Explotación del medio
El patrimonio natural de Tenerife se ha visto enfrentado a numerosos problemas relacionados, fundamentalmente, con la actividad y el uso que el hombre ha realizado en el territorio.
Para el Consejero de Medio Ambiente del Cabildo Insular, Wladimiro Rodríguez Brito, “el principal problema es que esta sociedad en los últimos treinta años ha sido tremendamente depredadora, ha ignorado casi todo y ha entendido que el progreso tiene que disociarse del pasado y que el futuro es dominar la naturaleza, explotar la naturaleza. Lo que hoy hay sobre estas Islas es una cultura del dominio de la naturaleza en nombre de la modernidad. Lo hacemos con el agua, lo hacemos con los suelos de cultivo, lo hacemos con la manera de alimentarnos, con la manera de vivir. No es posible que en Tenerife tengamos 600.000 coches, por citar sólo un ejemplo”.
A juicio de Wladimiro, el origen de esta manera de pensar y de actuar “tiene que ver con las connotaciones culturales de un modelo de vida, el llamado ‘Estilo de Vida Americano’,
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“El estilo de vida americano, es un modelo de consumir y derrochar”, Wladimiro Rodríguez. (DM) |
que es un modelo de consumir y derrochar. Pero estamos viendo que se están agotando parte los recursos, que ese modelo es inviable en este planeta y que, por lo tanto, va a ser inviable para nosotros en Canarias”.
En un línea similar se expresa también Jasmina Encinoso (Ben Magec-Ecologistas en Acción), que plantea que los problemas del patrimonio natural de Tenerife hay que situarlos en un contexto planetario: “nos estamos desenvolviendo a nivel mundial a través de unos parámetros de desarrollo marcados por el liberalismo económico y el capitalismo, que en sí mismos presuponen una utilización de recursos para su aprovechamiento y una utilización de sumideros para los desperdicios. Este modelo siempre implica crecimiento, porque no se contempla el equilibrio, sino que presupone siempre el crecimiento económico basado en la explotación de recursos naturales. Entonces cualquier modelo de este tipo va a suponer el deterioro y la sobreexplotación de los recursos. El caso más visible es el sector de la construcción, una industria que se ha hipertrofiado en todo el Estado. Y es que la aplicación de este modelo de desarrollo y sobreexplotación, al estar en un paisaje insular, tiene unos efectos mucho más visibles que en otros territorios continentales”.
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El paisaje de la zona sur de la Isla se ha transformado en poco tiempo por la construcción de nuevos barrios y ciudades costeras, como Costa del Silencio. (DM) |
El turismo, ¿amigo o enemigo de la naturaleza?
Javier López (FEDERTE) establece como uno de los principales problemas “la presión que ejerce el urbanismo, sobre todo, el derivado del turismo desarrollista que, bueno o malo, es el modelo que se eligió y que ahora se está intentando reorientar de alguna manera, pero de otra forma también perniciosa, y esto es, con campos de golf que también afectan al patrimonio natural. La construcción de los campos de golf precisa de la eliminación de determinadas características del terreno o de la vegetación original, a cambio de la importación de otras especies traídas de fuera que son más adaptables como, por ejemplo, el césped”.
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Campo de golf en el municipio de Arona. (DM)
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Sin embargo, otras voces defienden que los campos de golf han embelleciendo terrenos estériles y constituyen, además, un marco ideal para el disfrute del ocio y la naturaleza.
Para Jasmina Encinoso (Ben Magec–Ecologistas en Acción) “uno de los grandísimos problemas que tenemos es la ocupación del suelo para determinadas infraestructuras turísticas, que no es sino el desarrollo de otro ‘monocultivo’. Tenemos que ofertarmos tal cual somos y no adaptar el territorio a un modelo estereotipado, que además se puede encontrar en cualquier otra región del mundo”.
¿Las carreteras comunican o destruyen el territorio?
Otro de los problemas de Canarias y de Tenerife para la representante ecologista Jasmina Encinoso “es la interpretación del territorio basada en un modelo urbano como espacio fraccionado, zonificado. Nuestro territorio está concebido como un todo en el cual se han ordenado y divido los recursos por zonas, lo que obliga a acceder a ellos a través de algún medio de transporte. Y si esto lo acompañamos con que no hay ningún tipo de transporte alternativo o un modelo de transporte público, la única solución es coger el vehículo privado. Me estoy refiriendo, por ejemplo, a la implantación de centros comerciales y de ocio alejados de las ciudades y, sobre todo, al desarrollo de los Planes Generales de Ordenación Urbana. Ante la despoblación de ciertos municipios, estos planes proponen como única solución la construcción de unas ‘supercarreteras’ que los enlacen rápidamente con los núcleos económico-financieros, pasando a ser meras ciudades-dormitorio, en lugar de apoyar la continuidad del trabajo en el campo y del desarrollo de la agricultura. Y estas supercarreteras se llaman «cierre del anillo insular»”.
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Autopista norte. (DM) |
Desde otras perspectivas se replica que el cierre del anillo insular, es decir, la circunvalación completa de la Isla por autopista, y que afecta sobre todo a la zona noroeste, es la única manera de evitar que se condene al abandono a estos pueblos. La agricultura ha dejado de ser una verdadera opción de desarrollo. Sobre este último aspecto, Javier López (FEDERTE) dice: “está muy bien recuperar la agricultura, pero vamos a ser realistas, hace falta gente, los campos no se siembran ni se recogen solos. Por muchas máquinas que le pongas, es un trabajo duro. Vete tú a un colegio y pregúntales cuántos quieren ser agricultores”.
¿Nos afectan las especies introducidas?
Para el gerente de FEDERTE, Javier López, otro de los grandes problemas que afectan al patrimonio natural de Tenerife es “la presión de tener encima las especies foráneas sobre las propias. De hecho, el Gobierno de Canarias va a prohibir la importación de unas cien especies vegetales y animales. Muchas de estas especies se trajeron en un momento determinado por capricho, como los reptiles, el arruí (Ammotragus lervia) en La Palma o el muflón (Ovis ammon musimon) en el Teide. Ahora está toda la moda de animales exóticos, de loros, etc. No hay más que ir por Santa Cruz y ver las bandadas de periquitos en el Parque García Sanabria que han ido desplazando a las especies autóctonas”.
¿Tenemos la suficiente agricultura?
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Mercado de La Laguna. (DM) |
Para Jasmina Encinoso (Ben Magec-Ecologistas en Acción) “la pérdida de soberanía alimentaria es otro de los gravísimos problemas. En realidad, nunca hemos tenido esa soberanía, pero cada vez la tenemos menos. Estamos importando casi el 99% de lo que comemos. Eso implica una pérdida de seguridad interesante, porque la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) recomienda que todas las regiones produzcan por lo menos el 50% de lo que consumen. Esto no es porque ‘nos encante el campo’, sino por una cuestión de seguridad: cualquier problema o conflicto haría que nosotros perdiéramos de repente todos los insumos de alimentos que recibimos. ¿Cómo lo podemos hacer si no tenemos unos cultivos que nos permitan autoabastecernos siquiera mínimamente?”.
Wladimiro Rodríguez (Cabildo Insular), pese a lamentarse profundamente de esta excesiva importación de alimentos, advierte que “el haber traído de fuera gran parte de lo que estamos comiendo ha permitido, por otro lado, que esta isla tenga hoy el mayor patrimonio forestal de los últimos 500 años. Ya no tenemos que estar degradando o machacando nuestros montes para obtener tierras que cultivar o conseguir combustible”.
¿Qué hacer con los residuos?
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Residuos incontrolados en la zona de Las Chumberas. (ATAN) |
Para Ben Magec, “desde unas áreas de gobierno se está fomentando un modelo desarrollista, que contempla una multiplicación exagerada del consumo y, posteriormente, el Área de Medio Ambiente sólo aplica parches a ese modelo. Por ejemplo, el Plan Territorial de Ordenación de Residuos (PTEOR) contempla un incremento poblacional terrible para Canarias en una serie de años. Eso genera también una serie de residuos que irán en un porcentaje de crecimiento interesante. Y a eso hay que aplicarle una serie de medidas paliativas, como el compostaje, la descentralización de los puntos limpios y de recogida y… una incineradora. Porque como ‘aquello’ se va a incrementar tanto, siempre hay que poner una incineradora”.
Por su parte, desde el Cabildo se responde que “estamos estudiando cómo reciclar las 640.000 toneladas de residuos urbanos que estamos produciendo al año y cómo tratar todo eso. Y, posiblemente, habrá que quemar una parte. Pero hay un foro contra la incineración que afirma que no se pueden quemar. Entonces, ¡que me digan qué hacemos con los residuos! Porque lo que no podemos es seguir haciendo una montaña en Arico que significa, en los días de mayor consumo, unos 6.000 m3 al día de basura. Eso no es posible”.
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