El ñame es un tubérculo que se cultiva cerca de los causes de barranco o de los nacientes de agua. Ha constituido un recurso muy importante en la historia de los habitantes de San Juan de la Rambla, donde aparte de ser unos de los platos que cobran mayor protagonismo, especialmente por Navidad, también ha sido desde épocas pasadas una actividad económica complementaria para muchos agricultores.
Su elaboración es todo un ritual, pues su guisado con leña conlleva un lento proceso. Los ñames se colocan en un bidón y se comienza a dar fuego a primera hora de la mañana, alimentando el fuego constantemente hasta la noche. Luego se deja hasta la mañana siguiente con las brasas. Suele ser común la colocación de una teja en el interior del bidón para que los ñames adquieran la coloración ideal.
Durante las primeras horas de cocción, a fuego vivo, se va añadiendo agua con sal para que el ñame elimine una especie de baba, tapando el bidón con un trapo para que los ñames no desequen y ni se pongan negros.
El característico olor del guiso de los ñames impregna las casas sanjuaneras donde allí se realiza. Este plato con sabor a antaño es considerado todo un manjar, y muy común degustarlo como postre tras la comida navideña
David Lafuente Rodríguez
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