Introducción
La pobreza de los suelos, el duro clima y los escasos recursos hídricos hicieron de Guía una tierra dedicada en exclusiva al pastoreo. A pesar de todo, los habitantes de esta pequeña localidad del sur de la isla de Tenerife, supieron sacarle el máximo rendimiento a un territorio árido y seco, un ejemplo de ello son los nateros, pequeños bancales construidos en laderas y barrancos para aprovechar el agua de lluvia.
La agricultura siempre fue de secano. Se aprovechaban las escasas lluvias invernales para sembrar el cereal, con el que elaboraban el gofio. Además se siembran papas y se mantiene frutales y la vid, que se complementaban con productos silvestres y ganaderos. La explotación de madera constituía un recurso de vital importancia para la construcción de casas, canalización de agua, la venta clandestina de madera, etc.
Más tarde, gracias al agua extraída de pozos y galerías o trasportada a través de canales, la superficie cultivada aumentó. Fueron las tierras próximas a la costa, donde tras la sorriba de los inútiles malpaíses y el traslado de tierras desde otros puntos de la Isla, se cultivaron tomates y plátanos. Al abrigo de sus dos únicos núcleos de población costera se ubica una modesta flota y actividad pesquera.
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12.1. El cultivo del plátano ocupa el 60% de la superficie cultivada de la localidad, lo que lo convierte en el municipio más importante de la Isla y en uno de los más productivos de toda Canarias. (DL) |
La agricultura
Nuevos cultivos llegaron de la mano de los colonos europeos. A pesar de las condiciones naturales, que siempre afectaron a la agricultura local y propiciaron una fuerte emigración a América, se podía sembrar cereal (trigo, cebada, millo y centeno), frutales templados (almendros, higos, higueras, etc.) y vid. Por aquel entonces los bancales de cultivos, eras y nateros (en el fondo de los pequeños barrancos) salpicaban las tierras de la medianía. Otro de los cultivos que tuvo muchísimo éxito durante el siglo XIX fue la grana o cochinilla. Las tierras bajas o 'la costa' no se plantaron hasta mediados del siglo XX, cuando llegan al municipio el cultivo del tomate y el plátano, introducidos por la compañía agrícola e inglesa FYFFES.
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12.2. Las eras son numerosas y demuestran la tradición cerealista que vivió el pueblo de Guía durante el pasado. (DL) |
Panorama actual
El paisaje agrícola de la zona alta y próxima al pinar está ocupado por huertas abandonadas con algunos frutales templados, de almendros e higueras. Su descuido no ha pasado desapercibido y se han recuperado varias parcelas gracias al esfuerzo de quienes se niegan a perder este valioso patrimonio vegetal. Destaca la labor realizada por la Asociación Agrícola Los Poleos.
Más abajo y entorno a los pequeños barrios de Vera de Erques, Las Fuentes, el Jaral, Chirche, el caserío de San Pedro de Aripe y Chío predomina la vid, los huertos familiares y pequeñas parcelas de cereal y leguminosas, donde se funden tradición y técnicas agrícolas artesanales, con modernos sistemas de riego, al amparo de asociaciones agrarias, pequeños productores, cooperativas y bodegas.
A medida que descendemos hacia la costa hacen acto de presencia las plantaciones de tomate y plátanos bajo invernaderos, hortalizas y plantas ornamentales. En menor medida aparecen los cítricos y los frutales subtropicales. En los últimos años, Guía también ha apostado por la agricultura ecológica.
El sector ganadero
Ya los guanches practicaban la trashumancia aprovechando los escasos y verdes pastos estacionales y recorrían con sus rebaños de cabras y ovejas el paisaje de costa a cumbre. Aún hoy se pueden encontrar pequeños refugios de pastores muy cerca del barrio costero de Alcalá. A mediados del siglo XVIII y según Escobar y Serrano predominaba en el municipio "el ganado lanar, cabrío, asnal y vacuno y en menor proporción el mular y el caballar". Y es que toda la zona sur de Tenerife se convertiría durante el antiguo régimen en el establo y principal abastecedor de carne de la isla, debido a las escasas tierras para cultivar. Fue numeroso el ganado caprino y ovino y se llegaron a contabilizar hasta 20.000 cabezas de ganado.
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En el año 2010 había censadas medio centenar de explotaciones ganaderas de carácter estabulado repartidas por toda su geografía que proporcionan carne, leche y queso. Según los datos de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas habían censados 5.931 cabezas de ganados. Los rebaños de cabras (2.682) y ovejas (2.637) eran los más numerosos, seguido muy de lejos por el porcino (535) y bovino (77). Menos numerosos pero presente la ganadería asnal y equina.
Un contado número de vecinos de la localidad se sirven de la rica flora de sus montes para el desarrollo de una actividad apícola, que da como resultado excelentes mieles a conocer y degustar en la Casa del Apicultor de Guía de Isora, en el núcleo poblacional de Chirche.
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12.3. Los altos de Guía de Isora se encuentran repletos de colmenas que, aprovechando la rica flora, producen exquisitas mieles. (IL) |
La actividad pesquera
Los charcos costeros de Guía de Isora eran testigo de antiguas técnicas de pesca heredadas de pueblo guanche. Hasta no hace mucho tiempo se mantuvo viva el embarbascado de los charcos; técnica que consistía en derramar leche de cardón para aturdir a los peces. La recolección del látex se realizaba colocando lapas en los troncos del cardón o también de la tabaiba. También encontramos pequeñas pocetas utilizadas para obtener gofio de barrilla o recoger sal.
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12.4. El embarcadero de Alcalá es el lugar de una modesta y tradicional flota pesquera. También fue durante el pasado uno de los principales puntos de conexión con el resto de la Isla. Enclaves costeros como Alcalá o San Juan también se convirtieron en los puntos de salida de buena parte de la producción de la industria peguera (brea) y apícola de la comarca isorana durante el siglo XVI. (DL) |
Hoy la actividad pesquera se localiza en el núcleo costero de Playa San Juan, donde se encuentra un modesto refugio pesquero, y en el varadero de Alcalá. Además, Guía cuenta con una cofradía de pescadores ubicada en este último barrio. Estos enclaves costeros permiten desembarcar el pescado y el marisco que los marineros capturan de sus ricas aguas, hoy protegidas por la Unión Europea.
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