Abandono de la agricultura y del mundo rural
Uno de los problemas básicos del mundo rural y del entorno natural es, precisamente, su abandono. No sólo desaparecen las actividades agrícolas que se solían desarrollar en él, sino que esta pérdida afecta a los propios habitantes de estas zonas, empujados a emigrar hacia las ciudades o a las áreas turísticas con más posibilidades. Esto provoca numerosos cambios y problemas medioambientales. Uno de ellos es la transformación del uso de los terrenos, que pasa de agrícola a urbanizable. Para Orlando Torres y Manuel Amador (AIDER), “se proyectan suelos urbanos en vegas agrícolas abandonadas y esos suelos ya no pueden recuperarse para esa actividad. El último fruto que da la tierra es una casa. Una vez que plantas una casa ya no da más. Y habría que pensar en recuperar esa actividad agrícola, no sólo por la imagen y el paisaje, sino por la despensa de la Isla”. Relacionado con esto está “la poca incorporación de jóvenes a la agricultura, debido a que en otras actividades se gana más dinero con menos esfuerzo y sacrificio. Se debería incentivar de alguna manera el que los jóvenes recuperaran estas actividades con políticas de ayuda”.
El último fruto que da la tierra es una casa.
Una vez que plantas una casa ya no da más
Manuel Amador y Orlando Torres, AIDER |
En opinión de José Cuevas (Ben Magec-Ecologistas en acción) “los actores del medio rural también ejercían antes como cuidadores de ese espacio, lo mantenían limpio y lo hacían visible, pero con las nuevas políticas de protección, no se permiten muchas de estas actividades y se paga a personas que cuiden y limpien esos espacios. La Administración debería tratar de dialogar para poner de cara dos realidades que llevan años dándose la espalda, y que hasta hace pocas décadas iban de la mano, con el fin de hacer normativas que no separen al mundo rural del medio natural. Desde la Administración se cometen abusos por no querer entender el papel que juegan las actividades rurales en el medio natural. Son actividades que se han venido realizando durante generaciones y que, desde que se han abandonado, ha comenzado el declive de los entornos en los que se realizaban”.
La construcción ilegal
Otro problema que al se refieren Orlando Torres y Manuel Amador (AIDER) es al de las ilegalidades territoriales por parte de la población. En alguna medida creen que se ve propiciado por la actuación de las Administraciones: “cuando la Administración asfalta un camino rural, para dar acceso a unos vecinos que han edificado su vivienda de forma ilegal en esa zona, provocan que en torno a ese camino comience a proliferar una serie de nuevas viviendas, hasta que se consolida una nueva urbanización. De esta manera, se está promoviendo la construcción ilegal”.
El modelo turístico de Gran Canaria
Para Manuel Amador (AIDER), “la concepción de turismo sostenible es algo utópico e imposible, sobre todo, teniendo en cuenta a lo que se refiere la Administración con ese término. Parece que con turismo sostenible nos referimos a los campos de golf, a los muelles deportivos, etc. Habría que partir de la base de que el turismo en sí mismo no puede ser sostenible. La opción debe ser diversificar la oferta, porque es imposible cambiar el modelo turístico que se ha elegido para Canarias, ya que es el actual motor económico del Archipiélago y no se podría llegar a esos índices buscando un turismo sostenible”.
El turismo en sí mismo
no puede ser sostenible
Manuel Amador, AIDER |
Para Yuri Millares (Ruta Archipiélago), “el mundo rural tiene mucho que ofrecer al turismo, pero tendría que haber más implicación por parte de la Administración, ya que se utiliza la imagen del mundo rural como atractivo pero luego no se cuida; eso depende sólo del agricultor o del ganadero”.
José Cuevas (Ben magec-Ecologistas en acción) opina que “el sector primario se está quedando como la escenografía de una Isla que tuvimos, porque no ha tenido la oportunidad de insertar sus actividades, sus productos, sus valores… al mercado turístico. Esto podría mejorar y diversificar la oferta turística de la Isla y hacerla más atractiva para todos los tipos de visitantes. Por lo tanto, creo que el campo tiene valores que aportar, y que reviertan a la misma vez, para generar beneficios en los dos sentidos: desarrollo y arraigo rural, y mejora de la calidad del destino turístico”.
¿Las carreteras comunican o destruyen el territorio?
Se habla mucho sobre el aumento del número de carreteras en la Isla. Uno de los casos más polémicos es la conexión entre Mogán y La Aldea de San Nicolás, en el suroeste insular, ya que afectaría a numerosos Espacios Naturales Protegidos, aunque por otro lado podría servir para sacar del aislamiento al municipio.
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“Existen muchas carreteras, pero hay zonas que no tienen buen sistema de comunicaciones.” . Víctor Montelongo, Cabildo de GC. (CGC) |
En este contexto, el propio Plan Director de Infraestructuras del Gobierno de Canarias (1998) afirma que "la red de carreteras de Canarias ya satura la geografía insular. Efectivamente, su densidad (dotación por km2 de territorio) es la más alta de todas las comunidades autónomas de España y dobla la media nacional. Y de todas las islas del Archipiélago, es la de Gran Canaria la que presenta mayor densidad, 0.78 km / km².”
Gran Canaria es el territorio del mundo
con más km de carreteras por m²
Manuel Amador, AIDER |
Para Manuel Amador (AIDER), los datos hablan por sí solos. “Gran Canaria es el territorio del mundo con más km de carreteras por m² de territorio. Y en el ratio de coches por habitante también estamos a la altura de EEUU; y hay que tener en cuenta que el modelo de transportes de EEUU es muy insostenible”. Y desde ningún ámbito se niega esta realidad. Existen muchas carreteras en la isla de Gran Canaria, pero también queda claro que no todos los puntos de la Isla están bien comunicados. Para Víctor Montelongo (Cabildo Insular), “resulta muy fácil hablar desde las ciudades y decir que no caben más carreteras en la Isla, pero habría que plantearle la pregunta a un habitante de La Aldea de San Nicolás”, el pueblo más aislado de la Isla, situado en el extremo occidental, “que tenga que desplazarse a la capital a cualquier gestión administrativa o a trabajar. Existen muchas carreteras, pero hay zonas que no tienen buen sistema de comunicaciones. Es verdad que son necesarias para el desarrollo de las sociedades, pero hay que plantearse con mucho cuidado dónde se hacen y por dónde pasan. Para eso se hacen estudios y se analiza el impacto que causaría cada opción”.
Para Manuel Amador y Orlando Torres (AIDER), “el problema de las carreteras es que consumen mucho territorio y estamos ante un modelo de crecimiento hacia el infinito. Por otro lado, mucha gente que elige vivir en las zonas rurales, pretende estar en los centros urbanos en el menor tiempo posible. Y esto está llegando a tal punto que se está planteando construir centros comerciales en las zonas rurales. Es una locura”.
Para José Cuevas (Ben magec-Ecologistas en acción) “es más un problema de accesibilidad al recurso que de movilidad. En el modelo de comunicaciones que se ha elegido en la Isla prima lo segundo. Es decir, se ha optado por la solución de construir más carreteras para poder llegar al recurso, en lugar de optar por la descentralización de los recursos” y construir, por tanto, menos carreteras.
Yuri Millares (Ruta Archipiélago) ve necesarias las carreteras, pero “habría que plantearse cuántas hacen falta. El problema es que cada vez hay más coches, por lo que se van haciendo necesarias las carreteras, porque las que hay se quedan pequeñas. Y como no se ha apostado por un uso colectivo del transporte, pues se complica aún más”.
¿Se está dando de lado a la agricultura?
Víctor Montelongo (Cabildo Insular) cree que “no se está dando de lado a la agricultura, todo lo contrario, cada día se tienen más en cuenta los valores que aporta el mundo rural”. En lo que sí coinciden todos es en que cada vez hay menos agricultura y la mayoría de lo que consumimos viene de fuera. “Y eso es un peligro, ya que ante cualquier crisis energética, las Islas se verían muy limitadas para conseguir alimentos”.
La agricultura no da dinero, o por lo menos no al agricultor
Manuel Amador y Orlando Torres, AIDER |
José Cuevas (Ben magec-Ecologistas en acción) aporta un dato clave: “las Naciones Unidas dicen que para que un territorio tenga unas coordenadas mínimas de soberanía alimentaria debe producir, al menos, el 50% de lo que consume, y en Canarias no producimos más del 14% de los que consumimos. Desde la entrada en el Mercado de la Unión Europea, hay una política de desmantelamiento del sector primario, en el que sólo sobreviven las agriculturas artificiales subvencionadas; estas subvenciones llegan a los grandes terratenientes, pero el pequeño y
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Zona de Viñedos de Santa Brígida. (MC) |
mediano agricultor no puede competir en el mercado y por eso abandona la actividad”. Como nos comentan los técnicos de AIDER, “el problema es que la agricultura no da dinero, o por lo menos no al agricultor. Se deberían potenciar las actividades agrícolas, proteger las vegas agrícolas”. Según Yuri Millares (Ruta Archipiélago) “hay productos canarios que se están perdiendo, como, por ejemplo, la lenteja de Lanzarote. Se debería potenciar más la agricultura, porque no sale rentable”.
¿Qué hacemos con los residuos?
En el tema de los residuos, todos coinciden en que se ha conseguido avanzar, pero queda trabajo por hacer. En opinión de José Cuevas (Ben magec-Ecologistas en acción), “el ciclo de los residuos y su tratamiento debe empezar en la educación de los ciudadanos, desde los colegios, en el entorno familiar, en la calle. Las campañas de sensibilización y educación para el reciclaje han hecho un buen trabajo, pero hay que seguir en ello. Hay que insistir en la educación, pero no sólo para separar en origen, sino para generar menos basura, para consumir responsablemente y darnos cuenta de que la basura es parte de nosotros, puesto que somos los generadores de esa basura”.
La basura es parte
de nosotros, somos
los generadores
de esa basura
José Cuevas, Ben Magec |
Yuri Millares (Ruta Archipiélago) amplía un poco el concepto de residuos y se refiere a los residuos agrarios. “Cuando hablamos de residuos, no debemos olvidar que en el campo también se producen, y los relacionados con la agricultura son muy peligrosos. Son los que provienen de los abonos y fertilizantes, ya que esas sustancias quedan en la tierra, pasan al agua y se incorporan al ciclo natural. José Cuevas (Ben magec-Ecologistas en acción) apunta que “Canarias es el lugar de España donde más pesticidas se emplean en la agricultura, lo que va maltratando el suelo y dejando huellas imborrables”.
Escasez de agua
El problema de la escasez de agua es algo con lo que ha vivido desde siempre el habitante de Gran Canaria. Según Manuel Amador (AIDER), “la Isla es el territorio del mundo con mayor km² de presas y también de más hm³ de capacidad (sic)”. Concretamente, existen 60 presas con 76,8 hm³. Por ello, plantea que “con las nuevas tecnologías de obtención, se ha perdido la percepción del valor del agua, ya que se abre el grifo y sale, pero no se piensa que es un problema a mayor escala. Además, las campañas de sensibilización se reducen a las épocas en las que hay falta del recurso y deberían ser constantes, para no perder nunca de vista un problema que persiste”.
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Presa El Paralillo. (CGC) |
Víctor Montelongo (Cabildo Insular), en cambio, es más positivo. “Es la primera vez que el nivel freático no desciende en la Isla. Esto es posible gracias a las nuevas tecnologías de obtención de agua, ya que se ha dejado de explotar el acuífero”. En cambio, José Cuevas
Una crisis energética provocaría que la Isla
se quedara sin agua
José Cuevas, Ben Magec |
(Ben magec-Ecologistas en acción) opina que “el hecho de que la mayoría del agua que se consume en la Isla provenga de las desaladoras y potabilizadoras es muy preocupante, ya que una crisis energética provocaría que se quedara sin agua. Las reservas de las que dispone la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, por ejemplo, son para tres días si dejara de entrar petróleo, ya que las potabilizadoras funcionan, principalmente, con petróleo. Además, hay que contar con la actividad turística, que consume gran cantidad de agua, no sólo por los propios turistas, sino que hay que sumar el consumo exponencial de los campos de golf, los parques temáticos, etc.“.
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