Posiblemente, el sector servicios es el sector con mayor peso económico en Santa Úrsula debido a la cantidad de pequeñas y medianas empresas que existen dedicadas a ello. Cabe destacar la oferta hotelera que suma al menos 800 plazas turísticas, lo cual no deja de ser una cifra muy a tener en cuenta. Con respecto al turismo rural estricto, Santa Úrsula apenas dispone de inmuebles, destacando por encima del resto la Casa Rural Peraza, una vivienda de más de trescientos años de antigüedad, la cual cuenta con varios servicios y unas vistas al Valle de la Orotava, a la montaña y al mar.
Igualmente, las pocas casas rurales existentes disponen de huerto en la parte delantera con gran variedad de plantas y árboles frutales, tanto tradicionales como autóctonos. Posiblemente, dadas las condiciones y recursos rurales autóctonos que atesora el municipio a este respecto, a poco que mejore el desarrollo de esta tipología turística, se irán ampliando los servicios en todo el municipio.
Otros servicios
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12.3. El barranco de los Sauces. (DM) |
El resto de los servicios dentro del turismo rural que ofrece Santa Úrsula pasan por su gastronomía, la cual se puede degustar en múltiples guachinches que ofrecen deliciosos platos de comida canaria. Asimismo, la visita a lugares de interés es otra de las posibles alternativas; las áreas protegidas son sin duda un excelente reclamo, al igual que el barranco de los Sauces, de sobrecogedora belleza y contando con unos lavaderos tradicionales en la zona alta de Santa Úrsula. Desde el Morro del Soldado, en los altos del municipio, se obtiene una excelente panorámica de la zona. Por otro lado, los senderos son siempre un magnífico complemento para el tiempo de ocio, siendo una actividad que se combina tanto con el turismo rural como con el activo.
Principales senderos del municipio
Ruta por la Costa
Entre los distintos senderos existentes en Santa Úrsula, muchos de los cuales se localizan en los entornos más elevados, conectando con los municipios vecinos, destaca especialmente la ruta por la costa, por las características que posee.
Longitud: 8 kilómetros Duración: 3 horas Dificultad: fácil
El recorrido atesora una riqueza sin igual en materia de paisajes y de valores naturales, en la medida que atraviesa espacios naturales protegidos y entornos de medianías y costa, en donde la impronta agrícola se convierte en un denominador común. |
El sendero comienza en la urbanización Vista Paraíso, uno de los sitios de mayor riqueza y belleza del municipio de Santa Úrsula. Desde aquí se puede disfrutar de una vista excelente de las laderas del municipio, en la zona conocida como Cuesta de la Villa.
En este punto se va descendiendo hasta la playa del Ancón a partir de un sendero conocido como Camino de las Compras, camino que debe su nombre a que antiguamente era utilizado para intercambiar alimentos entre pescadores que venían del puerto y agricultores procedentes de Santa Úrsula. A partir de este punto hasta que el sendero culmina y a medida que se aprecia el espectacular Valle de la Orotava, también se comprueba la existencia de un buen número de canales que son reflejo inequívoco de la importancia que ha tenido y tiene el agua por esta zona.
Llegando hacia los entornos costeros se empieza a tener constancia de los potentes acantilados que suelen llegar a la costa, cortados en ocasiones por distintos barrancos. Coladas basálticas y piroclastos ácidos son los materiales que se reconocen por todo este terreno. Así, cuando se llega al pie del escarpe también se observan otras formaciones como derrubios de laderas y grandes playas de arena como los Patos, el Bollullo y Santa Ana o el Ancón.
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12.4. Panorámica de las magníficas playas de arena del Ancón y los Patos. (JJ) |
Llegando a la zona del Ancón, la existencia de bancales y establos abandonados envuelve el paisaje, recordando al caminante que en el pasado existieron cultivos y animales que contribuyeron de forma determinante a la economía del municipio. Estas terrazas que cubren las laderas de Santa Úrsula, han sido el dominio de diferentes tipos de cultivos a lo largo de los años: desde la caña de azúcar hasta las plataneras en épocas más recientes, pasando por el cultivo de la vid. De igual modo, uno de los cultivos que existió en la zona fue el nopal, para obtener el tinte de la cochinilla. Por su parte, uno de los cultivos más rentables de la zona fue sin duda el del plátano, el cual era producido en grandes cantidades y exportado hacia otros países desde el Puerto de La Cruz. Además de plátanos también se plantaban canteros de millo, papas, legumbres y hortalizas para el consumo de los jornaleros y medianeros quienes trabajaban esas tierras sin descanso durante largas jornadas. Sin embargo, el tiempo escribió un nuevo porvenir a las plataneras, cuando hace aproximadamente veinte años, la agricultura dejó de gozar de los beneficios y muchos dueños empezaron a intentar vender sus fincas, por lo que hoy algunas presentan un triste estado de abandono.
En poco tiempo atravesando el área del Ancón se llega a la Ermita de Santa Ana, de época desconocida. Aquí eran celebradas las fiestas en honor a Santa Ana, a la que acudían los vecinos del municipio de Santa Úrsula para mostrar su devoción a la virgen y divertirse. La cuarta parada tiene lugar una vez bajando de la ermita hacia la playa de Santa Ana, más conocida como playa del Ancón. Se encuentra situada entre el charco El Negro y la famosa playa de Los Patos.
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12.5. Las emblemáticas playas del Ancón, en primer lugar, los Patos y el Bollullo (sin verse). La playa de los Patos, al igual que la zona del Rincón, pertenecían en el pasado a Santa Úrsula hasta que posteriormente se incorporó administrativamente al municipio de La Orotava, más desarrollado económicamente y con mejores comunicaciones. (JJ) |
La extensión de la playa queda limitada por salientes rocosos que la separan de sectores de costa contiguos. Cerca de la Lajeta, lugar que sirve de límite entre el municipio de Santa Úrsula y el de La Orotava se halla un pozo que fue construido en la década de los años treinta y cuya agua era bombeada por un motor de gasoil para regar los cultivos de la zona llegando incluso hasta la Cuesta de la Villa donde había un deposito desde el que se distribuía el agua a través de tuberías. La penúltima parada tiene lugar en el área de El Rincón, una vez se asciende desde la playa. Se trata de un espacio natural profundamente transformado por el hombre, en la medida que se encuentran numerosas fincas de cultivo de gran belleza. No obstante, los intereses por urbanizar el espacio chocan frontalmente con las indicaciones que abogan por conservar el espacio. Asimismo, se han propuesto proyectos para establecer áreas de uso agrícola que sean compatibles con la orientación turística del territorio.
Sea como fuere, el Paraje en El Rincón es un lugar privilegiado desde el punto de vista climático y de suelo fértil que en su momento se convirtió en un lugar idóneo para establecer el modelo económico que se impuso en las islas tras la conquista: el monocultivo. Es probable que en el pasado esta zona estuviera cubierta por un espectacular bosque termófilo en el que abundan sabinas, mocanes, peralillos o dragos. Sin embargo, esta vegetación fue arrasada por coincidir con el área más favorable donde establecer cultivos y poblaciones.
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12.6. Vista del Rincón, con la autopista del norte cruzando el bello paisaje de plataneras. (JJ) |
Finalmente, una vez atravesado este bello y genuino paisaje, se puede continuar el sendero en dirección al Puerto de la Cruz, el primer municipio de toda la isla que modificó su producción agrícola en virtud de la implantación de un modelo turístico que edifica su historia a finales del siglo XIX y que sigue estando presente a día de hoy. En cualquiera de los casos, tanto si se decide finalizar el sendero en el Puerto de la Cruz como regresar a Santa Úrsula desde el Rincón, el caminante ha tenido la posibilidad de descubrir un espacio único en donde se combina la belleza natural con el paisaje rural y sobre todo costero, bañado todo ello por la historia y por los numerosos vestigios que aún se conservan recordando los tiempos que vivieron nuestros antepasados. En una época en donde la supervivencia y el aprovechamiento de todos los recursos del terreno era el pan de cada día.
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