En la mayoría de los casos suelen estar separadas de otras edificaciones. De planta rectangular y cubierta a cuatro aguas, la ermita comienza a ser un solo recinto hasta que se separa el presbiterio del resto del templo, por medio de un arco. En este momento suelen aparecer en el exterior los contrafuertes para contrarrestar el empuje del citado arco hacia afuera.
El techo de la Capilla Mayor se ochava por dentro (se le da forma octogonal) y se enriquece con meritorias labores en madera de gran sabor morisco (artesonados). Así mismo, las portadas de cantería comienzan a labrarse. Aparecen espadañas de diseño variado en un lado, en el centro o en las dos esquinas de la fachada.
La Arquitectura religiosa en Canarias, en Gran Enciclopedia Virtual de las Islas Canarias.