento nocturno a causa de la carencia del mar de nubes. Es la zona donde antaño se desarrollaron importantes actividades agrarias, sobre todo, forestales. En la actualidad, aunque sigue existiendo una imprenta agrícola, se halla más relegada a las grandes formaciones vegetales.

• Una zona de medianías, generalmente húmeda, afectada por la influencia del mar de nubes. Las temperaturas son suaves y las precipitaciones son mayores que en las restantes zonas del municipio. Estas características climáticas, además de unas tierras favorables, han contribuido al desarrollo agrícola de la zona.

4.2. Las medianías es sinónimo de agricultura y población. Las condiciones climáticas, con temperaturas suaves y buenas precipitaciones, favorecen estos hechos. (JJ)

• Una zona costera que comprende la parte baja del municipio, por debajo de los 200 metros. Tiene lugar una menor oscilación diaria de las temperaturas debido al efecto atemperante del mar, por lo demás, las precipitaciones son escasas y tienen lugar bajos índices de humedad.

Las temperaturas y precipitaciones

Valorando específicamente los parámetros climáticos, encontramos que la temperatura presenta una media anual de 19ºC en la costa (en las medianías es un poco más elevada), siendo en los meses más cálidos de verano de 22ºC y enero y febrero algo más fríos, con una media de 17ºC. Del mismo modo, el municipio no experimenta grandes contrastes térmicos, siendo la amplitud térmica media anual de 5ºC y la absoluta máxima de 26ºC, correspondiéndose con el período estival. Este hecho lo explica en buena medida la acción reguladora de las brisas marinas y el mar de nubes que suele localizarse en la zona, los cuales favorecen una humedad relativa elevada, sin grandes contrastes térmicos.

Por su parte, las precipitaciones resultan constantes durante casi todo el año, aunque son más copiosas en los meses de otoño y especialmente invierno, mientras que desde julio a septiembre se registran menos episodios lluviosos, y por ello, menos aporte dentro de volumen anual. En cualquier caso, los aportes varían según la altura, pues a medida que se asciende tiene lugar un mayor aporte hídrico. A nivel general, la precipitación media anual se sitúa en torno a los 500-550 mm.