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  MUNICIPIO DE LA LAGUNA    
 
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3. DESCRIPCIÓN FÍSICA

En el municipio de La Laguna, con una extensión total de 103,1 km2, encontramos una configuración física sumamente interesante y en parte heterogénea, en donde se combinan los espacios llanos y extensos, con otras formas del relieve más pronunciadas, en un área que va desde los 0 hasta los más de 790 metros sobre el nivel del mar.

De entre todos los aspectos del relieve, destaca una zona horizontal de gran amplitud, que se traduce en un amplio valle conocido como la Vega Lagunera, a 550 metros de altitud y a 7,5 kilómetros de la costa, en el noreste de la Isla. Era en esta zona donde se encontraba la famosa laguna, y en donde se asentó la población por primera vez. Sin embargo, frente a esta inmensa llanura, que otorga personalidad al municipio, también se encuentran pequeñas montañas, laderas y mesas de alturas más importantes.

La mayor altitud del municipio se localiza en el núcleo de Las Montañas, a 791 metros de altitud, y en El Ortigal, a 750 metros. A éstos, le siguen los núcleos de población de Las Mercedes, Guamasa, Jardina y Los Baldíos, los cuales se enmarcan en el noreste y noroeste de municipio, entre 600 y los 650 metros de altitud. El relieve, por tanto, no tiene grandes contrastes ni accidentes topográficos, salvo en los flancos orientales y occidentales, en donde las cotas altimétricas están por encima de los 600 metros. De hecho, desde la capital municipal hacia la costa, el terreno presenta una suave pendiente, que se traduce en grandes valles y pequeños barranquillos, hasta llegar a la línea litoral, en donde sólo se pueden apreciar formas estructurales recientes, como es el caso de la isla baja que tiene lugar en el núcleo de la Punta del Hidalgo, conformada por una gran extensión colada volcánica del II ciclo volcánico (período Pleistoceno) procedente de un cono inserto en el macizo de Anaga.

La plataforma litoral de la Punta de Hidalgo se formó a consecuencia del derrame de una colada lávica procedente de un cono del Macizo de Anaga.  (DL)

Por lo demás, es preciso destacar que, la gran mayoría del espacio que pertenece a La Laguna, se corresponde con materiales más o menos antiguos geológicamente, ya que son pertenecientes al Plioceno, emitidos desde el eje estructural que constituye la Cordillera Dorsal de la Isla, que sigue una dirección noreste-suroeste. De igual manera, se aprecian coladas y formas relíctas, como acantilados fósiles, que son de materiales aún más antiguos, ya que pertenecen al primer ciclo volcánico, el Mioceno,  y que afloran por encima del resto.

¿Cómo se formó la llanura donde hoy se asienta la ciudad?

En cualquier caso, la formación más interesante es el llano sedimentario que coincide en gran medida con la villa de la Laguna. De hecho, la formación del gran valle y llano de La Laguna, está estrechamente vinculada a la actividad eruptiva de los conos volcánicos situados entre la Cordillera Dorsal y el macizo de Anaga, cuyas emisiones basálticas corresponden a la serie más reciente de toda la Isla.

Con anterioridad a este período de actividad, La Laguna era un gran barranco perteneciente a la red hidrográfica del macizo de Anaga, que discurría hacia el sudeste en esta zona, vertiendo sus aguas en el mar. De esta manera, las oleadas lávicas de la Serie III (menos de 3 millones de años), procedentes del campo volcánico de La Esperanza, se derramaron en esta área con dirección norte y este, penetrando algunas de ellas por el citado cauce del barranco, cerrando de esta manera su curso, lo que impidió que las aguas pudieran evacuarse. Es por ello que con posterioridad se formó una gran laguna, con los aportes de agua de lluvia, cuyo volumen era mayor que el de las pérdidas sufridas por evaporación o desagüe.

Vista panorámica de la Vega Lagunera. (CIT)

La violencia de la erosión, que tuvo lugar en el período posterior, provocó una rápida sedimentación durante el Cuaternario, que elevó progresivamente el fondo de la laguna, permitiendo la formación de limos arcillosos, con ausencia de granulometrías gruesas y potencia variable, superando en algunos lugares los 20 metros de potencia y sobre el que se estableció posteriormente un bosque de laurisilva y fayal brezal que hoy se ve reflejado en el núcleo de las Mercedes.

Así pues, desde el punto de vista geológico, los sedimentos son muy importantes en la zona, destacando las arcillas lacustres de La Laguna y los valles de Las Mercedes y los suelos arcillosos residuales, muy extensos en la zona de La Laguna- Los Rodeos y la Esperanza.

¿Qué es del antiguo pequeño lago?

Sabemos que la ciudad de La Laguna recibe su nombre del antiguo pequeño lago en cuyas orillas se fundó, pero, ¿dónde estuvo, cómo era y cómo sería la ciudad si aún existiera tal lago? Para obtener una respuesta, nos basamos en el trabajo de Melchor Padilla, publicado en loquepasaentenerife.com (7 Abril, 2008, 19:21): extrayendo las principales comentarios.

''Los aborígenes la llamaron Aguere (a-garaw: gran superficie de agua), pero la primera referencia histórica nos la da el ingeniero cremonés Leonardo Torriani, enviado por el rey Felipe II para analizar y mejorar en lo posible las fortificaciones de las islas Canarias. Escribió Descripción e historia del reino de las Islas Canarias (1588)... En su obra aporta el único plano de la ciudad en el que aparece el lago. Lo describe así:''Se forma por la reunión de las aguas de los montes circunvecinos, se llena por medio de un riachuelo que viene desde el norte, y se desagua por otro que corre en dirección del levante. Tiene poco fondo, y durante el verano a menudo se seca completamente. Es muy útil para el ganado que pasta en su alrededor, en número infinito. Para los que tiran el arcabuz es un verdadero deleite, por la diversidad de los pájaros y animales que viven en ella; tanto más, que está muy cerca de las casas, de modo que resulta útil y agradable, sin cansar y exigir mucho camino''. Nos dice también que tenía poco fondo y que su perímetro era de unos 1880 metros (2700 pasos andantes).

Reconstrucción infográfica del lugar que ocuparía hoy la laguna de la ciudad de Aguere. / Guille Padilla

El profesor Criado, de la Universidad de La Laguna, en su interesante Breve e incompleta historia del antiguo lago de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, publicada en 2002 y hasta ahora el trabajo más completo sobre el tema, establece la profundidad máxima del lago en torno a los 0,80 metros. A finales del siglo XVI, el viajero inglés Sir Edmund Scory nos dice que la ciudad ''toma su nombre de un gran lago o pantano que tiene cerca, hacia el oeste, en el cual se hallan de ordinario gran número de pájaros de río de diferentes especies''. A partir del siglo XVII los distintos autores que la describen -Núñez de La Peña, Castillo o Glas- insisten ya en que se secaba en verano, por lo que debemos suponer que se trataría de un pantano o humedal cuyo volumen de agua dependería no de los aportes de los nacientes del monte de Las Mercedes, sino exclusivamente de las lluvias invernales.

Paulatinamente fue desapareciendo y en el plano del teniente coronel Amat de Tortosa, que copia en 1779 el marino francés M. le Chevalier Isle, ya no aparece ninguna superficie de agua. En 1837, ingenieros militares drenan y nivelan el llano, lo que supone la desaparición de la laguna como tal.

Saber dónde estuvo es todavía sencillo. Desde las montañas que circundan la ciudad se puede apreciar una mancha de vegetación que ocupa el lugar de nuestra laguna. Su perímetro viene marcado por las calles Silverio Alonso, Lucas Vega, Marcos Redondo, Paseo Oramas hasta el Estadio de La Manzanilla, Alfredo Kraus y Concepción Salazar hasta el Camino Largo. Una de las calles que iban a dar al lago, Rodríguez Moure, recibe todavía el nombre popular de calle Remojo, evidentemente por las inundaciones que provocaban las subidas de nivel del agua.

Una reconstrucción infográfica (imagen principal) nos permite situar la laguna en una fotografía aérea y cómo sería la ciudad si todavía existiese el lago. La laguna ya no está, pero la naturaleza no se rinde fácilmente y, en muchas ocasiones, el agua ha vuelto a ocupar el espacio del que fue desalojada. Sólo en el siglo XX, en 1922, 1950 y en 1977, lluvias torrenciales ocasionaron que por unos pocos días, volviera del pasado el recuerdo del lago que dio nombre a la ciudad. Las obras emprendidas por el primer ayuntamiento de la democracia, que presidió el pintor Pedro González, sirvieron para sanear la red de evacuación de aguas por los barrancos de la ciudad, por lo que el peligro de inundaciones ha disminuido mucho. Pero la Naturaleza es persistente''.

Las costas del municipio

La costa presenta grandes acantilados labrados por la erosión marina.. (DL)

En lo que respecta a la costa, La Laguna comparte las características propias de toda la Comarca, en donde el macizo de Anaga agrupa la gran mayoría de los kilómetros de litoral.  Se presentan muy escarpadas, y con muchas formas litorales fruto de la erosión marina, especialmente las correspondientes al macizo de Anaga, aunque aparecen algunas playas de arena negra localizadas en áreas abrigadas del embate de las olas. Por lo demás son rocosas y altas, con una gran variedad de geoformas de detalle. De esta manera nos encontramos con grandes acantilados fósiles, como el existente en Bajamar, labrados por la erosión marina sobre espesos paquetes de materiales de la Serie I, si bien también aparecen materiales más jóvenes (Pleistoceno) como lo son los taludes de derrubio y depósitos detríticos ocasionados por la escorrentía de los barrancos y barranquillos. Cabe destacar, como no, la isla baja que aparece en la Punta de Hidalgo, cuya colada Pleistocena ‘robó’ varias decenas de metros a la línea del litoral.

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