Los tipos de tiempo que se suceden en Canarias van depender de las masas de aire que afectan al Archipiélago. La más frecuente es la masa de aire tropical marítima, que por su origen oceánico posee una gran humedad relativa. En el seno de ella se encuentra el Anticiclón de las Azores, cuyo rasgo más característico es la estabilidad atmosférica a la que da lugar. Cuando las temperaturas disminuyen, y el cielo se cubre de oscuras nubes que descargan lluvia, el Archipiélago se encuentra bajo la influencia de la masa de aire polar marítimo, procedente del Atlántico norte, la cual genera una gran inestabilidad atmosférica. Por último, cuando en las Islas aumentan las temperaturas y se percibe una gran sequedad en el ambiente, Canarias se encuentra bajo la influencia de una masa de aire tropical continental procedente del desierto del Sáhara.
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El clima de Canarias es consecuencia de las distintas masas de aire que afectan a las Islas. |
Como consecuencia de la alternancia de estos tres tipos diferentes de masas de aire que pueden alcanzar las Islas, el clima de Canarias viene definido por la sucesión de tres tipos fundamentales de tiempo.
1) Régimen de Alisios
El tiempo dominante en Canarias es el debido a la estabilidad atmosférica que produce el régimen de los vientos alisios. El Archipiélago se encuentra bajo la influencia de una masa de aire tropical marítima. Este tipo de tiempo va a depender de la potencia y situación del Anticiclón de las Azores. El fenómeno más característico que van a producir los vientos alisios es el conocido ‘mar de nubes’, el cual se sitúa en las vertientes orientadas al norte de aquellas islas que superan los 1.500 metros de altitud. Cuando la distancia entre el Anticiclón de las Azores y Canarias es corta, la intensidad con la que soplan los vientos alisios es menor que cuando el anticiclón se sitúa a mayor distancia. Durante el invierno, la situación del anticiclón sobre las Islas, facilita un tiempo estable, con cielos despejados. Durante el verano, la situación del anticiclón, el cual sube en latitud, facilita la acción de los vientos alisios y la formación del mar de nubes.
2) Inestabilidad atmosférica
Se puede afirmar que casi la totalidad de las precipitaciones que se registran en el Archipiélago tienen su origen en masas de aire polar marítimo. Las borrascas atlánticas que trae consigo el Frente Polar, son bien acogidas por los isleños, especialmente por los agricultores gracias a las lluvias. Este tipo de tiempo se da fundamentalmente desde finales del otoño hasta mediados de la primavera. Se produce cuando el Anticiclón de las Azores se retira hacia el centro del océano Atlántico, posibilitando que las borrascas del noroeste, con sus frentes perturbados, se aproximen a Canarias. La existencia de este aire frío y húmedo provoca la desaparición de la capa superior del alisio, lo que lleva aparejado la inexistencia de la inversión térmica y por lo tanto del mar de nubes, por lo que nada se opone al desarrollo de movimientos de convección, formándose nubes de gran desarrollo vertical que albergan importantes volúmenes de agua. En zonas de medianías de islas como Tenerife, es curiosa la forma que tiene el campesino de detectar estas situaciones meteorológicas, escuchándole frases como “cumbre despejada, mar oscura, lluvia segura”.
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Las lluvias de mayor intensidad horaria se producen a consecuencia de la entrada de masas de aire húmedas e inestables por el suroeste del Archipiélago. (DM) |
Otra situación de importante inestabilidad que ocurre en el Archipiélago tiene que ver con el descenso latitudinal de estas borrascas. Las masas de aire húmedas e inestables llegan entonces a penetrar en las Islas por el sur y suroeste, pasando a ser las laderas meridionales y occidentales las más afectadas, se habla entonces de borrascas del suroeste. Son las perturbaciones que provocan lluvias de fuerte intensidad horaria y muy localizadas, ya que las masas de aire suele encajonarse a través de los barrancos abiertos al suroeste.
3) Invasiones de aire sahariano
A este tipo de tiempo se le denomina coloquialmente en Canarias como ‘tiempo sur’, en contraposición al régimen de alisios procedente del norte y noreste. Estas situaciones se producen durante todo el año, pero son en otoño y en inverno cuando sus efectos son más notables. Es producto de la llegada de una masa de aire tropical continental. Se caracteriza por un considerable aumento de las temperaturas, con valores que han superado en algunos puntos de las Islas los 40ºC, y un descenso muy acusado de la humedad relativa, por debajo del 30%. Para que este tiempo se produzca es necesario que el Anticiclón de las Azores se retire hacia el centro del océano, y que desde el vecino continente africano llegue una masa de aire seca. Ahora la inversión térmica se sitúa a muy baja altura, por lo que la nubosidad es inexistente debido a la gran sequedad del ambiente. Es muy característico de este tipo de situaciones la calima, que puede llegar a ser tan espesa como una niebla. Las medianías van a ser los sectores más afectados, ya que la masa de aire calido y seco procedente del Sáhara se desplaza por encima de la masa de aire fresca y húmeda, que queda en superficie.
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Las situaciones de tiempo sur, que llevan aparejada la presencia de calima, son más frecuentes en otoño e invierno. (DM) |
Las invasiones de aire sahariano llegan a tener efectos muy negativos sobre algunos sectores económicos de las Islas. Este tipo de tiempo es caldo de cultivo para la propagación de incendios forestales o la llegada de plagas de langostas. Además produce serios problemas a sectores de la población que tienen alguna enfermedad de tipo respiratorio, y causa graves daños en algunos tipos de cultivos y en las comunicaciones, especialmente aéreas, entre las Islas. También propicia el aumento del nivel de contaminación atmosférica.
Estos tres tipos de tiempo son los más comunes en Canarias, y los que definen su clima, pero en el Archipiélago han pasado otras situaciones meteorológicas anómalas que cabe mencionar. Es el caso de la tormenta tropical Delta que azotó a las Islas a finales de noviembre de 2005. Esta tormenta, generada en el norte de la zona tropical del Atlántico, barrió las Islas de oeste a este, con viento superiores, según el Instituto Nacional de Meteorología, a los 118km/h, los cuales pueden caracterizarse como huracanados. Causo cuantiosos daños en infraestructuras y equipamientos, y fue el responsable de la rotura del monumento natural del Dedo de Dios en Agaete, Gran Canaria.
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