Buscar
Búsqueda avanzada
  MUNICIPIO DE TACORONTE    
 
    Índice de contenidos
    Temas relacionados
    Enmarque del tema
    Complementos
    Material multimedia
      Imágenes
      Videos
      Animaciones
 
    Léxico
    Artículos de ampliación
    Aportaciones externas
    Notas eruditas
    Orientaciones y debate
    Bibliografía
  >> 11. ETNOGRAFÍA Y MEMORIA DE UN PUEBLO Versión para imprimir Escuchar artículo Metadata Patrocinadores Aumentar letra Disminuir letra  


MEDICINA POPULAR

El uso vernáculo que en el pasado tenían los tacoronteros de las especies vegetales y animales del municipio, poco o nada se parece al actual, en la medida que las necesidades, el modelo económico y la oferta sanitaria ha cambiado sustancialmente. Hoy en día no es necesario recurrir a las virtudes del monte para paliar los malestares de los familiares. Sin embargo, es común que muchas personas, sobre todo ancianas sigan recurriendo a distintas plantas o tipos de madera para la elaboración de tisanas o infusiones que tienen un efecto positivo en las personas aquejadas. De hecho, muchas abuelas siguen preparando para sus nietos infusiones de plantas como el tomillo o romero para paliar dolores de estómago o catarros.

En ese sentido cabe destacar las posibilidades que tenía el sauce canario, prácticamente desaparecidos en el municipio, tan solo quedando un ejemplar en el Monte de Agua García. Su gran utilidad venía dada por las propiedades medicinales de su corteza, que contiene salicina, el precursor de la actual aspirina.

11.6. El sauce.

Del mismo modo, el uso que se hacía del brezo también era interesante, pues sus hojas eran útiles en cataplasma contra las picaduras de insectos. Pero más allá de estos usos medicinales, las especies vegetales también tenían otro tipo de utilidades, tanto para la alimentación como para conseguir mayor eficacia en las tareas del campo. A este respecto destacan los propios brezos, de los cuales se obtenía carbón, mientras que sus ramas servían de horquetas para la viña; los laureles (cuya madera ligera era apreciada para fabricar aperos de labranza); los follaos (cuyas hojas de tacto suave y peloso eran el sustituto del papel higiénico y sus varas flexibles combinaban con el mimbre en la cestería) o la propia haya o faya (Myrica Falla) cuyo fruto era, y es el único comestible del Monteverde, de manera que en tiempos de hambre todo isleño lo secaba, tostaba y hacía una harina pastosa como sustituto del gofio.

11.7. Los frutos de la faya (en la imagen) son comestibles. Constituía una fuente de alimento en épocas pasadas para muchos tacoronteros. (SG)
  14/22