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  MUNICIPIO DE SAN MIGUEL DE ABONA    
 
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4. CLIMA Y AGUA

La aridez marca la pauta en el clima de San Miguel de Abona. De hecho, al igual que el resto de la Comarca, el municipio tiene como característica general un clima cálido de verano seco en donde no se registran apenas precipitaciones. El motivo principal para dicha carencia de humedad es que el manto de estratocúmulos procedente de los alisios prácticamente no está presente en la vertiente sur de la isla. Por otro lado, el entorno costero introduce una serie de variaciones motivadas por la presencia del mar (y que son comunes al resto de Canarias) que generan un clima menos contrastado que en el espacio de medianías.

Las temperaturas se reparten a lo largo del año con una oscilación térmica superior a los 6 grados aunque varía según el lugar en la que se encuentra (mayor contraste en las medianías que en los ámbitos costeros). De esta manera, el mes más frío se corresponde con febrero, mientras que el más cálido, es agosto, con una temperatura superior a los 23 grados, en donde se pueden dar días de extremo calor. La media anual se sitúa en torno a los 19º C, estando la media de las máximas en los meses que van de junio a septiembre, mientras que las mínimas se encuentran entre los meses que van de noviembre a febrero. Las máximas anuales y mínimas anuales se localizan en los entornos más elevados, por encima de la cota de 800 metros de altura.

Las precipitaciones tal y como ocurre en el resto de los municipios de la Comarca, no son importantes, ya que de hecho está muy cerca de caracterizarse como desértico, debido entre otras cosas, a que gran parte del territorio se enmarca en el entorno costero en la ladera de sotavento. Por todo ello, como media llueve poco más de 130 mm anuales, siendo frecuente una sequía estival entre los meses que van de mayo y agosto. Esta sequía se ve solo en parte compensada por las lluvias que se producen en los meses invernales (con especial hincapié en enero y diciembre) en donde se pueden llegar a superar los 15 mm mensuales.

El agua

Como consecuencia directa del clima, se deduce que los recursos hídricos en el municipio son escasos. Ya desde épocas pasadas los habitantes de San Miguel de Abona tuvieron que ingeniar métodos y alternativas que permitieran la canalización y abastecimiento de agua, sumamente importante para su supervivencia y para el desarrollo de los cultivos de regadío. Así, al igual que otros municipios de la Comarca, San Miguel cuenta con galerías que unida a toda la red existente, ayudó considerablemente al desarrollo de los cultivos de exportación del litoral (en especial los tomates), y de manera muy especial al vertiginoso desarrollo turístico que nació en la década de los 70 del siglo pasado. Sin embargo, en la actualidad, muchas de estas instalaciones se encuentran abandonadas.

Asimismo, debido a esta carencia de recursos hídricos, la construcción de balsas, depósitos y presas fue (sin dejar de estar presente) la nota dominante en las últimas décadas, encontrándose las singulares charcas de Tamaine, La Tafetana o la presa de El Roque. Pero sobre todo, el aprovechamiento del agua en San Miguel de Abona no tendría sentido sin los canales típicos de Canarias, las atarjeas o 'tajeas' aún fielmente presentes en todo el territorio municipal como testimonios de una época en donde toda el agua de lluvia se recibía y se dirigía a los distintos aljibes de los particulares, a los campos de cultivo o a los lavaderos.

Algunas instalaciones para la recepción de agua en
San Miguel de Abona

3.1. Algunas instalaciones para el almacenamiento de agua. (ASMI)

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