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  4. LA LITERATURA CANARIA DE LA ILUSTRACI�N    
 
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Personalidades literarias II

CRISTÓBAL DEL HOYO (Tazacorte, La Palma, 1677 – La Laguna, Tenerife, 1762) La personalidad del Marqués de la Villa de San Andrés y Vizconde de Buen Paso está ligada a su obra, pues ésta, especialmente en su más célebre entrega en prosa, Madrid por dentro (1745), es reflejo de su ser y su talento. Nuestro autor viajó por Europa en repetidas ocasiones, completando su formación en París y residió en Lisboa, Galicia y Madrid por largas temporadas.

Cristóbal del Hoyo fue un asiduo a la Tertulia de Nava. La edición que elaboró A. Cioranescu de una de sus obras más importantes, permitió situar al autor en el lugar que merecía.

En Tenerife frecuentó la Tertulia de Nava y sus tropiezos con la Inquisición le persiguieron hasta sus últimos días. Ocurre que este autor es ilustrado en el pensamiento y barroco en la expresión, aunque su impronta radica en la heterodoxia. Así, su entrega poética más importante, Soledad escrita en la isla de la Madera, parodia las Las Soledades de Góngora. Esta obra fue escrita en la mencionada isla de Madeira a donde huyó tras fugarse de la prisión de Paso Alto en Santa Cruz de Tenerife, la segunda y última encarcelación de su vida.

Su obra más importante, Carta de la Corte de Madrid es conocida en la actualidad como Madrid por dentro debido a la edición que de ella elaboró A. Cioranescu y que permitió situar a nuestro autor en el lugar que merecía. Madrid por dentro está compuesta por cartas que el Marqués enviaba a un supuesto amigo; en ellas refleja su parecer sobra la Corte y diversas experiencias, mostrándose en todas ellas como un verdadero ilustrado.

Esta continua adulación palaciega o falsedad con muchos ojos transciende a los estrados de las damas con otra mayor violencia. Si dice una señora que es de noche, aunque a las diez de la mañana sea, es preciso cerrar los ojos los oyentes y salir el que fuese chichisbeo a traernos la luz de la lámpara más vecina. Si dice otra que compró un tiro de mulas, es política asentada avanzar la lengua fuera de la boca un palmo, para decir el que llegare primero que la casa es admirable y que de ellas fue la que estaba en el portal. Y en fin, como en un duelo, que se fingen virtudes a porfía que ni soñó tener el muerto, para consolar los vivos, de esa misma suerte se está siempre en las concurrencias de señoras; vive en prensa la razón y muere el juicio, oyendo y tragando más canastras de melindres que las monjas de quince conventos gastan en una Semana Santa.

[De Carta de la Corte de Madrid]

PEDRO AGUSTÍN DEL CASTILLO (Las Palmas de Gran Canaria, 1669 - 1741) Representante de la escuela crítica histórica del siglo XVIII. Su obra más importante es Descripción histórica y geográfica de las Islas Canarias que terminó en 1737 tras cuarenta años de elaboración. Muchos lo consideran un predecesor de Viera. Perteneció a una de las familias mejor posicionadas y más influyentes de Gran Canaria y ocupó el cargo de alférez mayor de Canarias, entre otros puestos de relevancia. De estilo sencillo y cuidado, no dudó en acudir a la tradición popular durante la redacción de su obra magna.

LOS IRIARTE

Juan de Iriarte (Puerto de la Cruz, Tenerife, 1702 – Madrid, 1771) Patriarca de la saga aunque es tío y no padre de los hermanos Tomás y Bernardo de Iriarte. Educado en París, Londres y Madrid. Su labor nos obliga a referirnos a Juan de Iriarte como helenista, latinista, bibliógrafo, lexicógrafo y poeta. Llegó a ser nombrado Bibliotecario de Asiento de la Biblioteca Real y primer traductor de la Secretaría de Estado. Editó en 1729 una Regiae Bibliothecae Matritensis Codices, el primer catálogo publicado por la Biblioteca Pública Real. Formó parte de la redacción del Diario de los Literatos de España  de 1737 y escribió una Gramática latina en verso con comentario en prosa.

El portuense Juan de Iriarte fue nombrado miembro supernumerario de la Real Academia de la Lengua.  

Es nombrado miembro supernumerario de la Real Academia de la Lengua y de número el 21 de Septiembre de 1747. También se le eligió en la de Bellas Artes de San Fernando en 1752. Sus trabajos como director del gran Diccionario latino-español que el gobierno le había mandado redactar, es su principal contribución a la lexicografía.

Bernardo de Iriarte (Puerto de la Cruz, Tenerife, 1735 – Burdeos, 1814) En 1760 es destinado a Londres en la Secretaría de la Embajada española. A los cuarenta y cinco años de edad asciende del cargo de Oficial Mayor de la Secretaría de Estado a Ministro del Supremo Consejo de Indias. También ocupará cargos como los de la Vicepresidencia de la Junta de Filipinas y Viceprotector de la Real Academia de San Fernando. Al ser considerado del grupo de los afrancesados fue desterrado a Andalucía por Godoy y destituido de todos sus cargos. Finalmente, marchó a Francia y murió en Burdeos.

Su intensa vida en la administración del Estado anduvo paralela a su labor artística. Fue director de los Teatros de los Reales Sitios, para los que realizó una lista de comedias del XVII que, refundidas, podrían representarse, así como unas Instrucciones para el funcionamiento de los dichos teatros y la obra Noticias de la vida y literatura de Juan de Iriarte incluida en la primera edición de la gramática latina de su tío y la traducción del Tancredo de Metastasio. Fue numerario de la Real Academia Española y miembro de honor de la de San Fernando.

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