Al hablar de medicina popular se debería hablar también de los usos populares o vernáculos que la población hacía de medio natural en épocas pasadas. Así por ejemplo, algunas plantas se utilizaron como hierbas forrajeras mientras que otras se utilizaron como fibras vegetales para la elaboración de tejidos, complementos o accesorios domésticos (sogas, cestas). Aunque ya no se practica como antes, la medicina popular en San Miguel de Abona se sigue llevando a cabo, especialmente en las zonas más rurales. Entre otras cosas, algunas plantas se utilizaron, y aún se usan, como remedios curativos sobre todo a partir de la elaboración de infusiones.
De esta forma por ejemplo, aparecen las magarzas o margaritas, utilizadas para regular los trastornos menstruales, aliviar las crisis asmáticas, o para aliviar o paliar los dolores de muelas y el incienso (Arthemisia thuscula). De él se utilizaban las sumidades floridas o toda la planta para preparar una infusión, de forma que se aplicaba como tónico estomacal, cólicos digestivos y flatulencias, para la expulsión de lombrices, pectoral y diurético. Pero también como antidiabético intuyéndose por su amargo sabor.
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11.4. Detalle de un incienso. (CEDER) |
Por otro lado, era común el uso de otras plantas como la tabaiba o la aulaga para la producción de varillas y horquetas o incluso como remedio a modo de "muleta" en caso de que un animal del ganado sufriera una torcedura o cualquier otro percance en sus extremidades.
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