En junio de 1982 y mediante un real decreto, se declaró el único ‘refugio nacional de caza’ que existe en Canarias: Ojeda, Inagua y Pajonales. Se establecen “cuando por razones biológicas, científicas o educativas sea preciso asegurar la conservación de determinadas especies de fauna cinegética”. En estos refugios la caza está completamente prohibida, a no ser que por razones biológicas, técnicas o científicas haya que reducir la población de alguna especie determinada. Además, la administración vela por la conservación y mejora se sus hábitats, así como por la protección de los lugares de cría y nidificación de las especies que se considere oportuno. Incluso, tiene la potestad de delimitar áreas donde, de forma temporal o permanente, se prohíban las visitas o determinadas actividades o aprovechamientos.
Las especies protegidas por el Refugio Nacional de Caza de Ojeda, Inagua y Pajonales son la perdiz roja (Alectoris rufa), el canario (Serinus canarius), el pinzón azul de Gran Canaria (Fringilla teydea polatzeki), el pájaro carpintero o ‘picapinos’ (Dendrocopos major thanneri), y también lo fue el ‘guirre’ o alimoche (Neophron percnopterus).