YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS SINGULARES DE LAS ISLAS CANARIAS
Este yacimiento rupestre, al que hemos denominado Estación solar de Masca, está situado en la Degollada de Yeje, en el caserío de aquél nombre, en el municipio de Buenavista del Norte. Se trata, sin duda, de un sitio paradigmático de la arqueología de Tenerife, ya que hasta el momento no conocemos nada similar en la isla, con la particularidad asimismo de que en él existen algunos elementos arqueológicos y aspectos paisajísticos que son comunes en otros yacimientos parecidos del archipiélago.
El área arqueológica está formada por un conjunto de cazoletas y canalillos, al que se le asocia la representación de un motivo circuliforme que hemos interpretado como una simbolización solar, además de la figuración de un pisciforme y una cueva de enterramiento. Otro aspecto que singulariza este yacimiento es su ubicación en un lugar que creemos relacionado con fenómenos orográficos destacados, como el Teide, y también, aunque en la lejanía, con La Gomera y la visión que desde allí se tiene de las alturas más elevadas de esta isla. El yacimiento no ha sido estudiado aún en profundidad, por lo que sólo avanzaremos algunas de sus características principales.
Las manifestaciones rupestres más destacadas del conjunto lo forman, sin duda, las cazoletas y canalillos que ocupan una superficie aproximada de unos 30 m2, excavados en la toba roja, la roca característica en la que está enclavado el espacio arqueológico. Aquéllas se encuentran hacia la zona Sureste de la citada representación radial que interpretamos, como hemos dicho, como una figuración del sol —al que los guanches llamaban Magec—. Se trata de un círculo que tiene nueve rayos grabados que se unen en un lugar central ligeramente irregular, con un diámetro de 35 por 33 cm. El círculo radiado o soliforme, tiene una orientación Norte-Sur, y se encuentra además asociado a tres grandes recipientes excavados en la toba; son de forma más o menos oval y están comunicados entre sí. El mayor se sitúa en dirección Sur y mide 88 cm; el segundo de 40 cm, mientras el canal situado entre éste y el siguiente mide 22 cm., y el último 54,1 cm de longitud. La anchura de los cubículos es de 46 cm el primero; el segundo de 43 cm y de 28 cm el tercero. En total miden unos dos metros de largo.
El otro elemento destacado del yacimiento es la representación de un pez grabado en alto relieve, que se halla ubicado en una superficie dispuesta en posición vertical y orientada al Este. Posee unas acanaladuras talladas en el extremo proximal que coincidirían con el comienzo de la cabeza que semeja un canalillo zigzagueante. En total, la figura pisciforme mide 1,25 m de la cabeza a la cola en la parte superior y 1 m si se computa la medida desde la parte inferior. En la zona del ojo la figura alcanza una anchura de 40 cm, mientras el surco del grabado es de 5 cm de anchura. La profundidad máxima de este motivo se logró en la parte inferior del ojo, cuyo surco alcanza los 6 cm.
La representación del soliforme ha de ponerse en relación con otras figuraciones similares aparecidas en la isla de Tenerife, como la del yacimiento del Roque de la Abejera, situado en Buzanada, en el municipio de Arona, y asimismo es posible compararla con representaciones parecidas a las localizadas en el Lomo de La Fajana, en El Paso (La Palma), en la Peña de la Fecundidad de Guenia (Lanzarote) y en el Lomo de los Letreros, en el Barranco de Balos (Agüimes, Gran Canaria), entre otros sitios, en los que existen figuraciones de evidente simbología astral, ya que una de las divinidades de la cosmogonía de las culturas aborígenes canarias, se asocia precisamente con el sol, que junto con la luna forma sus principios cosmogónicos. Por otra parte, la presencia de las cazoletas y los canalillos han sido valorados como espacios destinados a la celebración de rituales consistentes en el derramamiento de líquidos como agua, leche, sangre, grasa u otros, con el fin de que la divinidad les propiciara la lluvia o para conseguir cualquier otro beneficio solicitado por la comunidad.
Otro aspecto de interés para valorar este yacimiento está relacionado con la simbología del pez allí grabado, al que se le ha considerado, entre otros, un signo de fecundidad, como sucede también entre los libios, grupo étnico que forma parte del ámbito cultural paleoberéber norteafricano, en donde el pez se asocia a una simbología masculina al relacionarlo con el pene, lo que podría explicar la función que le hemos propuesto.
El conjunto no puede ser disociado de la cercana cueva de enterramiento, cuyos restos son aún visibles, a pesar del evidente expolio a que debió ser sometida en su día. Y según vamos conociendo, en las islas es frecuente que las cazoletas y canalillos destinados a la realización de rituales de libación parecen vincularse precisamente con la cercanía de los muertos, seguramente por la creencia de que los antepasados intervienen como mediadores ante las divinidades, con el fin de facilitar lo solicitado por los demandantes, sobre todo en lo que se refiere a los rituales de la lluvia.
Una cuestión, sin duda de especial relevancia, es la clara asociación de este lugar con el Teide, ya que desde el sitio en el que se halla emplazado el soliforme es posible observar la cúspide de este volcán al que se halla orientado y del que sabemos fue considerado por los guanches como una montaña sagrada, que lo fue no sólo para ellos, sino también para los habitantes de las otras islas, desde donde aquél puede ser observado en toda su grandeza. Y el hecho mismo de que a lo lejos pueda observarse las elevaciones de la isla de La Gomera, hace que el yacimiento posea unas connotaciones relevantes por su asociación con el horizonte en el que se columbran estos espacios. A juzgar por sus características arqueológicas, además de lo conocido a través de las fuentes literarias, creemos que el lugar puede ser considerado como un santuario de montaña destinado a las celebraciones de ritos y cultos a sus divinidades.
* TEJERA GASPAR, A. (2008) Primera parte: Arte rupestres de las Islas Canarias, Yacimientos Arqueológicos Singulares de las Islas Canarias (108-109); en TEJERA GASPAR, A., JIMÉNEZ GONZÁLEZ, J. J. y ALLEN HERNÁNDEZ, J. 2008: Las manifestaciones artísticas prehispánicas y su huella. Santa Cruz de Tenerife-Las Palmas de Gran Canaria, Viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias.