La medicina popular aparece en La Victoria de Acentejo ya desde la época de los guanches y sigue perdurando tiempo después cuando los castellanos empiezan a habitar las islas. Los descendientes, canarios hasta el día de hoy, ven en el medio natural y los vegetales que se reparten en el él, una fuente de recursos que pueden ser utilizados para un uso tanto comestible, como medicinal. A este respecto, destacan multitud de plantas medicinales como el toronjil o la yerba Luisa, utilizada para dolores de estómago o para paliar la menstruación.
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11. 6. El fruto de la Faya (en la imagen) es uno de los pocos frutos comestibles dentro del Monteverde. (SG) |
Por otra parte, el bosque también constituía un espacio para obtener beneficios medicinales o domésticos. Dentro del Monteverde se aprovechaban los brezos, de los cuales se obtenía carbón mientras que sus ramas servían de horquetas para la viña; los Laureles (cuya madera ligera era apreciada para fabricar aperos de labranza); los Follaos (cuyas hojas de tacto suave y peloso eran el sustituto del papel higiénico y sus varas flexibles combinaban con el mimbre en la cestería) o la propia Haya o Faya (Myrica Falla) cuyo fruto era y es uno de los pocos que son comestible dentro Monteverde, de manera que en tiempos de hambre todo isleño lo secaba, tostaba y hacía una harina pastosa como sustituto del gofio. |