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3.1.Imagen de la fisiografía de Anaga y parte de Santa Cruz de Tenerife. Se aprecian claramente las dos zonas del relieve que componen el municipio. Fuente: Mapa abiótico del Plan Territorial Especial de Ordenación del Paisaje de Tenerife, 2010. Cabildo de Tenerife. |
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El relieve de Santa Cruz de Tenerife está compuesto por dos grandes áreas que presentan características topográficas bien distintas. Por un lado, se encuentra el área llana, siendo el ámbito que se corresponde con la ciudad, la cual es una rampa de poca pendiente que se prolonga hacia el mar desde la altiplanicie de La Laguna hacia la costa. Por el otro lado, se encuentra el macizo de Anaga, de mayor extensión, antigüedad y con un relieve erosionado que contiene varios elementos de interés, como los numerosos barrancos, barranquillos, crestas y montañas que se reparten en él, como resultado de un proceso de modelado importante y continuado a lo largo de los años desde su génesis en el periodo Mioceno. Con todo, comentamos las dos unidades del relieve mejor diferenciadas:
El área llana parte desde la altiplanicie de La Laguna en una especie de rampa que va formando una serie de escalones de mayor o menor pendiente que desciende hacia el mar, teniendo la ciudad de Santa Cruz como el entorno con topografía más plana. Los materiales geológicos de este ámbito se corresponden especialmente a las series Basáltica Antigua y Basáltica III o Reciente, destacando las coladas basálticas, los piroclastos básicos y las pumitas. Estas últimas aparecen intercaladas entre las coladas superiores de la serie, bien aflorando semi-cubiertas por ellas, principalmente en barrancos, o bien asociadas a conos piroclásticos, especialmente en sus faldas sur y suroeste, con excepción de la Montaña de Taco, que tiene otra dirección.
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3.2. La suave rampa que compone el área llana del municipio se nota en el entorno urbano de la ciudad, especialmente a través de las líneas de tranvía. (DL) |
De igual manera, dentro de este entorno de planicie y concentración demográfica también se localizan varios edificios volcánicos. Así, los conos que se reparten en esta área se encuentran bastante bien conservados (aunque otros están atacados por la actividad humana debido a la extracción de materiales o la instalación de residencias), a veces con el cráter todavía definido, representan los restos de un auténtico campo de volcanes. Una de las más importantes concentraciones de conos se encuentra en el triángulo Santa Cruz de Tenerife – Güimar – Los Rodeos, en donde se concentra gran parte de la población de la isla.
Por otro lado, el edificio de Anaga puede asimilarse morfológicamente a un anfiteatro o a una pequeña cordillera con dirección NE-SO, que configurada por la alineación de los roques Bichuelo, Anambro, Chinobre y Pico Limante, hasta Cruz de Taborno y Cruz del Carmen. Estructuralmente constituye una unidad independiente en la historia geológica de Tenerife, pues su formación se inició hace unos 5,7 Ma (Mioceno) y prácticamente se detuvo hace 3,3 millones de años, siendo así uno de los tres macizos que existen en la isla. Dichos materiales, más antiguos que la dorsal de Pedro Gil que continúa hacia el centro de la isla, se encuadran en la serie I. No obstante, su emisión, generadas en períodos distintos permite diferenciar hasta tres subseries (inferior, media y superior) con características geológicas y geomorfológicas propias, permitiendo establecer una cronología completa del Macizo, así como de sus características.
Además, como hemos indicado, la erosión ha sido el principal fenómeno que ha configurado el paisaje actual. Esto queda demostrado por ejemplo en el norte, en donde es obvio el retroceso de la línea de costa, que ha formado vistosos acantilados de hasta 500 metros de altura. Igualmente, entre toda la red de barrancos que tiene el macizo, destacan por su tamaño los barrancos de Taborno, la Angostura y el Tomadero. Por otro lado, la morfología del territorio ha impedido la aparición de playas de cierta envergadura, con la excepción de las de Almáciga, Benijo y Antequera. Finalmente, la densísima red de drenaje de todo el Macizo se debe a la heterogeneidad de los materiales que posee, entre los que predominan los piroclastos, los cuales, al ser fácilmente erosionable han favorecido el desarrollo de múltiples torrenteras.
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3.3.En la foto se puede apreciar una de las características del relieve de Anaga: Una red de drenaje de carácter radial que se abre en distintas cuencas formando barrancos y barranquillos.(AMPCIT) |
Así pues, esta actividad erosiva se ve mitigada en muchas zonas por la presencia de una importante malla de diques y de abundantes pitones, constituidos por materiales más duros, que evidencian la erosión diferencial en algunos cerros.
Roques del Macizo de Anaga
3.4. Algunas fotografías de los distintos tipos de roques y pitones que se distribuyen en el Macizo de Anaga. (SG, JJ)
La costa
El ámbito costero de Santa Cruz de Tenerife se puede estudiar en dos niveles o dos categorías bien diferenciadas:
Por un lado, se encuentra la costa propia de la ciudad, en donde no existe un litoral muy abrupto y muchas playas (en su mayoría encajadas) se encuentran al pie de grandes cantiles (como Las Teresitas o Las Gaviotas) o muy cercas de la rampa horizontal de un barranco (playa de Valleseco). Son de fácil acceso para los bañistas, especialmente porque se encuentran muy bien comunicadas y cercanas a los núcleos poblacionales.
Por otra parte, se encuentran las costas que se adscriben al Macizo de Anaga, las cuales se pueden considerar como estructurales, altas y rocosas; aunque albergan una importante variedad morfológica de detalle. Así, playas de arena negra y de callaos como la de Almáciga, Antequera o Taganana se localizan en áreas abrigadas al embate de las olas, o pueden llegar a tener acumulaciones de material arenoso.
En otro orden de cosas, aparte de este conjunto de morfologías litorales, los mayores accidentes del relieve de las costas del municipio vienen dados por la presencia de los grandes Roques de Anaga, al noroeste del término, los cuales son necks sálicos (material rico en sílice) que han sido aislados por el mar por la erosión marina llevada a cabo durante miles de años. Asimismo, muchas de las playas que componen la acantilada costa de la península de Anaga y que se encuentran en las desembocaduras de los valles sólo son accesibles por mar o después de unas cuantas horas de marcha a pie por senderos que ahondan en el interior de la montaña, cerca de los acantilados que se alzan, como es el caso, por ejemplo de la playa que desemboca en el Barranco de Afur.
La costa de Santa Cruz de Tenerife
3.5. Algunas de las múltiples playas existentes en la costa del municipio. En su mayoría son playas de arena negra, fruto de la erosión continuada en el Macizo. (SG, DM)
Finalmente, cabe destacar que la costa del municipio se enclava una de las áreas propuestas como Zona Especial de Conservación a incluir en la Red Natura 2000, el Sebadade San Andrés, por lo que sus valores son mayores. De igual manera, existen dos ejemplos de notable interés paisajístico, natural y geomorfológico que merecen una atención especial a la hora de caracterizar los valores del entorno costero: Los Roques de Anaga y la Playa Levantada de Tachero:
Roques de Anaga. Se trata de dos pequeños islotes separados de la isla, junto a la costa norte de Anaga. El Roque de Dentro, es un promontorio fonolítico separado de tierra firme por un pequeño tómbolo o flecha de arena que emerge casi por completo en marea baja. El Roque de Fuera, de menor tamaño que el anterior, constituye un islote separado unos dos kilómetros de distancia de la costa norte del Macizo de Anaga. Se trata de una masa alargada, que está profundamente desmantelada por la erosión marina.
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3.6. Los roques de Anaga dominando la costa. (SG) |
Playa levantada de Tachero. Se localiza al oeste de Taganana a una altura de uno y dos metros sobre el nivel del mar. Consiste en un nivel de arenas y cantos basálticos algo cementado. Tiene gran interés paleontológico por las claves que proporciona para el estudio de los paleoclimas y por la riqueza de la fauna que alberga: algas calcáreas, fragmentos de corales, briozoos y equinodermos, así como especies propias de mares cálidos como Ostrea edulis, Morula nodulosa, Planaxis lineatus y Cantharus viverratus. |