“Hoy empezó la guerra. Tal vez hace muchos días. Yo no entiendo bien cuándo empiezan a suceder las cosas. De pronto se mueven a mi alrededor y parecen personas que conocía desde antes. Para mí, que no sé pensar, la guerra empezó hoy frente a la casa del abuelo.
Han pasado las horas. Siento que he cumplido entre ellas muchos años a la vez. Miro las cosas como quien las extraña. Parecen no estar. “Este patio es de una casa. En este patio hay un árbol de nísperos, una tinaja de agua, aquélla es una cabra negra. Casa, tinaja, patio, cabra negra, árbol. Si me cubren los ojos puedo indicar sin equivocarme: árbol, cabra negra, patio, tinaja, casa.” Pero igual que si me borrasen la memoria y me extraviaran lejos, muy lejos. Oigo seguido: “guerraguerraguerra” como si esta palabra tuviera martillo. (Las otras se aflojan detrás, no son más.) No tiene sitio, pero siento que vigila desde todos lados, como otro cuerpo que se mudara en mí. La guerra. De pronto es algo que me conoce hace mucho tiempo. Un pasillo largo y oscuro donde papá va dejando de sonreír..."
[De El barranco]