Tenerife posee una diversidad de ecosistemas que le permite albergar gran variedad de fauna. Tiene afinidad con la existente en el norte de África y en el sur de Europa, y se caracteriza por su elevado número de endemismos y su pobreza en número de especies, cuestiones que la diferencian de las faunas continentales.
El elevado número de endemismos en esta, y en el resto de las Canarias, es una consecuencia del aislamiento geográfico que supone la insularidad. Además, Tenerife posee todos los pisos bioclimáticos, teniendo la mejor disposición para albergar una mayor variedad de especies. Son varios los factores que inducen a la especiación, entre ellos podemos citar la existencia de ecosistemas incompletos, la situación de aislamiento geográfico, la presencia de recursos sin explotar y el proceso de selección natural. De esta manera, las nuevas especies se adaptan mejor al territorio que aquellos antepasados llegados desde el continente, dando lugar a especies endémicas mediante el proceso de las mutaciones, que son las variaciones producidas en el material genético de las especies.
Un buen ejemplo de especiación lo constituyen los pinzones. El pinzón azul (Fringilla teydea) fue el primero en llegar a la Isla y se originó a partir de un primitivo pinzón continental, que ya ha desaparecido. En una segunda llegada bastante posterior, entraron los pinzones vulgares, que han dado lugar a subespecies o razas como la de Tenerife (Fringilla coeleps tintillon), que también se encuentra en las dos islas más cercanas, La Gomera y Gran Canaria. Estas subespecies, debido al poco tiempo transcurrido, se parecen bastante a la que llegó desde zonas continentales.
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Pinzón azul. (SG) |
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