El relieve actual de Gran Canaria es muy complejo y diverso, ya que la formaci�n geol�gica de la Isla y su evoluci�n, en combinaci�n con los rasgos clim�ticos, han propiciado unas peculiares caracter�sticas. Existen diferentes formas de relieve, generadas a lo largo de millones de a�os, fruto de la relaci�n entre la acci�n generadora y destructiva de edificios y estructuras volc�nicas. Al mismo tiempo, muchas de estas formas de relieve son sumamente interesantes para la ocupaci�n humana, tanto para la obtenci�n de recursos como para el desarrollo del poblamiento y la agricultura. |
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Panor�mica del ecarpado relieve insular. (TB) |
Existen tres grupos dentro de las grandes unidades de relieve: formas positivas, que son elevaciones o �reas monta�osas; depresiones o formas negativas, que coinciden normalmente con barrancos y calderas; y las formas neutras, que se corresponden con las grandes planicies o llanos.
Formas positivas
Entre las formas positivas, destacan en primer lugar los macizos, testigos suba�reos del basamento insular. Representan los relieves de mayor identidad insular, ya que son unidades territoriales muy diferenciadas, que desde el interior, y en alturas superiores a los 1.000 m, llegan a la costa en forma de imponentes acantilados. Estos grandes macizos son:
Tamadaba � Altavista � Tirma, que alcanza el mar con sus mega-acantilados de Faneque y El And�n Verde, producto de un posible deslizamiento por gravedad.
Inagua � Pajonales, situado algo m�s al interior.
Suroeste (G�ig��, Tasarte y Tas�rtico), la zona m�s aislada y mejor conservada de Gran Canaria. Un macizo muy afectado por la actividad erosiva, que ha generado una red intrincada de barrancos, altas crester�as y acantilados marinos.
En cuanto a sus materiales, pueden estar formados por materiales bas�lticos (como el de G�ig��) o de materiales volc�nicos s�licos (Tamadaba-Altavista e Inagua-Pajonales).
Hacia el Sur, por Mog�n y San Bartolom� de Tirajana, se localizan los lomos del antiguo escudo (formados durante el primer ciclo eruptivo). Se trata de grandes estructuras residuales del antiguo escudo insular, en forma de rampas o planos inclinados, denominados �lomos�. Presentan suaves pendientes rocosas dirigidas al mar, que se han fraccionado en rampas triangulares, por estar seccionadas por barrancos. Las de Tabaibales, Tauro y Amurga son llamativos ejemplos de estas formas de relieve.
Otra forma positiva de relevancia, sobre todo por su llamativa est�tica con una cima totalmente plana, son las mesas volc�nicas. Su origen es debido al relleno del cauce de un barranco por una colada l�vica y la posterior erosi�n de las antiguas laderas de �ste, apareciendo un relieve positivo en el antiguo cauce. Destacan las mesas de Acusa, El Junquillo, Las Tabladas y Excusabarajas, entre otras.
Las divisorias son, en general, formas estrechas y alargadas. Son conocidas tambi�n como cuchillos cuando est�n muy erosionadas, dando lugar a interfluvios muy estrechos. �stos pueden llegar a fracturarse, generando roques alineados, como es el caso del Roque Nublo, Roque Bentayga y Roque Palm�s.
Existen algunos relieves residuales de naturaleza bas�ltica, sobre todo concentrados en la zona de contacto entre Paleocanaria y Neocanaria, que destacan en el paisaje a modo de majestuosas monta�as. Ejemplos de este tipo de estructura son las monta�as de Amargo, Ag�imes, Casariega y de los Perros.
Pero una estructura volc�nica que destaca genuinamente sobre el resto en el paisaje canario son los conos volc�nicos. A pesar de que en Gran Canaria no se conocen erupciones volc�nicas hist�ricas, existen magn�ficos ejemplos de edificios volc�nicos. Estos conos suelen distribuirse en grupos o alineaciones, como los que est�n localizados en La Isleta o los volcanes de Rosiana. Tambi�n existen otros ejemplos de conos aislados, como Monta�a de G�ldar, Monta�a de Arucas, Pico de Osorio, etc. Indistintamente de si est�n agrupados o aislados, todos ellos se localizan en la Neocanaria y son de edad cuaternaria, emitidos durante un �nico episodio.
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Dedo de Dios antes del temporal. (CGC) |
Por �ltimo, destacar dentro de las formas positivas, los escarpes y acantilados. Mientras los primeros suelen estar asociados a los cauces de los grandes barrancos y a las calderas y rampas, los segundos son grandes rupturas de pendiente en el litoral insular. El r�pido retroceso que se ha producido en el litoral debido a la erosi�n marina, ha dado lugar a formas residuales curiosas como es el Roque Partido, el Roque de Arinaga o el propio �Dedo de Dios� en Agaete, que se derrumb� en 2005 tras una intensa tormenta tropical. El And�n Verde, con 500 m de altitud media y m�xima en torno a 700 m, es el acantilado m�s importante de la Isla.
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Formas negativas o depresiones
La forma negativa m�s significativa del relieve grancanario son los barrancos. Originados por la intensa actividad erosiva, marcan las grandes l�neas de configuraci�n del relieve insular. Los principales barrancos de la Neocanaria o del noreste son: el de Gu�a, Moya, Azuaje, Tenoya, Guiniguada, Telde, Guayadeque y Tirajana. En algunas zonas como G�ldar, Arucas, etc., el cierre de los drenajes por la acci�n volc�nica ha propiciado la formaci�n de amplias vegas. En la zona de Tamar�n o del suroeste, los principales son los de La Aldea, Tejeda y el de Agaete, aut�ntico vergel, anta�o totalmente cultivado.
Entre las formas negativas, tambi�n adquieren cierta relevancia las calderas. �stas pueden ser originadas por erosi�n, como es el caso de las grandes calderas de Tejeda y Tirajana. Tambi�n pueden surgir por explosi�n, al taparse la boca del volc�n, provocando un aumento de la presi�n y una fuerte explosi�n. La de los Pinos de G�ldar es un ejemplo de este tipo de calderas. Por �ltimo, tenemos las calderas por hundimiento, de forma circular, como es la de Los Marteles, al SO de Tenteniguada, o la de Bandama, al SO de Las Palmas, con 1.000 m de di�metro y, aproximadamente, 170 m de profundidad.
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Caldera de los Pinos de G�ldar. (TB) |
Barranco de Agaete. (TB) |
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Formas neutras
Se corresponden con aquellas �reas planas, de suave topograf�a y relativa extensi�n. Se diferencian llanos, dep�sitos e�licos y playas.
Los llanos pueden ser resultado de procesos sedimentarios, volc�nicos o la combinaci�n de ambos. Normalmente, los llanos sedimentarios se localizan en la desembocadura de los grandes barrancos. No s�lo discurre agua por estos grandes cauces sino que, junto a ella, se transportan grandes cantidades de materiales de peque�o tama�o como arenas, limos y arcillas. Estos materiales se van depositando en la desembocadura hasta que forman el llano.
La mayor�a de ellos se encuentran en la zona sur y sureste, existiendo algunas de origen aluvial y otros de origen marino, que ponen en funcionamiento los vientos, como ocurre con el campo de Dunas de Maspalomas. En la zona de la capital, destacan dos grandes dep�sitos. Uno es de origen e�lico, el perteneciente a los arenales que cubr�an el istmo de Guanarteme, formado por el arrastre de la arena de Las Canteras. El dep�sito de origen aluvial es el de los denominados Lomos de Las Palmas de Gran Canaria, formado por los aportes del antiguo cauce del Barranco de Guiniguada, procedente del interior de la Isla antes de las erupciones del Segundo Ciclo.
Las islas bajas se han producido por coladas de lava fluida que han sobrepasado algunos cantiles costeros, cayendo al mar y generando una superficie llana que le ha ganado terreno al mar. Es el caso de la isla baja de la Costa de Lairaga, en el norte de Gran Canaria. Al ser terrenos geol�gicamente j�venes, poseen una topograf�a generalmente plana y sin accidentes destacables. Al mismo tiempo, se han convertido en �reas agr�colas de primordial importancia en la Isla.
Una forma neutra de especial relevancia son las playas, importantes no s�lo por su belleza natural sino por el aprovechamiento humano, ya que son uno de los principales recursos de las Islas. En los 236 km de longitud de costa que posee Gran Canaria, se pueden apreciar diferencias significativas entre las playas del norte y las del sur y sureste insular. La diferente configuraci�n de la costa, la propia din�mica marina y la disponibilidad de materiales sedimentarios, son los factores que determinan el tipo de playa.
Las costas del norte son, en general, abruptas y rocosas hasta la Punta de Sardina, en el extremo noroeste. Desde aqu� hasta la Punta de La Aldea se desarrolla el acantilado de Faneque y Tirma � And�n Verde. El siguiente tramo, hasta la Punta de Maspalomas, es tambi�n acantilado y cortado por barrancos. En la desembocadura de estos, se han formado algunas playas que se nutren de los aportes sedimentarios de los mismos, como por ejemplo la Playa de Veneguera, la de Mog�n, Taurito o la Playa de Guayedra, entre otras.
La costa sureste, hasta la Punta de Gando, est� caracterizada por seis amplias playas y grandes llanadas que se extienden hacia el interior: Maspalomas, El Ingl�s, San Agust�n, Juan Grande, Arinaga y Carrizal. A partir de Gando, la costa es baja y arenosa en algunos tramos, presentando diferencias a medida que se aproxima a Las Palmas de Gran Canaria. En este extremo noreste de la Isla, se rompe la forma aproximadamente circular de �sta. Sobresale La Isleta, que se une al resto de la Isla a trav�s del Istmo de Guanarteme. Esta peculiar configuraci�n del litoral provoc�, a trav�s del aporte e�lico de arenas, la formaci�n de la Playa de Las Canteras. En el sector este del Istmo tambi�n se encuentra otra playa de arena, la Playa de Las Alcaravaneras.
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