La bodega comarcal del valle de Güímar tiene sus instalaciones por encima del pueblo de Arafo. Hasta allí llevan sus 195 socios la uva que crece desde la costa (a partir de la cota de los 150 metros) a la cumbre (1.500 metros). La primera que madura a principios de agosto es la más cercana al mar; la última, en las cotas más altas, se está vendimiando aún a principios de octubre. En el caso de la variedad malvasía, que tiene aquí mejor clima cerca de la costa, ya es un vino que evoluciona en los depósitos de la bodega. Pero Ignacio González Pérez, enólogo de esta vinícola, que se confiesa “un enamorado de la malvasía”, tiene algún depósito muy especial donde la uva es malvasía, pero no es blanca. De la única finca de la comarca donde obtiene malvasía rosada ya sacó con la cosecha anterior al mercado el primer (y único en Canarias) vino dulce natural de esta uva, una rareza por su escasez. El viticultor que la tiene la trajo de La Palma, pero hasta hace poco se mezclaba con la uva tinta, para evitar que aportara al malvasía blanco unas tonalidades que no le corresponden. “Si no se usara para un vino como éste, la variedad tendería a desaparecer”, señala al vino dulce de malvasía rosada, a la vez que elogia las excelentes cualidades de esta uva para vinificación, por sus azúcares, su acidez, su aroma. La producción de esta bodega (500.000 litros) se centra en el vino blanco (incluyendo un afrutado de gran éxito y un espumoso para Navidad) y no olvida los tintos, pero sigue demandando uva blanca: “No nos sobra”.
Fuente: Pellagofio.com (por Yuri Millares)