La presencia del Macizo de Betancuria favorece la existencia de una fauna y el desarrollo de especies vegetales que no tienen tanta plasmación en otros ámbitos de la isla. Barrancos como el del Valle, al norte, y Madre del Agua, al sur, las cumbres de Maninubre, la presa de Las Peñitas o el risco de Las Peñas, etc. pero sobre todo la poca densidad de población hacen que el medio natural se pueda apreciar mejor que en otros entornos de la isla en donde las edificaciones se comen gran parte del paisaje.
Flora y vegetación
La flora y vegetación de la costa están protagonizadas por comunidades de plantas psamomófilas (de arenas) y halófilas (amantes de la sal). Las más conocidas son el tomillo marino (F.ericifolia), las siemprevivas y la uva de mar (Zygophylletum fontanesii) cuyo fruto en forma de gota y color rojo cuando madura es comestible. También presente el saladar y la barrilla (Mesembryanthemetum crystallini).
Betancuria se adorna con hermosos tabaibales. La tabaiba dulce (Euphorbia balsamífera), amarga (E.lamarckii) y un endemismo de las islas orientales, la tabaiba morisca (Euphorbia regis-jubae) viven en morros y barrancos como en la montaña de La Atalaya, la cabecera del Barranco de Janey, en el Barranco de Grano de Oro, de Palmas, etc. Junto a ellas nacen el espino de mar (Lycium intricatum), la espina blanca (Asparagetum pastoriani) y el verode (K.neriifolia), un endemismo canario. Árboles introducidos como la higuera y el almendro se encuentran diseminados por buena parte del territorio, sobretodo cerca las áreas de cultivo.
En el Barranco de Betancuria-Río Palmas así como en el lecho de otros barrancos, abunda el árbol por excelencia de la isla, la palmera canaria (Phoenix canariensis) que comparte el territorio con abundantes colonias de tarajales (tamarix canariensis), siendo ambas especies propias del piso termófilo. Este palmeral se continúa en el Barranco de Ajuy, que junto con el de Gran Tarajal son los dos más importantes de la isla.
Por otra parte, en el resto del territorio, desde la costa hacia el interior, allí donde no hay infraestructuras urbanas o agrícolas se encuentra el típico matorral de aulagas y salados (Launaea arborecens y Salsola vermiculata), que con un porte subarbustivo y escaso recubrimiento colonizan gran parte del espacio, aunque nunca forman comunidades especialmente densas.
De las comunidades criptogámicas destaca, en especial, los líquenes situados en las laderas de umbría. Por último, es preciso señalar que en la década de los ochenta se llevaron a cabo plantaciones de pino canario (Pinus canariensis) en la zona del Castillo de Lara, cuyo desarrollo ha sido bastante escaso.
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1.7. Las características orográficas y climatológicas de la localidad propician la existencia de bellos paisajes formados por plantas de naturaleza xerofítica. Betancuria es el hogar de el jorado, jorja o tojía (Nauplius sericeus), una especie endémica de la isla de Fuerteventura. (Manuel Luis Gil González) |
La fauna
La fauna invertebrada está compuesta por escarabajos en especial en los ambientes arenosos, algunos tenebriónidos, arañas, moscas y otros insectos comunes. Cabe resaltar la Purpuraria ernua un saltamontes endémico de Canarias. De la fauna marina que vive en los acantilados costeros señalar los moluscos, como la lapa majorera, de sol o gigante (Patella candei candei) y el mejillón, (Perna perna) y los crustáceos como el cangrejo blanco (Plagusia depressa), entre otros invertebrados.
En el grupo de los vertebrados nombrar a mamíferos como el conejo (Oryctolagus cuniculus), una especie introducida y muy dañina para el medio, y la musaraña (Crocidura canariensis), un endemismo de las islas orientales. Se añade a la lista el murciélago de borde claro (Pipistrellus kuhlii), una especie difícil de localizar y la única de la isla, que solo vive aquí. Entre los reptiles destacan el lagarto de Haría (Gallotia atlantica mahoratae), el perenquén majorero (Tarentona angustimentalis) y la lisneja (Chalcides simonyi) todas especies endémicas de la isla de Fuerteventura y Lanzarote. De los anfibios citar a la ranita meridional (Hyla meridionalis) que vive en charcos y presas.
La avifauna sigue copando el mayor protagonismo, ya que la localidad es un importante destino de aves nidificantes y el refugio de varios endemismos canarios. De esta manera, en los barrancos, muy labrados en Betancuria, podemos encontrar a la terrera marismeña (Calandrella rufescens), la tarabilla canaria (Saxicola dacotiae), el gorrión moruno (Passer hispaniolensis) y el camachuelo tropetero (Bucanetes githagineus amantum) o también conocido popularmente por pájaro moro.
En las áreas montañosas, acantilados costeros y en los llanos se encuentran aves como el alcaraván (Burhinus oedicnemus distinctus) cuyo canto con gritos aislados se puede escuchar durante la noche majorera. Se suman el águila pescadora (Pandion haliaetus), el halcón de Berbería (Falco pelegrinoides), el alimoche o guirre (Neophron percnopterus), el paíño común (Hydrobates pelagicus), el cuervo (Corvus corax canariensis), el alcaudón real (Lanius excubitor), el petrel de bulwer (Bulweria bulwerii), la bisbita caminero (Anthus berthelotii), el vencejo unicolor (Apus unicolor), la gaviota patiamarilla (Larus michaheiis Atlantis) y el cernícalo común (Falco tinnunculus dacotiae) (ver más).
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1.10. La costa del municipio es un lugar de enorme interés faunístico sobre todo para las aves nidificante. Allí anidan colonias de pardelas y aves rapaces como el halcón de Berbería. (SG) |
Lugar especial es la presa de Las Peñitas, aprovechada por las aves acuáticas y migratorias. Cabe destacar la presencia de la cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris), la focha común (Fulica atra), el tarro canelo o pato africano (Tadorna ferruginea), como se le conoce en la isla, la polla de agua (Gallinula chloropus), el zorzal común (Turdus philomelos), el pato cuchara o cuchara común (Anas clypeata) y la agachadiza común (Gallinago gallinago).
Amenazas para la fauna y vegetación autóctona
Representa una fuerte amenaza para la flora y fauna local algunas plantas y animales introducidos en la isla por el hombre. Con respecto a la fauna destaca la presencia de animales domésticos, común a todo el entorno rural de la isla. Aparte de la cabra otras especies como el conejo, la rata, el gato doméstico y en los últimos años la ardilla, se han convertido en una plaga y fuerte amenaza para el ecosistema local.
Entre las especies vegetales introducidas por el hombre está la tunera o chumbera (Opuntia maxima), planta que ocupa extensas superficies de la localidad. El impacto del hombre ha sido y es notable, con actividades como la caza, la agricultura y la ganadería.
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1.11. La ardilla, una especie introducida, se ha convertido en un verdadero peligro para determinadas plantas endémicas de la isla. (www.fuerteventuraenimagenes.com) |
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